Viaje a las estrellas

❤ CAPÍTULO XIX ❤

Había sobre pensado tanto las cosas que habían pasado el día anterior que no había podido pegar un ojo en toda la noche, y cuando por fin pude hacerlo, me quedé tan dormida que mi celular no me despertó a tiempo para poder levantarme y alistarme.

En otras circunstancias habría fingido estar enferma para poder faltar a clases, pero hoy justamente tenía un examen importante que ni siquiera estaba segura de poder responder por todo lo que tenía dentro de la cabeza.

Sentía los pulmones afuera, pero por fin pude ver las puertas de la escuela frente a mí, la profesora de educación física ya estaba controlando su reloj y estaba ansiosa porque marcara la hora para cerrar la reja y hacer que los tardones fueran a ayudarla en el gimnasio.

Comencé a correr todavía más fuerte cuando vi que había comenzado a mover la reja. Logré llegar por un pelo, la maestra el ver que venía comenzó a avanzar con más prisa, pero prácticamente me lancé al frente y logré pasar.

Al llegar al salón traía el alma fuera del cuerpo, Caro había separado la banca de su lado, pero posiblemente mi apariencia fuera de todos menos agradable en ese momento. Me acomodé en mi lugar y comencé a respirar agitada mientras Caro rebuscaba algo dentro de su mochila.

—¡Pero Zoey, te llame unas veinte veces! —me dice mientras me pasa una toallita húmeda para limpiarme la cara.
—No escuché ni a mi madre llamándome —respondo, todavía recuperando el aliento—, tuvo que... subir a moverme porque pensó que me había muerto durmiendo.

La maestra Grey no tardó en aparecer por la puerta con la pila de exámenes bajo el brazo, todos los que estaban fuera de sus pupitres corrieron de inmediato para poder tomar asiento. Como era costumbre, ella tomó un puñado de los papeles y los dejó para que la persona que iba delante de la fila fuera pasando las hojas hacía atrás, al llegar mi turno volteé para poderle pasar al siguiente, pero al observar el papel me quedé en blanco, esos no eran los temas que había estudiado.

—Como les comenté la última clase, los que reprueben este examen deberán hacer un trabajo práctico, espero que hayan estudiado lo suficiente, caso contrario, vayan mentalizándose que no tendrán fin de semana.
—Profesora, disculpe —escucho que Drake habla desde el final de mi fila—, estos temas no están en el material que nos proporcionó.
—Joven Wilson, le recuerdo que el jueves les dije que los temas serían variados desde el inicio del año hasta este momento, si estudió se dará cuenta que todos los temas están allí.
—Pero...
—Al parecer ya sé quien será la primera persona que no disfrutará de su fin de semana —sentencia ella y más de uno se removió en su silla—. Tienen cuarenta minutos para acabar.

Al ver como Caro había comenzado a responder sin dudar las respuestas entendí que el error había sido mío, vagamente tenía flashbacks de la profesora explicando eso antes de salir corriendo a ver a Ivan, pero mi cerebro había decidido borrar por completo esa información tan importante de mi cabeza.

—Me quiero matar —susurré, pero Caro si dio cuenta que había comenzado a morderme los dedos.

Grey sabía que de alguna manera ambas haríamos trampa así que envió a Caro a la parte de atrás y obligó a Drake a que se sentara a mi lado, al llegar buscó respuestas en mi hoja pero al ver que lo único que figuraba era mi apellido, chasqueó la lengua con visible molestia y optó por buscar su salvación en otra parte.

Contesté las preguntas que recordaba lo mejor que pude. pero para cuando terminó la clase ya sabía cual sería mi nota, para sorpresa de nadie, Amber había sacado la segunda mejor calificación, aunque estaba cien porciento segura de que se había copiado de Caro que estaba a su lado, y los que debíamos hacer el trabajo recuperatorio éramos: Drake, Ana, quien era prácticamente nueva, y yo.

—Espero sus trabajos a más tardar para la hora del almuerzo del lunes.

Para cuando Grey se fue, Caro botó a Drake de su asiento y tomó su lugar nuevamente. Yo escondí mi cara con las manos mientras releía los puntos que debía tener mi informe para el día lunes.

—Zoey, pero si me dijiste que habías estudiado.
—Lo hice, pero el tema equivocado —respondo mientras comienzo a garabatear sobre la hoja.
—Oye, puedo ayudarte ¿Qué te parece si comenzamos hoy? Así tendrás tiempo y no se te consumirá todo el fin de semana.
—Te amo, me has salvado.
—Nena, siempre lo hago —contesta ella sonriente mientras vemos al siguiente profesor ingresar al aula.

***

Al llegar al comedor tomamos nuestra bandeja y nos ubicamos en nuestro lugar de siempre. Tenía mucho por contarle, demasiado, y necesitaba que ella fuera ese faro de luz que me guiara a buen puerto.

—Zoey, ¿en qué momento te volviste la protagonista de un triángulo amoroso? —pregunta Caro luego de escucharme contarle todo lo que había pasado.
—¿Cuál triángulo? —suelto visiblemente ofendida— Ivan es mi novio, Eliot, es mi... amigo.
—Amigo mis tetas —responde ella— Zoey ¿Es que no te das cuenta? Es el destino —añade—. Si sus caminos volvieron a cruzarse es porque están destinados uno para el otro —tras decir esto ella suspira mientras sujeta sus mejillas—. Un amor infantil que regresa luego de muchos años para que se den una oportunidad. Pero ahora hay un problema, la niña de la que él se enamoró tiene novio, y no es cualquier persona, sino que es su propio primo.

Bien, podía dejar de lado lo de que fuera mi faro en medio del mar. Caro hablaba como si fuera una telenovela, de esas que veía su mamá, o de esas películas ridículamente melosas que a ambas nos gustaban en exceso.

—¿Me dejas escribir esta historia? Prometo que buscaré a una actriz super guapa que te interprete cuando se vuelva una adaptación en la pantalla grande.
—Estás volando demasiado, pisa tierra.
—Dios, es que me emociono de solo escucharte. Bien, seré completamente objetiva porque ambos tienen lo suyo:




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