Verdades A Medias

CAPITULO 09

Carmen veía a su amiga de mal en peor, estaba triste todo el día y durante la noche la escuchaba llorar, la última vez que la había visto así, fue en el funeral. Andrés había decidido quitarse la vida junto a sus dos pequeños hijos, Alberto de 5 y Julia no había alcanzado a cumplir los tres.  Luego de aquella noche en la que Andrés se había ensañado con ella, Gabriela se había divorciado de él y había prohibido que Andrés se acercara a ella o a sus hijos.

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Años atrás…

 

_ ¿crees que Gaby esté bien? _

_Si quieres, podemos ir a ver cómo está todo… solo para asegurarnos_

_Si, por favor, solo quiero saber que Gaby está bien_

Los gritos de la joven, se escucharon desde el momento en que estacionó el vehículo frente a la casa de Gabriela, Miller, su novio, alarmado corrió hacia el interior de la propiedad, descargando todo su peso en la puerta principal, la cual se desprendió de las bisagras al segundo empujón mientras Carmen lo seguía de cerca y llamaba al fono de emergencias.

Encontró a Gabriela inconsciente, tirada en el piso, mientras Miller inmovilizaba a Andrés, ella lloraba por su amiga, varias veces Gaby había dado indicios de violencia, algunas veces llegaba a clases con moretones en los brazos o algún corte en la cabeza, pero su amiga siempre encubrió la situación, alegando lo patosa que era. Carmen había supuesto que esta situación había cambiado luego de enterarse del nuevo embarazo de Gabriela y jamás se le pasó por la cabeza que Andrés fuese tan canalla como para golpearla con 6 meses de embarazo.

Ella había sido testigo de las veces que su padre había violentado a su madre y aunque ahora su progenitora había superado esta situación y vivía feliz con un buen hombre, se lamentaba no haber hecho algo antes y así no tener que ver a su amiga en la misma situación, por lo que ese día se había prometido apoyar a Gaby en todos los trámites legales que hicieran falta para que ella tuviera tranquilidad.

Fin del recuerdo…

 

 

 

“¿Gabriela, puedo pasar? Carmen habló adentrándose en la oscuridad de la habitación.

Gaby se incorporó en la cama, sorbiéndose la nariz y fingiendo una sonrisa, sabía que estaba siendo más que un estorbo para su amiga, trataba durante el día de pasar desapercibida, salía temprano al trabajo en una revista de diseño, lo que Carmen no sabía era que luego de su jornada laboral se la pasaba merodeando por las orillas del rio, de cierta forma el ir y venir del agua la tranquilizaba, le daba esperanzas. Otras veces se sentaba durante horas en la plaza frente al edificio donde se encontraban las oficinas de Mark, solamente para poder verlo a la distancia, se consolaba solo con eso, pues la idea de un futuro juntos había desaparecido.

Ese mismo día lo había visto, se había dirigido allí para hablarle y explicarle el porqué de su comportamiento y pedirle o más bien rogarle que la perdonara, se encontraba en el vestíbulo esperando por él… le sudaban las manos y estaba nerviosa, ensayaba en su mente las palabras una y otra vez, pero los nervios seguían allí.

Nada más fue escuchar la campanilla del ascensor, que se giró para encontrarse con la figura de Mark, se veía tan apuesto… mucho más de lo que recordaba, la imagen la desconcertó. Llevaba un traje gris, camisa lila y corbata a juego, su corazón latió más rápido que sentía que se le podría salir del pecho, se pasó las manos en la falda, caminado hacia su encuentro.

Mark se giró abruptamente hacia una figura femenina que salía del mismo ascensor en el que segundos antes él había salido, dirigió una hermosa sonrisa a la rubia que se encontraba detrás, acercándose a ésta y dándole un beso en la boca. Gaby se congeló… había esperado demasiado y él había pasado página, rápidamente se escondió detrás de uno de los pilares para que la feliz pareja no la viera, luego de unos minutos se alejó de allí, con la certeza de que una vez más sus sueños no eran más que eso… sueños

 

“por supuesto Carmen, perdona si te desperté”

“no, tranquila, aun trabajaba… dime cómo te encuentras” le hablo despacio, tomando la mano de la chica entre las suyas

“no lo sé Carmen… esta situación me está matando… él me debe odiar…

“claro que no muchacha, nadie te podría odiar… mírate nada más.

“Le mentí y le hice daño”

“No mentiste, digamos que omitiste información… “

“debí haberle hablado de césar, de Andrés y lo principal de mis hijos.”

“no te has puesto a pensar, que ese hombre, ya debía haberlo sabido… quizás solo estaba esperando el mejor momento para hablarlo.”




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