Pasaron varios días desde que Olivia encontró la carta en el buzón. El nombre "Elías" no dejaba de rondarle la mente. ¿Quién había sido realmente ese hombre que ayudó a Tom a no rendirse? ¿Seguiría vivo? ¿Recordaría a Tom con tanto amor como él lo hizo?
Sentada frente a su computadora, Olivia escribió en el buscador: "Elías + escritura + rehabilitación + ciudad". No era mucho, pero era un inicio. Entre páginas perdidas, artículos viejos y foros olvidados, encontró una pequeña entrada en el blog de un taller literario comunitario. Decía:
"Elías C. — escritor autodidacta, mentor emocional y fundador de 'Palabras que salvan', un taller para jóvenes en recuperación emocional. Escribe sobre el duelo, la pérdida y la redención."
Más abajo, una foto. Olivia sintió un nudo en el estómago: el hombre tenía la mirada serena, de esas que parecían haber visto demasiado. El taller estaba activo. Aún daba clases. Y lo más importante: quedaba en su ciudad.
Esa misma tarde, Olivia fue.
El lugar era una antigua biblioteca reciclada, con plantas colgando del techo y olor a papel envejecido. Preguntó por Elías, y una mujer la condujo a una sala pequeña donde él corregía manuscritos.
Cuando levantó la vista, la reconoció al instante. No por su nombre, sino por la sombra que llevaba en los ojos.
—¿Tú eres Olivia? —preguntó, como si ya lo supiera.
Ella asintió, con la voz quebrada.
—Él me habló de ti... como quien habla del sol cuando ha vivido mucho en la sombra.
Elías se levantó y la invitó a sentarse. Hablaron por horas. Él le contó cómo había conocido a Tom, cómo lo ayudó a escribir por primera vez, cómo juntos vencieron miedos que parecían eternos.
—Siempre dijo que si algún día no estaba, quería que tú supieras que él había sido más que su final. Que eras lo mejor que le pasó, y que quería que encontraras el resto de su historia. Que no le temieras a las partes rotas.
Cuando Olivia se despidió, Elías le entregó un cuaderno. Uno más.
—Él me pidió que te lo diera si alguna vez venías.
Esa noche, con el cuaderno entre las manos, Olivia escribió otra carta. Una que hablaba de descubrimientos, de gratitud, de un amor que seguía vivo entre palabras no dichas.
#1105 en Novela contemporánea
amistades que no se rompen, sanacion de corazon y mente, duelo de amor
Editado: 24.04.2025