A la mañana siguiente fui en busca de Caro. Su madre, que ya traía puesto su bonito uniforme de enfermera, se estaba marchando al trabajo así que me dejó pasar. Subí las escaleras, y conforme me acercaba a su habitación, su reproductor de música cambió de canción y Ojos así de Shakira comenzó a inundar el ambiente. Toqué la puerta, Caro, quien tenía una pañoleta en la cabeza y la aspiradora fuertemente sujetada en la mano izquierda, me sonrió mientras hacía una pequeña reverencia.
—Su majestad —añade con diversión mientras se hace a un lado—. Llegas en buen momento, acabo de mover todo para que mi fen shui no se vea afectado.
—¿Tu fen que?
—No lo entenderías pequeño saltamontes —tras decir esto ella rio, dejó las cosas a un lado y se tumbó en la cama—. Mi mamá dejó algo de dinero, aunque sobró pachamanca de ayer. Si quieres podemos almorzar eso, o... bien podríamos pedir una suculentosa hamburguesa de Burger.
—No creo que pueda comer nada ahora —confesé—. Mira.
Le di mi celular a Caro, ella lo tomó entre sus manos y cuando terminó de leer, comenzó a brincar de la emoción en su lugar, aunque claro, luego de darse cuenta de mi expresión pausó su celebración de golpe.
—Ay no, dime que no te pasó lo que creo que pasó —asentí, ella me dio unas ligeras palmaditas en la espalda—. Zoey, nena preciosa, luz de mis ojos, ¿qué es lo que te asusta?
—Que Sky salga de alguna u otra forma en algún medio y volverme el foco de atención en la escuela.
—Bueno, tienes un punto, me gustaría contradecirte, pero es poco probable que eso no pase —añade mientras suspira—. Entonces... supongo que no irás.
—No lo sé —confesé, y ella sujetó mis manos—. Me muero por ir... pero, es que, Dios, Carolina, este maldito problema que tengo una vez más me está frenando.
Ella se quedó observándome y luego me dio un abrazo.
—Zoey, mi nena hermosa, aunque no estuve allí ese día estoy segura de que esos jueces son unos desorejados —tras decir esto ella toma mi rostro entre sus manos—. ¿Qué puede saber la señora Lilith de talento?, la mujer no lo reconocería ni aunque este la mordiera. Sé que no ganaste ese día, pero... ya es momento de soltar.
—No es tan fácil como parece, Caro...
—¡Tengo una idea brillante! —en cuanto dijo esto se puso de pie como un rayo y corrió hasta la puerta de su cuarto—. Espera, creo que lo que te quiero dar está en la parte de abajo ¡Vuelvo enseguida!
No pude evitar suspirar luego de escucharla.
Nunca le dije a Caro que era lo que había pasado en la primera, era quizás el único secreto que tenía con ella.
Mi sueño de niña había sido cantar, y mi padre, haciendo un enorme esfuerzo pese a nuestra situación económica de ese tiempo, había conseguido inscribirme en unas clases de canto particulares. Mi maestra era muy buena y estaba maravillada con mi voz, inclusive en más de una ocasión, le había hecho saber a mi familia que veía un brillante futuro en mí si continuaba por ese camino.
Pero todo se vino abajo el día de la función de talentos cuando tenía ocho años.
Había practicado la canción de Zombie de The cramberries, y aunque el plan inicial era que Caro y yo nos presentáramos ese día, ella pescó varicela y no pudo acompañarme a la escuela, mis padres tampoco habían podido ir ya que el dinero escaseaba, y aunque trataron de pedir permiso en sus respectivos empleos, no se los concedieron.
Estaba sola, pero recordaba la mirada orgullosa de mis padres y de Caro cuando ensayábamos, y eso fue lo que me dio valor al momento de pararme en medio de todos. Mientras cantaba sentía como mi cuerpo vibraba. Sonreía, estaba verdaderamente feliz, ya que eso era algo que amaba, y cuando terminé varios alumnos de grados superiores comenzaron a aplaudir, luego fueron los padres, y finalmente el auditorio se terminó llenando de vitoreos.
Me dieron el primer lugar, la directora de ese tiempo se acercó a mi con un enorme trofeo, y para cuando todo el evento terminó, regresamos a los salones. Llegó la hora de la salida, únicamente quedábamos Drake, Amber, y su grupo de amigos, los demás habían partido en la movilidad escolar. Me invitaron a jugar, accedí gustosamente, pero fui muy ingenua, debía de haber intuido que algo iba mal cuando me comenzaron a llevar a la parte trasera de la escuela.
En cuanto llegamos me pusieron al medio y todo comenzó. Los insultos, los empujones, traté de defenderme, pero me superaban en número.
Amber se acercó hacia mí y rompió el vestido que mi papá con tanto esfuerzo me había comprado, luego Drake en compañía de los demás me sujetaron y me encerraron dentro del almacén donde tiraban el material de la escuela que estuviera dañado o roto.
Me quedé allí por horas en la completa oscuridad. Lloraba, gritaba, pero nadie me escuchaba, y al tratar de escapar por la ventana apilando unas cajas, terminé cayendo y mis brazos y piernas terminaron sangrando por las heridas que me hice.
Una y otra vez lo único que escuchaba mientras llamaba a mi mamá y mi papá, era la voz de Amber y Drake decir "Esto te pasa por creerte mejor que el resto"
Tenía mucho frío y miedo. Estuve varias horas encerrada dentro de ese almacén, ya que al ser una zona en donde los niños teníamos prohibido ir, nunca imaginaron que estaría allí, y para cuando me encontraron ya era la media noche.
Según lo que me dijeron mis padres, en cuanto vinieron a recogerme llegaron al salón y no me vieron por ningún lado, Drake y Amber todavía seguían en la escuela, y ellos les dijeron a ambos que yo me había ido sola aunque trataron de detenerme. Mis padres y todo el personal de la escuela comenzaron a buscarme por los alrededores, si la policía no hubiera usado perros rastreadores, posiblemente hubiera quedado atrapada todo el fin de semana.
¿El resultado de aquella "broma de niños"?