Venganza de Bachillerato

Capítulo 16 ~ Cita prohibida.

9 de octubre.

—¿Entonces tus abuelos están en casa? Que cool... yo no he visto a mis abuelos en unos 2 años. Tengo ganas de convivir con ellos—comenta Thalía mientras tiene sus pies apoyados sobre la banca, y está sentada sobre la mesa. Como siempre, rompiendo las reglas.

Sonrió. —Yo igual tenía algunos años sin verles, ahora que me miraron, dijeron que cuánto había cambiado... que soy linda y me parezco a mi madre, ya sabes—explicó mientras como manzana y observo a un grupo de chicos practicar con el balón de futbol.

Ella sonríe. —Eres linda, y sí te pareces a tu madre—comenta mientras está a mi lado.

Yo continúo observando a los chicos jugando futbol. Alejandra y Danna están con otras chicas el día de hoy, transcribiendo unos apuntes sobre un tema de clases.

Mi amiga rubia me ve por unos segundos. Por el rabillo de mi ojo me percato que centra su vista en mí. —¿En qué piensas? Te ves un poco perdida—me pregunta mientras se inclina un poco adelante y ladea su cabeza para buscar mi mirada.

Yo sonrío y volteo. —Todo bien. Solo veía a los chicos practicar con la pelota, es todo—explicó mientras le veo por algunos segundos pero después me centró en lo que estaba.

Ella sonríe. —Ay, vamos—insiste y me toma del brazo. —Mírame...—insiste y yo volteo.

Levanto mis hombros y río. —¿Qué?..—preguntó en buen tono.

Ella expresa un poco de seriedad. —¿Qué te pasa? Soy tu amiga, dime... puedo ayudarte, sabes que siempre intento eso, pero no me agrada verte, pérdida o desorientada—se baja de la mesa y se sienta sobre la banca, a mi lado.

Yo sonrío. —Thalía... es qué—me interrumpe.

Levanta su dedo índice. —Nada de mentiras—advierte mientas me ve a los ojos.

Suspiro. —Solo son bajones, pero estoy bien. Ya sabes... lo que le sucede a todo el mundo, este es mi mes favorito, pero pues como todo, de repente algo me deja pensativa y triste—respondo. Obviamente no estoy loca y le contestaría con la verdad, aunque si quiero hacerlo; ella es alguien que me cae muy bien, al igual que Alejandra, Danna y Edén. Esto es algo que jamás visualicé este escenario, estando tan cerca del día en que esta aventura termine.

Ella se acerca un poco a mí y me envuelve con su brazo y me atrae hacia ella para besar mi mejilla. —Eres una chica linda, inteligente y alegre, como todas las personas tienes derecho a estas triste, sabemos que es temporal, y por suerte tienes a tu amiga rubia favorita, que te apoya y siempre te apoyará—me aprieta a un más y me hace sentir su calidez.

Cierro mis ojos y sonrío.

—Agradezco el día que llegaste como alumna nueva. Fue lo mejor de ese día—agrega. —Eres esa chica que hacía falta en nuestro grupo, así que cada que estés triste, recuerda algo: Aquí eres importante y sin ti, nuestro grupo de chicas jamás sería igual—sentencia con cariño.

Reabre la conversación contándome una anécdota de cuando recién tuvo su primer día de clases en secundaria, pues destacando que ella siempre ha sido sociable, y por querer calarle bien a sus compañeras, intento bromear un poco fingiendo lanzar la mochila desde el tercer piso de los salones, solo que no la sostuvo bien y la mochila salió volando directo hasta el primer piso, y cayó directo a una chica, la mando al suelo y a Thalía se fue con reporte.

Yo sonrío, pero a la vez me pongo a pensar que con la suerte que me cargo, yo podría ser esa chica a la cual le cayó la mochila del cielo, triste, seguro la chica pensó que era algo más... y tomando en cuenta el peso de los libros y además laptop, puede doler mucho.

El timbre suena e ingresamos a los salones. Alejandra y Danna llegan apresuradas para colocarse a nuestro lado mientras subimos las escaleras, rodeadas del resto de alumnos que se dirigen a sus salones.

Veo a Edén pasar con prisas, adelantando y apresurando lo más que puede. —Lleva prisa—exclamó mientras Danna está a mi lado.

—Como todos... hay examen sorpresa y quiere repasar porque nunca estudia—contesta con preocupación mientras termina de acomodar unos apuntes.

Me exaltó. —¿Qué?... ¿quién dijo eso? Yo no—Alejandra me interrumpe.

—En el receso lo dijeron, le dijimos a Thalía que te dijera, pero las miré muy tranquilas charlando y no sé si estudiaron—comenta mientras nos ve a Thalía y a mí.

Thalía crispa sus labios y me ve. —No te preocupes, no nos irá mal—coloca su mano en mi hombro mientras llegamos al salón. Yo le lanzo una mirada incrédula.

Sobre cada pupitre veo unas hojas que están volteadas, para que las preguntas no se vean.

—Genial—bufó mientras me siento y veo que algunos igual están sorprendidos, al menos no seré la única que saldrá mal en la evaluación.

A los pocos segundos, la maestra Mónica. Uy, sí... esto será genial. Ya estoy viendo las preguntas tipo: Resuelve una operación de Albert Einstein.

Ella sonríe mientras está frente a todos nosotros. —Saben que de vez en cuando realizo estas pequeñas evaluaciones, y hoy es uno de esos días—sonríe de oreja a oreja. —Se que nadie me decepcionará, pues la mayoría de preguntas y problemas son fáciles. Quien repruebe, reprobará mi materia... suerte a todos y que comiencen los juegos del hambre—expresa y segundos después comienza a reír. —Bromita—entre cierra sus ojos. —Solo son preguntas de rutina... pequeño ejercicio, ayuda a la clasificación final, pero .5 solamente; tómense su tiempo—da la vuelta y vuelve a su asiento mientras que la mayoría iniciamos.

Edén voltea a verme. Solo levanta sus cejas al mostrarme las primeras preguntas.

Sonrió y asiente. Murmuró y casi tiene que leer mis labios. —Suerte—

Doy inicio con las preguntas, por suerte me apoyo con el conocimiento que tengo y clases privadas que tuve en México.



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En el texto hay: romance, venganza, bachillerato

Editado: 19.08.2025

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