Vive por mí, por favor

Capítulo: Voz en la lluvia

Era una tarde nublada, con un cielo del color del plomo que parecía querer llorar. Olivia, después de una mañana intensa en la galería, decidió ordenar algunas cosas de Tom que aún estaban guardadas en una pequeña caja que Matteo le había entregado días atrás.

Se sentó en su cama con la caja sobre las piernas. Dentro había algunas fotografías dobladas, una pulsera de cuero que él usaba siempre y... una pequeña grabadora antigua, de esas que se usan con pilas y una memoria vieja. Olivia frunció el ceño. No la había visto antes.

La encendió.

El primer sonido fue estática... luego, la voz de Tom.

—¿Ya le diste play, Liv? —su tono sonaba casi burlón— Ojalá sí. Porque esto no era para cualquiera, era solo para ti. Si estás escuchando esto, es porque encontraste la caja... y bueno, es probable que yo ya no esté. Pero no te asustes. Esta grabación no es para que llores... es para que recuerdes.

Olivia tragó saliva y apretó con fuerza el borde de la manta sobre sus piernas.

—¿Recuerdas nuestra caminata bajo la lluvia? Ese día que terminamos empapados, resfriados y felices. ¿Recuerdas cómo temblabas de frío y aún así no soltabas mi mano? Ese fue el día que supe que, sin importar lo que pasara, tú ibas a ser mi lugar seguro.

En ese momento, Olivia se abrazó a sí misma. Afuera, la lluvia comenzaba a caer con suavidad, como si el cielo quisiera acompañarla en silencio.

—Prometí que siempre estaría para ti. Y aunque no físicamente, quiero que sepas que dejé estas grabaciones porque te conozco, y sé que vas a necesitar recordarme con algo más que fotos. Así que aquí estoy. En este sonido, en tu memoria, en cada palabra que me escuches decir. Te amo. Te amo más allá de lo posible. Y no olvides lo que siempre te decía: "cuando no me veas, búscame en la lluvia". Porque ahí estaré, Liv. Ahí estaré.

El audio terminó con un leve suspiro y un clic.

Olivia dejó la grabadora sobre la cama. Las lágrimas caían, pero no con el mismo dolor que antes. Ahora había una ternura distinta. La lluvia afuera seguía, suave, constante. Como si Tom, desde algún lugar, estuviera cumpliendo su promesa.

Ella se puso de pie, se acercó a la ventana, y cerrando los ojos, dejó que ese sonido la abrazara.

—Te encontré, Tom —susurró.

Grabación #2 – "Instante robado"

Olivia estaba sentada en el sofá, repasando los dibujos que Matteo había hecho ese día. Luciana estaba en la cocina, y todo parecía tranquilo. Hasta que, rebuscando entre unas carpetas olvidadas de Tom, encontró una memoria USB con una etiqueta escrita a mano que decía: "Aleatorio, no borrar".

Con una mezcla de nostalgia y curiosidad, la conectó a su portátil. Dentro había varios archivos de audio. Algunos con nombres evidentes como "cumpleaños Liv" o "playa 2022". Pero uno la intrigó especialmente: "voz escondida". Lo reprodujo.

El sonido comenzó con una risa suave... la de Tom.

—No sé si algún día escucharás esto, Liv... pero tenía que grabarlo. Estoy viéndote ahora mismo, estás en la cocina, con esa camisa que te queda gigante y el cabello revuelto. Estás peleando con la cafetera como si fuera tu peor enemiga. Y te ves tan bonita que duele.

Olivia se cubrió la boca con la mano, conteniendo la respiración.

—No tengo idea de por qué me amas. Eres luz en lugares donde yo ni siquiera sabía que había oscuridad. Te escucho reír y quiero grabarlo también, pero te darías cuenta y te burlarías de mí por cursi. Como haces siempre. Pero es que te amo. Te amo tanto, Liv, que hasta tu enojo con el café me parece la cosa más tierna del mundo.

Hubo un silencio corto en la grabación... y un suspiro.

—Si alguna vez te sientes sola, escucha esto. Porque aunque no esté ahí... lo estuve. Y en ese instante, eras todo mi mundo.

El audio terminó con el sonido lejano de una cucharilla cayendo al suelo... y la risa de Olivia, grabada sin que ella lo supiera.

Grabación #3 – "Antes de dormir"

El archivo se llamaba simplemente: "Noche 14". Olivia no recordaba ninguna fecha especial con ese número, pero al escuchar la grabación, todo cobró sentido.

Se escuchaba el crujir de sábanas, una respiración tranquila... y la voz baja de Tom, casi un susurro.

—Estás dormida ahora. Te moviste hace un minuto y murmuraste algo que no entendí, pero sonreíste. Me quedé quieto, solo mirándote respirar. Siempre digo que eres hermosa, pero cuando duermes, hay algo distinto... una calma que me dan ganas de proteger para siempre.

Hubo un pequeño silencio. Se escuchaba el tic-tac de un reloj en el fondo, y luego su voz volvió, más suave.

—Hoy te fuiste a dormir preocupada. Dijiste que no estabas haciendo lo suficiente, que tenías miedo de no ser suficiente. Y yo solo quería detener el tiempo, tomarte de los hombros y gritarte que eres más de lo que jamás soñé tener. Pero en vez de gritarlo, te abracé... y te quedaste dormida así. Espero que algún día escuches esto y lo recuerdes. Que sepas que, incluso en tu duda, fuiste mi certeza.

La grabación termina con una respiración lenta... y un último murmullo casi inaudible:

—Buenas noches, Olivia. Te amo. Siempre.

Grabación #4 – "Domingo lento"

Esta vez el archivo no tenía nombre, solo una fecha de hace casi dos años. Olivia no la reconocía... pero al reproducirlo, todo volvió.

Se escuchaba una melodía suave de fondo, como esas listas de reproducción que Tom ponía los domingos. Luego, su voz, relajada, como si hablara para sí mismo:

Hoy llueve... y tú estás acurrucada en el sillón con una manta y ese libro de historias cortas que tanto te gusta. No me has hablado en media hora porque estás muy concentrada, pero me encanta. Me encanta cómo frunces el ceño cuando algo te atrapa. Cómo pasas las páginas con cuidado, como si temieras romperlas.

Un sonido: el clic de una taza de café al posarse sobre una mesa.




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