Sigo caminando por el pasillo ─ es más largo de lo que recordaba─ esta área esta oscura y se dificulta un poco caminar. Avanzo tratando de no empujar al con los pies. A los lejos puedo ver una luz, que emite un brillo diminuto.
Me detengo a unos cuantos centímetros antes de llegar al final de pasillo, guardo la cuarenta y cinco que llevaba en ese momento en mis manos, debajo de mí camisa y tomo el fusil de asalto, tengo la sensación de que tendré compañía. Sigo avanzando con mucho cuidado sin hacer ruido, los infectados tienen muy buen oído, cualquier sonido, y tendré a ciento de ellos encima. Antes de pasar al otro pasillo se puede ver un derrumbe que se distinguir por la luz roja de emergencia cuando parpadean.
El derrumbe evita entrar desde esta parte hacia el almacén, la entrada esta arruinada, del otro lado está la otra entrada y apuesto que el sonido proviene de ahí. Me acerco a la pared y miro al otro lado. ─ ¡Malditos bastardos! ─ exclamó.
Los infectados estaban chocando contra la puerta, uno a uno se abalanzaba con tanta fuerza que su asquerosa sangre estaba por todos lados, cuando chocaban con la puerta estos caían al piso, para luego levantarse. Me fije que estaban logrando agrietarla.