Viernes 21 de junio, 2019.
Ni bien llego de la escuela tiro mi mochila en alguna esquina del cuarto, prendo las luces y me acerco a mi cama para poder zambullirme encima de esta tirando varios de mis peluches al suelo. Cierro los ojos, y uno de mis brazos termina posicionándose encima de mi rostro.
Estoy en un punto muerto y no sé como reaccionar.
¿Qué tan difícil será conseguir una nueva identidad?
La idea de escapar a un inhóspito pueblo lejano donde me rodee la naturaleza y volverme una criadora de ovejas es simplemente tentadora.
Y no, no estoy exagerando.
Desde que Ivan había hecho ese tweet, muchas de sus fanáticas me habían dado follow, y reposteaban constantemente todos los tweets que hacia, incluyendo los fanarts que había dibujado. No estaba acostumbrada a recibir tanta atención por parte del resto, y no sabía como reaccionar correctamente a lo que estaba pasando.
Comencé a girar en mi cama, en algún punto por no calcular bien terminé cayendo al suelo, mi nariz besó mi alfombra provocándome cierto escozor. Mi celular volvió a sonar por millonésima vez en el día. Eran tantas las notificaciones que inclusive me había visto forzada a silenciarlo para evitar su constante sonido. Tomé mi celular, y con mucho miedo desbloqueé la pantalla. Tenía trescientas notificaciones nuevas y acababa de verlo hace solo quince minutos.
Caro me había dicho que era una excelente noticia, y yo también lo pensaba, se sintió lindo que una estrella como él tuviera ese gesto conmigo, pero de solo imaginar que alguien descubriera quien era la dichosa SkyWalker provocaba que estuviera al borde de un colapso nervioso.
Escuché el timbre de la puerta sonar, mi madre fue a ver quien era, oí la risilla de Caro venir desde la primera planta, lo siguiente que escuché fueron sus pisadas, y posteriormente ella entró empujando la puerta y diciendo ¡Bom, baby!, mientras movía de un lado al otro un nuevo número de Vanity, la más grande revista de chisme juvenil adolescente.
—¡Eres una leyenda! —gritó con voz cantarina mientras daba unos cuentos saltitos en su lugar.
—Dime por todo lo santo y sagrado, que no se habla de mi en esa revista —rogué, aunque claramente sabía cuál era su respuesta.
—¿Quieres que te mienta? —pregunta a medida que se sienta a mi lado.
Tras escucharla volví a tirarme sobre la cama, tomé mi almohada y ejercí cierta presión sobre mi cara.
—Dios santo, esto se está saliendo de control.
—No seas dramática —la escuché decir, yo resoplé—. Es decir, se habla respecto a las Whivers, pero... directamente no se muestra algo que te vincule a ti con la presidenta oficial del club de fans.
La curiosidad terminó ganándome, Caro extendió la revista en mi dirección y observé a Ivan en la primera plana. Mierda, en serio era demasiado hermoso.
"Ivan White, el inicio de una estrella", decía el título que abarcaba toda la portada.
—Ahora mira un poco más abajo.
La fiebre whiever acaba de comenzar, todos los detalles acerca de esta fanaticada que viene creciendo como la espuma. Pag 10.
Caro estaba disfrutando enormemente todo esto, su cabeza se había ido a algún lugar lejano de la galaxia Andrómeda, y tratar de hacerle ver la enorme lista de contras y problemas que tendría si el resto sabía que yo era Sky, era algo que ella simplemente prefería ignorar por completo.
—Llévame antes que sea demasiado tarde —exclamé al techo, Carolina terminó pegándome un codazo mientras me extendía la revista en la página de la nota.
Comencé a leer. El artículo detallaba ampliamente como estaba siendo el paso de Ivan White desde los medios. Era increíble, es decir, la agencia Golden tenía mucho que ver en el despegue que estaba teniendo su carrera, pero el mismo carisma que Ivan tenía le estaba abriendo muchas ofertas en el medio, incluso se voceaba que algunas agencias de talentos sur coreanas querían que realice colaboraciones con sus grupos, aunque claramente todo esto todavía eran rumores no confirmados.
—Esto de las whievers se salió de control.
—A mi me parece algo lindo, es decir, fuiste la primera en darle un nombre a su facción, y en palabras propias de él, le encantó.
—Me da pavor que esto llegue a escalar a otro peldaño —añadí mientras señalaba la imagen del tweet de Ivan, donde claramente aparecía mi usuario— ¿Te imaginas que busquen algo acerca de mí?, si en la escuela descubren que la dichosa presidente del club de fans es la ñoña otaku emo callada, me harán la vida imposible.
—Vamos, Zoey, deja por un momento tu paranoia.
—Es que no es paranoia, estoy planteando hechos que pueden pasar.
—Eso se llama ser paranoica —añadió mientras fruncia el ceño—. Mujer, disfruta el momento. Debes ser de las pocas personas selectas que puede mantener una comunicación directa con él.
En cuanto ella dijo esto en cierta forma no pude evitar sonrojarme. Posiblemente no era verdad, Ivan debía conversar con muchísimas chicas más guapas e interesantes que yo.
—Tierra llamando a Zoey —escuché que ella dijo mientras movía una mano frente a mis ojos— ¿Escuchaste lo que te dije?
—Lo siento, me perdí ¿Qué me dijiste?
—¿Le respondiste el mensaje?
Y me volví a quedar en blanco, Caro elevó una ceja aguardando una respuesta, aunque tratara de mentirle sabía que se iba a dar cuenta. Terminé negando con la cabeza, ella suspiró de forma pausada y luego se cruzó de brazos.
—Zoey, vamos, dijiste que le responderías.
—¿Qué quieres que le diga? Me preguntó que más hago aparte de ser la ñoña de Star wars. Mi vida es todo menos interesante. No salgo, me la paso jugando videojuegos, viendo anime y ocasionalmente canto con mi papá. Si buscas aburrimiento en el diccionario posiblemente aparezca mi foto como referencia.