Verdades A Medias

CAPITULO 06

“He tratado tanto de olvidar y no puedo… cada vez que veo sus caritas llenas de lágrimas, llamándome…

-Mami… mami… mis bebes me llaman y yo no puedo hacer nada…

-Esto es tu culpa palomita, te dije que lo nuestro era tan grande que ni siquiera la muerte podría con nosotros…

- ¡Por favor Andrés… abre la maldita puerta… te juro que nunca más… por favor amor… mírame… soy tuya… nunca más me iré!

-Eres una mentirosa… dijiste que me amabas… me dijiste que me amabas por sobre todas las cosas…desde hoy todo lo que pase será por tu culpa… tendrás que vivir con la culpa…. Cada día de tu maldita existencia… vivirás con la muerte de nuestros hijos en tus hombros…

-Andrés… te juro que si les haces algo… yo misma te matare con mis propias manos…

-Lo siento palomita… adiós…”

 

Srta.  Ramos… ¿puede abrir los ojos?”

Gabriela ha escuchado esa voz tantas veces en el último tiempo, que ya le es familiar… es una voz suave, el acento latino le es conocido, pues en el mundo en que ha estado viviendo, el español se ha convertido en su segunda lengua.

Pero ella no quiere volver, quiere desvanecerse en la niebla que la rodea, todo es silencioso y tranquilizante, las siluetas que le acompañan no hablan… solamente le dirigen miradas de angustia y compasión… ellas saben que estar muerta es lo mejor que le puede pasar y ahora Gaby está decidida a quedarse… no hay nada en el mundo que la ate, no queda nadie por quien aferrarse, porque hace 5 años que ya está muerta en vida y el dolor es demasiado para soportar.

-Gabriela… lo siento mucho… pero la investigación se cerró hace meses… tu familia fue declarada muerta y no hay nada que pueda hacer para reabrir el caso-

escucho las palabras de la asistente del fiscal y no puedo contestar… las palabras están atoradas en mi garganta y no puedo hacer que salgan.

-Debes seguir con tu vida, eres una mujer joven… pronto conocerás a alguien, podrás tener más hijos...

Sus palabras calan hondo en mí, ella no entiende… no puedo darme por vencida después de haber luchado tanto, ella no me entiende, porque ella no soy yo...

-Usted no tiene una puta idea de lo que está diciendo… mis hijos estaban en ese auto… mis bebes estaban allí y el hijo de puta de mi marido me los arrebató… ¿dónde estaba usted cuando Andrés se tiró por ese acantilado junto a mis hijos? -   Le dirijo una mirada llena de rabia, porque, aunque ella no sea la culpable, sus palabras duelen más que mil puñales en mi pecho.

-Gaby, la investigación fue concluyente, no fue suicidio, fue un desafortunado accidente, lo siento mucho; pero la policía hizo bien su trabajo, las evidencias lo corroboran.

-EVIDENCIAS!! ¡A USTED SOLO LE PREOCUPAN SUS MALDITAS EVIDENCIAS!!, ANDRES LO HIZO… LO HIZO POR SU PUTO EGOISMO… USTED NO LO CONOCIA!!!

Golpeo el escritorio con las palmas, con lágrimas corriendo por mi rostro, me han quitado todo, mis hijos, mi carrera y mi vida… la vida que habíamos planeado vivir, mi pequeño pronto cumpliría 6 añitos, mi nena 4. 

Andrés cumplió su palabra, el sentimiento de culpa y sus muertes eran una carga demasiado pesada de llevar.”

 

En medio del murmullo alrededor de la muchacha, había una que destacaba por sobre las demás. Mark había visitado a Gabriela día tras día, y cada vez llevaba consigo la esperanza de verla despierta, luego del incidente, el teléfono dispuesto para recopilar información sobre el caso no había parado de sonar, pero todas con pistas falsas, los atacantes habían desaparecido como por arte de magia, sólo debían esperar a que Gabriela saliera del coma, pero al parecer la chica no quería hacerlo. Hacía días que le habían quitado los medicamentos, pero no había rastro de mejoría… solo un milagro podría traer a Gabriela de vuelta.

“hay algo más que se pueda hacer?

Mark pregunto a la enfermera junto a la cama de la chica, los moretones en su rostro habían desaparecido y los huesos del brazo ya estaban soldando… aunque lo que más había preocupado a los médicos fueron la cantidad de heridas de arma blanca que tenía la joven, pudieron, luego de varias cirugías dar por superado el riesgo vital y esperar que, con el paso del tiempo, la joven pudiese superar ese difícil capítulo de su vida.

“solo es cuestión de tiempo señor Payne, en estos casos debemos esperar a que su cuerpo descanse… a veces un pequeño estimulo puede ser de vital importancia” contesto sonriendo la enfermera, quien con el paso de los días había desarrollado cierta admiración por Mark… cada vez que él se dirigía a Gabriela con palabras tiernas, se imaginaba siendo ella la destinataria y aunque el Sr. Payne le dirigía la palabra solo para preguntar por el estado de la muchacha, el sentimiento que estaba albergando por ese hombre se hacía cada vez más intenso.




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