Vive por mí, por favor

Capítulo: Algo quedó de ti

Olivia despertó lentamente, como si su cuerpo supiera que no debía romper el momento con prisa. La luz suave de la mañana se filtraba por las cortinas y por un segundo, no sintió tristeza. Solo paz.

Se incorporó despacio, aún con la libreta entre los brazos, y al hacerlo notó algo extraño.

Sobre la mesa de noche, donde solo solía dejar su taza de té, había una flor.

Una gardenia.

Su flor favorita. Y la misma que Tom le había dado en su primer aniversario, diciendo que su aroma se parecía a ella: dulce, fuerte, imposible de olvidar.

La tomó con manos temblorosas. Estaba fresca. No podía explicarlo. No tenía gardenias en casa. Nadie había entrado. Y sin embargo... ahí estaba.

Se le llenaron los ojos de lágrimas, pero no lloró con dolor. Lloró con gratitud.

"Donde hay amor de verdad, nunca hay despedida."

Recordó esas palabras del sueño y apretó la flor contra su pecho.

Tom aún encontraba formas de aparecer. No con ruido. No con explicaciones.

Solo con esos detalles que parecían insignificantes... hasta que te estremecen el alma.

Esa mañana, Olivia no escribió en la libreta. En lugar de eso, colocó la gardenia dentro, entre dos páginas: el sueño y la carta del aniversario.

Y supo que, cada vez que volviera a leerla, él también estaría ahí.




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