Caro y yo nos encontrábamos algo más lejos de los demás, Benjamin le había prohibido el ingreso a Eliot así que él solo nos acompañaba y se quedaba en el estacionamiento.
Si debía ser sincera estaba demasiado molesta, Benjamin trataba de aislar a Ivan de todos para que no tuviera a quien pedir ayuda, el hecho de imaginar a cuantas personas había forzado a lo mismo me provocaba pavor.
—¡Corte! Ivan, buen trabajo pero necesito que pongas más énfasis en esta escena, recuerda que es el momento donde Harper se entera de la relación que tienes con Aria, necesito que trasmitas un poco más de nerviosismo.
Camille observaba a Ivan con una ceja alzada, desde que habían comenzado con sus escenas él no había dejado de equivocarse, y aunque ella era experta en demostrar que pocas cosas le importaban, se notaba el fastidio que sentía por grabar otra vez lo mismo.
—Es increíble que pueda seguir con todo esto —oigo que dice Caro mientras da un sorbo a su jugo—. Yo no hubiera podido soportar tanta presión.
Y creo que nadie podría. Que Ivan pudiera continuar con su vida de forma “normal” era digno de admiración.
Vinieron cuatro intentos más pero el resultado era lo mismo. Se le veía frustrado. Corbin terminó pidiendo un receso para él, ya se había perdido bastante tiempo así que necesitaban avanzar.
Cuando dieron la orden, Ivan pasó sin mirar a nadie en dirección a los camerinos.
Era ahora o nunca.
—¿Estás lista? —pregunta ella.
—Lo estoy —afirmo aunque me moría de nervios.
—Solo cuídate, por favor.
Aproveché el momento en que todos tenían puesto los ojos sobre Camille así que apresuré el paso, al llegar a la puerta que tenía su nombre la abrí y lo vi sentado en una silla mientras escondía el rostro con una toalla. Me paré frente a él y toqué su mano, lo escuché suspirar y cuando me vio se irguió en esta.
—Ey.
Rápidamente él se puso de pie y vio del otro lado, solo cuando se cercioró que no había nadie fue que volteó a verme, se le veía bastante nervioso, pero sobre todo, se le veía muy cansado.
—Zoey, es peligroso que estés aquí, tienes que irte, si te ve Benjamin…
—Caro me contó todo.
Decidí hablar sin rodeos, era consciente de que él lo sabía, pero al parecer reafirmarlo resultó bastante shockeante, luego de algunos segundos eternos dio unos cuantos pasos al frente hasta acortar la distancia, sus labios se entreabrían y cerraban. Lo abracé, fue un impulso, pero creía que él necesitaba eso en este momento.
—Gracias por haberme protegido.
Noto como su cuerpo se tensa más y cuándo estoy a punto de soltarlo él me detiene y me mantiene allí a su lado.
—Lamento que le forma no haya sido la correcta —responde mientras deposita un beso en mi cabeza—. Nunca quise arrastrarte conmigo… pero… Dios, soy patético, no se me ocurrió nada mejor que lastimarte de esa manera.
—No lo eres, eres una gran persona, te preocupas por el resto… que hicieras esto por mí lo demuestra.
En este punto ya no solo me refería a que impidiera que se supiera lo de la relación que tuvimos, le debía lo de Eliot, y a su vez, le debía él quien era yo en este momento. Ivan me dio ese empujón que necesité, me ayudó a soltar las primeras notas de mi voz en este camino, me proporcionó esa confianza que dejé de tener hace mucho, y aunque me había dolido lo que hizo, eso solo me dio más coraje para continuar.
—Siento que nunca haya te lo haya dicho directamente, pero… en verdad te agradezco por todo.
—Lamento todo lo que te dije ese día —añade—. Eres una persona maravillosa, y en realidad no te merecía. Fui muy feliz contigo, Zoey. Me mostraste un lado mío que no conocía, sentí… lo lindo que se siente amar y ser amado —diciendo esto acaricia mi rostro—. Pero lo arruiné como tantas cosas en mi vida. Arruiné todo lo bonito que tuvimos. No te mentiré, aún hoy ocupas gran parte de mi corazón y me dolerá soltarte, pero tengo que hacerlo. Te amo lo suficiente como para dejarte ir y ser feliz, y sé que Eliot resguardará tu corazón y te dará lo que realmente mereces.
—Ivan…
La puerta se abrió de golpe, Benjamin estaba ahí observándonos, ambos tuvimos que separarnos, Ivan dio media vuelta y se dirigió hasta él, pero yo sujeté su muñeca con fuerza para impedirlo, Benjamin nos observó y esbozó una sonrisa de lado.
—Estás jugando con fuego, Walker.
Encorvo los hombros, una sonrisa sarcástica brotó de mis labios y esto solo generó que su molestia aumentara por mi insolencia.
—Ivan, camina —ordena.
—No es un muñeco.
—Soy su representante —Benjamin pasa por su lado y me observa, me siento demasiado pequeña a su lado, pero el odio que siento hacía él minimiza mi miedo—. Si le digo que baile, baila. Si le digo que salte, lo hace. ¿Quién eres tú, niña patética? Solo eres alguien que tuvo un golpe de suerte.
—No le hables de esa forma —esta vez Ivan se pone en medio de nosotros, Benjamin se sorprende al verlo, pero de inmediato frunce el ceño—. Seguiré cumpliendo tus órdenes, Moore, pero no permitiré que le hables de esa forma.
Entonces él suelta una carcajada estridente, luego de eso acomoda su cabello hacia atrás y alisa su traje como restándole interés.
—Walker, te aplastaré como un insecto si sigues metiéndote en mi camino —amenaza y yo me pongo al lado de Ivan.
—Quiero que lo intentes —lo reto.
—No sabes en lo que te estás metiendo, soy el talento número uno de Golden, tengo contactos por todo el medio, tú y tu patético agente no volverán a ver ni una sola oportunidad —añade—. Personalmente me encargaré de hacerte la vida imposible hasta que pidas renunciar tal y como lo he hecho tantas veces en el pasado para evitar que las pseudo estrellas como tú despeguen.
Y tú —comenta, mirando de arriba abajo a Ivan—. Si realmente quieres protegerla comienza a mover tu trasero al escenario.
Me quedo en silencio, Benjamin observa a Ivan y termina señalando la puerta con desgano, Ivan me da una última mirada y ambos se van del camerino. Mis piernas terminan de fallarme en ese momento, termino cayendo al suelo mientras coloco una mano sobre mi pecho, sentía que estaba a punto de tener un ataque, ese sujeto era demasiado intimidante.