Venganza de Bachillerato

Capítulo 19 ~ Noche de viernes.

Jueves 12 de octubre.

—Andrea...—Thalía me habla al notar que estoy perdida sonriendo, recordando ese sueño.

Algo que hice, fue comenzar a escribir en cuanto desperté, anotando cada detalle que recuerdo de mi sueño, plasmando todo lo que pude recordar antes de que los detalles fuesen desvaneciéndose, aunque por increíble que parezca puedo recordar todo con claridad.

Volteó a verle, con mis ojos totalmente abiertos. —¿Dime?—pregunto.

Ella ríe. —Estabas perdida, amiga. ¿Todo bien?—me interroga mientras se sienta a mi lado.

Curvo un poco mis labios. —Es que tuve un sueño hermoso, tú estabas ahí de hecho...—le explicó con alegría.

Baja un poco sus cejas y se sorprende. —Me halaga haber estado en tu sueño, pero debe ser un sueño muy lindo, para que no me hayas puesto atención a nada de lo que dije.

Rio. —Fue un sueño lindo. Pero ahora sí, todo oídos a lo que quieras contarme—contestó mientras centró mi visto en ella.

Thalía se voltea a otro lado y hace un puchero. —No. Ahora no quiero—contesta un poco fría.

Le tomó del brazo. —Ay, Thalía.... Lo siento, nena. Admito que sí, estaba perdida por mi sueño... pero ahora si te escucharé—le insisto.

Ella voltea y sonríe. —Está bien. Pero primero cuéntame qué soñaste...—negocia con una expresión de malicia.

Yo ruedo los ojos. —Eres increíble...—Alejandra y Danna llegan a nosotras.

—Vemos que están discutiendo. ¿Ahora que te hizo Thalía?—cuestiona Danna y hace una pose como si fuera a golpearle.

Ella ríe. —Vaya, yo la defiendo y ahora me quieren atacar...—contesta antes de que nos pongamos de pie y caminamos al interior de nuestra institución.

Mientras tomamos camino para nuestros salones, Thalía se acerca a mí. —Entonces... ¿me dirás de qué es tu sueño?—me observa mientras damos algunos pasos.

Sonrió. —Si te cuento no sucederá... pero puedo decir que fue hermoso, tú estabas ahí... con tu personalidad tan alegre, junto a las chicas y familia. Fue un sueño hermoso, lindo y que guardaré en mi memoria, como lo que pudo ser—expresó con alegría mientras le rememoro.

Ella sonríe. —¿Por qué no habría de cumplirse?...—interroga mientras subimos las escaleras y me ve con inquietud.

Yo sonrío. —En la vida pasan muchas cosas... no podemos asegurar nada, pues nuestra presencia en este mundo es fugaz...—contestó con una voz dulce.

Ella me escucha y le extraña un poco. —Entonces si nuestra vida aquí es fugaz... disfruta cada día y no dejes para después lo que puedes hacer hoy. Vivir cada día como si fuese el último—destaca con un gesto amable.

Yo me quedo observándole por algunos instantes. Incluso me detengo y las demás personas me rodean para caminar.

—Tienes razón, querida amiga—le digo para después volver a caminar.

Ella me ve con ternura. —Siempre—guiña su ojo. —Creo que por mi mente cruza el nombre de Edén... es el causante de que el sueño haya sido lindo—agrega mientras me ve con una mirada curiosa entre sonrisas.

Río y solo le lanzo una mirada tierna. No contesto nada, pues al mismo tiempo ingresamos a nuestro salón.

Alejandra y Danna están charlando al mismo tiempo tomamos asiento para cuando llegue la maestra.

Edén toma asiento donde siempre, solo me observa y sonríe. Danna se percata de mi mirada perdida, como si estuviese en otro plano y mis ojos solo están mirando a algún punto en específico.

—¿El amor te trae así, verdad?—pregunta cuando me ve perdida.

Volteó a verle y niego. —Pienso cosas... nada más—respondo y sonrío.

La clase inicia, observo al frente del salón un reloj, el mismo de siempre. Veo como la manecilla se mueve lentamente... transcurriendo el tiempo, después llegando una nueva clase, lo mismo, el tiempo transcurre de una forma distinta... es la primera vez que me siento así. Edén se ha centrado en las clases y en su grupo de amigos, no hemos interactuando mucho entre las clases, aunque no siempre podemos hacerlo.

El receso llega, y con ello la hora de comer, charlar y contar chismes, y también algunas veces... hacer algún proyecto X o una tarea pendiente que debemos tener lista.

Él camina hacia mí, me saluda después de que llega a mí. —¿Cómo estás, Andrea?—me pregunta cuando se sienta a mi lado y apoya su codo sobre la mesa.

Después de verle vienen a mi mente esos momentos en mi sueño, lo real que fueron. Y ahora tenerle aquí me saca una sonrisa natural, pero se ve eclipsada... por saber lo que nos espera a fin de este mes, es triste y aterrador.

—Excelente. ¿Y tu qué tal?—contestó de forma enérgica.

Asiente. —Bien... como siempre. Ya casi es 13 de octubre... faltará menos para tu cumpleaños—comenta haciendo evidente que está emocionado.

Le miró con cariño después de que me dice eso. Me hace sentir bien, aunque de algún modo sé que todo acaba días después de mi cumpleaños, quisiera poder congelar el tiempo... y eso es malo desde la perspectiva profesional. Pero mi lado personal, y mi corazón me dicen lo que verdaderamente siento.

—¿Me darás pistas sobre cuál será mi regalo?—preguntó en esfuerzo por intentar conocerlo.

Él sonríe. —Serán dos. Un regalo que sé que usarás, y otro que será... lindo—voltea a verme con cariño. —Ya lo estoy preparando de hecho, te gustará. Al menos eso creo yo—agrega curvando sus labios.

Le miró curiosa. —Realmente quiero saber qué es, pero entiendo... y obviamente un regalo no se sabe que será. Es una sorpresa—le respondo.

Asiente. —¿Qué harás el fin de semana? ¿Quieres que hagamos algo? Las chicas querían planear una pijamada, pero creo que se vio truncada porque Ale y Thalía estarán con familia, solo estará mi hermana y dijeron que quizás lo recorren para la próxima semana—informa mientras se acomoda en una mejor posición mientras me observa.



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En el texto hay: romance, venganza, bachillerato

Editado: 19.08.2025

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