Vestigios Memoriales

"Despertar"

-Miedo a Dios-

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«Los creyentes oran por Dios. La simpleza del universo se les hace inexplicable... No encuentran el porqué de su existencia, Dios los hace sentir especial»

«Los reyes oran por Dios. Buscan el bien para su pueblo, buscan su propio bien...»

«Los ángeles oran por Dios ¿Por qué lo hacen? ¿por miedo?»

«Los soldados oran por Dios. Buscan el perdón de sus pecados: de sus asesinatos... Dicen creerse culpables; cosa que en el fondo no ha de ser así. El rifle necesita quién apriete el gatillo, son conscientes de eso y ser conscientes los hace sentir mejor, se sienten "culpables" por el cadáver frente a ellos, se sienten de tal manera ya que sentir culpa los hace sentir como seres con emociones, no se sienten como simples máquinas cuando sienten la culpa, porque saben que no sentir tal sentimiento significa que algo dentro de ellos no está bien, no sentir culpa los haría inhumanos, serían seres sin emociones, seres vivos sin... Sin vida, máquinas para matar, su miedo y lo que son, Dios le teme a su reflejar en el espejo...» Terminó su discurso y no entendía que pasaba.

Y miré hacia el cielo y cuando lo hice el cielo me miró a mí. «N-necesito tu ayuda...» Pronunció con su suave voz mientras tosía haciendo que el firmamento entero junto a todas las nubes se llenaran de ojos que me miraban a la vez que tambien parpadeaban.

Luego me percaté que no estaba tosiendo: estaba llorando, así que le pregunté:
«¿Ángel por qué llora?» A lo que él respondió:

«No lo recuerdo... Ese es el problema... »

«Cómo que no lo recuerdas?» Le pregunté lleno de curiosidad.
«No recuerdo nada... Todo lo estoy olvidando y...» Me respondió llenándome de dudas.

«¿Y?» Una de mi cejas se levanta mientras lágrimas brotan de mis ojos sin motivo, trato de secarlas, pero ni siquiera puedo tocarlas, son lágrimas intangibles.
«Yo no soy un ángel, y esto no es un sueño»

Entonces de la nada todo se volvió oscuridad mientras a cada uno de los ojos de las nubes y cielo les aparecían dos pares de ojos dentro de sí mismos, si, dos pares de ojos dentro de los ojos mirándome fijamente con asombro y a estos dos nuevos pares de ojos les aparecían una nueva pareja de oculares y luego a estos dos nuevos le aparecía una nueva pareja dentro y el ciclo se repitió infinitas veces como una copia de la copia de la copia, cada ojo era más pequeño que su versión original, todo esto se me asemejaba a una muñeca rusa, era un espectáculo terrorífico que me provocaba ganas de vomitar sin ningún motivo aparente en ese instante.

Hasta que llegó a mi ese aroma, el aire se había mezclado con un olor a mierda, tras eso algo épico sucedió, pero no lo recuerdo... Solo sé que el ángel o lo que sea eso me mostró su destino en el que s# s#i#### p### ##r pa## ## #### ######.

Espera... ¿Qué fue lo que dije? Ya tampoco lo recuerdo.

«Yo también busco mi felicidad mortal» en ese momento los ojos seguidos de los ojos de los ojos de los ojos comenzaron a llorar mientras mis lágrimas se quemaban.

Y desperté...

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Desperté: estaba frente a dos montañas gigantes.

Los árboles por primera vez no eran azules y sus tonos variaban de amarillo a naranja y rojo escarlata.

Miraba una y otra vez a las montañas, podía ver su vegetación verde y amarilla desde donde estaba por lo que verlas apasionadamente buscando entre tantos árboles más y más detalles me deleitaba.

Hasta que mis ojos chocaron con la blancura de la nieve deslizándose por las rocas, el copo de la montaña era tan blanco como una hoja de papel de la cual dos grandes ríos salían, uno daba vida a un rio más grande que atravesaba a ambas colinas y el otro era imaginario, pues desapareció al verlo fijamente. Por último sobre la cima habian nubes negras abastecían de más nieve.

Así que volví a mirar hacia arriba y cuando lo hice una voz del cielo me regañó, era una voz similar cosa que no entendía «¡No mires arriba, no vuelvas a hacerlo!» para mal de ella la ignoré y vi sobre la cima de tanta belleza un lucero que se hacía más grande cada vez que pestañeaba, lo miré fijamente y dijo «No temas» luego me dijo un nombre tan irónico como que se llame rosa una rosa, «Soy el Lucero» o más bien me dijo «Soy Lucero» y la estrella perdió su brillo para siempre mientras se convertía lentamente en un enorme ojo de muchas alas que lloraba lágrimas azules.

Las lágrimas tocaron la montaña, tocaron los árboles, tocaron la vegetación y con dicha acción todo se tiñó de azul y más nubes aparecieron sobre mí en forma quizás de mal presagio.

El lucero que se transformó en ojo me miró fijamente y cuando lo hizo su mirada perdió el poco brillo que le quedaba.

Entonces si desperté, tenia hambre y mi papá no estaba por lo que fui a cazar algo con mi rifle, ignorando tan perturbadora pesadilla y tan malos presagios, "solo fue un mal sueño" pensé, y que mala idea fue pensar eso...



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En el texto hay: demonios, reinos, dioses

Editado: 09.08.2022

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