La noche cayó y con ello inició la diversión aquí en casa de Alejandra. Charlas, comida... estoy con una emoción agridulce por la bebida, pero me alegra que saliera bien, creo que fue un milagro, quizás los astros se alinearon para que todo saliera bien; seguro fue eso.
Me mostraron la casa y caminé un poco sobre los pasillos y estuve en las habitaciones que por suerte mi amiga me mostró, aunque si me no es mucho tiempo para descubrir algo, pues yo no es que sepa dónde buscar, sin embargo ya tengo todo preparado para la madrugada poder investigar, será una misión que espero con mucha adrenalina, es traicionar la confianza de mis amigos, los únicos amigos que he tenido en años recientes, y a quienes les he tenido confianza, a pesar de que son mis enemigos, desde cierto punto de vista. Es difícil.
—Creo que nada me duele más que la caída que tuvo Andrea, eso si dolió mucho... y me hace ver que caerme de la silla no es un dolor tan fuerte—comenta Danna mientras toma una de las papas fritas.
Comienzo a reír mientras con mis dedos masajeó mi frente. —Fue un golpe duro—levantó mi ceja al recordar.
Thalía sonríe. —Ese día, ¿que recuerdas?—me pregunta mientras está cruzada de piernas observándome. —Ese día fue terrorífico, verte así en el suelo...
—Después de dar varias vueltas por las escaleras, sintiendo un golpe tras otro—rió, al recordar. —Caí, y recuerdo que intenté ponerme de pie, pero todo me dolía... luego sentía que el mundo daba vueltas, veía borroso, tu cabello, a ti; estabas al lado mío... después de ahí me perdí—respondo mientras observo a las chicas. —Fue un momento confuso en mi vida, obviamente me dolió...—comienzo a reír.
Alejandra. —Recuerdo que toda la escuela estaban a tu alrededor, se acercaban y creo que hasta tomaron fotografías y videos, como si nunca hubiesen visto a una persona en el suelo ensangrentada—agrega.
Danna asiente. —Sí, la mayoría súper asombrados. Tanto así que casi no dejaban respirar a Andrea. Pero en fin, lo bueno que ya pasó y estamos aquí reunidas—explica mientras come sus papas.
Thalía me ve. —Estamos las 4 perras reunidas—celebra al mismo tiempo que tocan el timbre.
Yo estoy riendo después de escucharle, pero de inmediato volteo a la puerta. Me asustó, por quien pueda ser, pero recuerdo que es la pizza que pedimos. Sonrió aliviada al ver que Thalía se pone de pie junto a Danna.
—Es el chico de las pizzas. Quizás me lo ligue—bromea mientras camina a la puerta.
Alejandra voltea a verme y ríe. —Una vez si quería ligarse al chico que nos trajo la pizza, esa vez yo no sabía dónde esconderme... me dio vergüenza ver a mi amiga y sus piropos... que no eran muy... decentes—expresa con incomodidad y por su semblante, puedo confirmar que si le incomodo. Además que conozco a Thalía y sé de lo que es capaz.
Me pongo de pie para acercarme a la puerta y escuchar la conversación. Entre sonrisas me pongo a observar como abren la puerta y se encuentran con el chico. Es muy alto, aún lleva el casco de la motocicleta mientras entrega las pizzas. —Hola, buenas noches. Aquí están... son 39 dólares de la orden—exclama mientras entregas las cajas y encima las spaghetti.
Thalía sonríe mientras le entrega el billete. —Buenas noches. Gracias por traerlo, aquí tienes 50 dólares, quédate con el cambio, guapo—guiña el ojo mientras el chico recibe el billete.
Danna retrocede para traer las pizzas.
El repartidor asiente. —Muchas gracias, amiga—se retira sin interactuar mucho.
Mi amiga cierra la puerta. —Uhm, eso fue rápido y extraño—encoge los hombros. —En fin, comamos...—se olvida del tema y camina a la cocina.
Yo volteo a ver a Alejandra, ella levanta sus cejas y sonríe mientras da la vuelta y continuamos a la cocina.
Colocan las pizzas en el centro de la mesa, nuestros complementos las tomamos, yo coloco la espagueti a un costado de mi plato donde tengo mi rebanada de pizza.
Tomo un tenedor y preparo el plato de color metal donde viene la espagueti. Pruebo la pizza y está deliciosa, apenas vuelvo a comer comida con "algo de grasa", pues durante mis semanas en cama traté de no ingerir tanto. —Delicioso—comentó mientras saboreo.
Danna sostiene su tenedor con espagueti. —Nos encanta... la pizza de sartén tiene un toque de mantequilla, eso creo que aporta el sabor—comenta antes de continuar y comer su bocado.
Volteó con Thalía y esta con la boca llena. Yo comienzo a reír. —Veo que a ti te encanta—le digo mientras sostengo mi rebanada de pizza.
Ella asiente con una sonrisa mientras expande sus mejillas. —Saben que amo comer, y más si es espagueti con pizza, y en especial esta pizza—agrega segundos después.
Alejandra le ve. —Thalía a casa que llega, refrigerador que quiere revisar... y si ya hay confianza entre amigas, como con nosotras; ni permiso pide—suelta la carcajada.
Reaparece Edén bajando por las escaleras, se acerca a la mesa con un plato. Se sirve dos rebanadas de pizza. Su hermana le insiste para servirle espagueti, pero él no se ve muy convencido, finalmente acepta y se vuelve a retirar a su santuario, parece que realmente si nos dejará en esta noche de chicas.
Danna aclara su garganta. —Según los chismes, Leonel sostiene una relación con Katy... Katy Patz—comienza a reír un poco.
Alejandra se sorprende. —Él no creo que ande con esa loca... y vaya que Leonel es igual de extraño, pero no estaría con ella—se sorprende.
Leonel es un compañero de nuestras clases, es... extraño. Pero no tanto, aunque Katy si está loca... una vez se le escapó una tarántula en el salón, la tenía en un frasco, con razón siempre se sentaba cerca de la ventana, aparte su mochila siempre estaba abierta y se acercaba a revisar constantemente. Yo solo escucha gritos y cuando voltee al piso, supe que era suficiente para salir corriendo. —La vez de la tarántula fue algo muy loco... ¿quién la guardó en el frasco?—pregunto, yo salí de inmediato y no supe qué más sucedió.