Vestigios Memoriales

"Vestigios Memoriales"

-¡inició!-

▬▬▬▬▬▬▬『•• Vestigios Memoriales ••』▬▬▬▬▬▬▬

(N######)

Una noche oscura y tenebrosa cuando salí corriendo tal jabalí despavorido del que yo soy verdugo y observando en la noche otro verdugo encontré que no era otro que el mío propio; anunciando mi sentencia con el campanear de sus pezuñas, esa cabra de dos piernas, que significa muerte, me llamaba. 

Ni siquiera sé bien por qué lo hice, ¡so-solo quería salir de ese palacio!, de aquella prisión, mi cárcel de la cual fue un error escapar, un terrible error... No vuelen, nunca lo hagan.

El ser se me acercó con su malevolencia para susurrar sutilmente a mi oído justo como príncipe a doncella sus fantasías y sus oscuros deseos por mis ojos... Los cubrí con las manos, fue de puro impulso pues solo quería que ese demonio desapareciera y asombrosamente funcionó, lentamente la presencia del malévolo demonio terminó en nada, cuando esto ocurrió retiré mis manos y hui como nunca nublando por momentos mi vista con mis dedos cuando sentía su semblante en mi nuca, si yo no lo observaba el a mí tampoco o eso parecía.

Fue una noche larga, estuve haciendo tal acto monótono hasta llegar al palacio y todavía estando en la falsa seguridad que para mí representaba ese lugar sentía su mirada proveniente del bosque y aunque no lograra verlo sentía sus vacíos oculares justo en mi nuca casi como queriendo atravesarla hasta llegar a mis ojos...

¡¡Dios!! ¿¡Este es mi castigo!?, de ser así ¿Qué mal hice para merecerlo, por-por qué me has abandonado?

Tenía miedo, pero en el fondo también alegría, había encontrado una forma de escapar de ese malvado ser, siempre me había observado a la distancia, a veces me saludaba, pero nunca se había acercado tanto a mi... Nunca me había dicho una sola palabra, su voz era grave, severa y desafinada y sus ojos resultaban siendo dos agujeros vacíos que denotaban una carencia total de emoción alguna.

Es entonces que le pedí un recado a uno de los guardias, ellos estaban a salvo de esa criatura así que podían salir de aquí y llegar a la bella Xulemcart con el fin de comprar para el príncipe una máscara de madera que cubriera toda mi cara, así el no podría hacerme nada.

Mi máscara debe tener en lugar de dos grandes aberturas para ver: unas muy finas líneas por las que apenas mis ojos lograran observar, esto a fin de que nadie lograse percibir mi heterocromia por tan delgadas brechas, pero no era suficiente... No para mi, así que esa mascara tan especial tendría que permitirme usarla mientras debajo de esta portaba un antifaz, así ese oscuro demonio no podrá cumplir sus descabellados deseos.

El día pasó y a la mañana siguiente tenía en mis manos a la que sería mi salvadora, como era común en el reino aquella mascara de madera adornada con bellos tallados de flores tenía una nariz muy alargada, se suponía que así también me daría buena suerte y protegería de las enfermedades, ahora solo falta el antifaz, había encontrado uno de ébano color anteriormente en un baúl con las cosas del abuelo.

La duda me mata como si fuese un gato ¿Qué hacia mi abuelo con un antifaz tan vistoso?, pese a mi curiosidad ignoro la duda, ahora estoy protegido, ese demonio no me devorará, nadie comerá mis ojos "especiales", mis ojos malignos... Que patética fantasía.

«Hoy será un día grandioso, al fin llegarán los momentos buenos» mi picardía era notoria, hoy se celebraría una cacería en el bosque, la primera para mi por lo que estaba muy contento, madre también asistiría pese a su estado, se las había arreglado para convencer a papá para que pudiese estar ahí o eso pensé. La presencia de mi madre me tranquilizaba, quizás por eso me confié...

«Hijo dejaremos atrás todos nuestros problemas, de ahora en adelante comenzará una nueva era para nosotros, después de todo tú eres el heredero al trono» Fueron las palabras que padre me dijo esa misma mañana, siempre nos habíamos llevado extremadamente mal, él siempre me había golpeado... Nunca le agradó mi mirar. << Nos iremos de cacería, tu madre también irá>> y me regaló una sonrisa, los dos estábamos felices, él por un motivo desconocido y yo por su redención, mas adelante sabría el motivo de su alegría: "la nueva bendición nacerá mañana o pasado mañana." De momento todo parecía ir de maravilla hasta que llegó la tarde...

Había comenzado a serenar, nos acompañaba además un pelotón de guardias armados preparados para cualquier ocasión, yo portaba mi mascara, a padre no parecía importarle mucho y a pesar de la escasa vista que esta me proporcionaba logré avistar un jabalí a la lejanía, rápidamente le avisé a padre y él en alegría y ovaciones me felicitó «¡Bien hecho N######! Ahora ve por el» y entre sus aplausos me prestó su rifle de alto calibre, era un poco pesado.

Estaba a punto de dispararle al animal, lo tenia en la mira, mi equivocación fue enseñar mi perfil... Cuando el rey miró el costado de mi rostro logró ver una pequeña parte del antifaz que no había ocultado bien, entonces me tomó del hombro obligándome a voltear mientras disparaba ahuyentando a la pobre presa, al disparar sin estar preparado no pude colocar bien el arma en mi hombro dislocándolo, pese a eso seguí como si nada, aguantando el dolor. 

«¿¡Que mierda haces con eso puesto en tu estúpida cara!?» me dijo en un tono fuerte además de hostil, estaba enojado, en los ojos de mi madre comenzaban a formarse lágrimas, yo solamente no quería que volviesen a discutir... No otra vez...



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En el texto hay: demonios, reinos, dioses

Editado: 09.08.2022

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