Venganza de Bachillerato

Capítulo 18 ~ Propuesta de matrimonio.

10 de octubre

Apenas llegó y la primera en centrar su vista en mí, es Thalía, parece que solo estaba esperando que yo llegara. Ella está en la entrada de nuestra escuela, esperando algo, o quizás a mí.

Sonrió cuando llegó a ella. —Hola—saludo de beso en mejilla y ella me devuelve el gesto.

Pareciera como si quisiera reír, se contiene como si fuese decir algo.

Me hace curvar un poco mis labios.—¿Qué sucede?—pregunto, fingiendo no saber nada... aunque mi sonrisa me delata.

Ella golpea un poco mi hombro. —No te hagas la que no sabes nada... mire las fotografías—se emociona. —Al final la salida sí se dio... no creí cuando miré las fotografías. ¿Cómo estuvo?... ya están dando el próximo paso—inquiere con emoción, ansiosa por escuchar todo sobre mi salida con Edén.

Yo niego de inmediato. —No... aún no. No creo que sea tan pronto, primero—ella no me deja terminar de hablar.

—Ay, Andrea. Se gustan... que mas da. Tú sabes que es cierto y en el fondo sienten algo el uno por el otro—expresa mientras levanta los hombros y me ve con obviedad.

Juego un poco con mis dientes. —Primero nos conoceremos aún más. Tu punto es válido y estás en lo correcto, me gusta. Pero debo conocerle mejor—argumento. —Por cierto, ¿leíste mi mensaje?

Ella asiente con alegría. —Sí, habrá fiesta... le dije a las chicas. ¿Podremos invitar a más personas?—sostiene su dispositivo, como si fuese a enviar un mensaje.

Rio un poco después de escucharle. —Claro, puedes invitar a tus amigas y amigos—contestó con una dulce voz y me percato que Edén llega junto a Alejandra, les saludo de mano y mi amiga Thalía voltea.

Ella voltea a verles, y centra vista en ellos—Uf, llegó tu hombre—exclama cuando ellos bajan del auto y caminan.

A regañadientes. —Thalía...—inquiero.

Voltea a verme de nuevo antes de comenzar a escribir. —Solo era una bromita, amiga—contesta y nuevamente observa la pantalla de su disposición mientras teclea.

Danna aparece nuevamente y saluda a Edén.

Alejandra se acerca a nosotros pero Edén se retira con su grupo de amigos. Yo le observo de reojo, para intentar percatarme sí es el me me mira, lo hace en 3 ocasiones y eso me gusta, que de vez en cuando me lance su mirada coqueta, aunque yo no pueda verle e intercambiar mirada.

—Una integrante de nuestro grupo parece estar enamorada... o al menos, va por ese camino—comenta Danna mientras muestra las fotografías que subí un día antes.

Ruedo mis ojos y comienzo a reír. —Ustedes están obsesionadas con ese tema...—les digo.

Alejandra sonríe. —Calma, todas las personas tienen derecho a ser felices. Es algo que todo ser humano debe buscar y tener... te comprendemos, él es mi hermano y tu mi amiga, aunque te veo ya como una hermana por nuestra unión y confianza—exclama mientras estamos reunidas en círculo.

Thalía sonríe. —Lo digo con sinceridad, estoy feliz por ti, Andrea—su semblante sereno me transmite que habla con la verdad.

Danna asiente. —Yo igual. Y no hablemos de Ale, porque ella quería que fueras tú la indicada—agrega para después voltear a ver a Alejandra.

Yo sonrío. —Gracias, chicas—agradezco. —Cambiando el tema a un chisme que sé que les interesa, el 29 de octubre hay fiesta en mi casa... la loca de Thalía invitará a algunos de nuestra escuela—volteó a verle con duda. —Y no sé qué otras personas—agregó.

Danna ríe. —Drogadictos yo creo...—se burla.

Alejandra se muestra ansiosa por la fiesta. —Me alegra... yo iré comprando regalo. Y espero que estas dos también—señala después de que caminamos a los salones.

El día de hoy fue un día común, pero lo estoy disfrutando. Pues desde mi perspectiva, cada día que paso aquí, es un día menos en mi vida actual de Andrea.

Algunas veces el amor nubla nuestra visión hacia el objetivo al cual debemos llegar sin importar qué, pero lo que el amor te hace sentir, ese sentimiento de enamoramiento hacia una persona... de simplemente querer estar y quedarte a su lado, disfrutar de la vida... son cosas que no son fáciles de ignorar, de hecho es casi imposible.

El día de hoy no tuve una charla con Edén, casi no cruzamos palabras por temas de apuntes e información de nuestras clases. Pero mientras regreso a casa, sé que algo cambia dentro de mí... estar a una década encerrada no es tan sencillo, no pude tener mucho contacto estando en CDMX. Siempre escondida y con miedo de lo que podría pasar, aún estando lejos del peligro.

En estas semanas las cosas cambiaron drásticamente, mi visión sobre el aquí y el ahora, me distraje para ver a Edén, pero por el rabillo de mi ojo alcanzó a apreciar mi meta, que es atrapar a Emma, y a la cual en un inicio... mis impulsos de odio y venganza eran asesinarla, hoy... no estoy segura de querer hacerlo, pero esa llama de resentimiento no se apaga.

Mientras voy en el auto camino de nuevo a casa, entro en un estado de meditación mientras internamente rememoro lo vivido estos meses, es como separar ambas vidas. Mi vida en CDMX es diferente a la que llevo aquí, Camila y Andrea son dos personas muy diferentes...

Al llegar a casa, en la sala está mi abuela. Quien me recibe con una sonrisa mientras sostiene una paleta. —Hola, cariño—saluda y yo me acerco para besar su mejilla.

—Hola. Veo que estás comiendo las paletas que papá te regalo—expresó después de que veo la caja a su lado.

Ella asiente. —El sabor concentrado a vainilla es perfecto, la de chocolate igual...—toma la caja la abre para ofrecer una. —Prueba, veras que no miento—agrega.

La caja de color blanco con dibujos de paletas es linda. Introduzco mi mano y busco alguna que diga "vainilla"... después de 3 intentos finalmente la encuentro, la retiro la envoltura y la llevo directo a mi boca.



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En el texto hay: romance, venganza, bachillerato

Editado: 19.08.2025

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