La noche en Florencia era suave, con un viento tibio que apenas movía las cortinas. Olivia cerró su diario con manos temblorosas. Sentía que algo dentro de ella había comenzado a cambiar. No era una ausencia más ligera, ni una tristeza menos profunda, era otra cosa... como si todo lo que había guardado en su corazón durante meses pidiera ahora salir, transformarse.
Caminó hacia su pequeño escritorio, donde la laptop descansaba cubierta de polvo. La encendió, sin pensarlo demasiado, como si una voz dulce la guiara desde muy dentro.
El documento en blanco la esperaba. Parpadeaba, insistente, como si supiera que el momento había llegado.
Olivia respiró hondo, llevó una mano a su colgante, y escribió en la parte superior:
"Vive por mí"
Una historia de amor, pérdida y eternidad.
Dejó que las lágrimas cayeran mientras sus dedos se deslizaban por el teclado. No era solo un libro. Era su carta final para Tom, su forma de honrarlo, de conservarlo, pero también de liberarse.
Empezó escribiendo desde el principio, desde el primer día en que sus caminos se cruzaron, desde la primera vez que rieron juntos, desde la canción que cantaban en la cocina mientras cocinaban pasta. No omitió los días grises, ni las dudas, ni el dolor.
Pero tampoco olvidó los sueños que habían tejido juntos, las promesas, ni la última carta de Tom, esa que le decía que debía vivir también por él.
Cada palabra era un paso hacia adelante. Cada recuerdo, una flor que brotaba en medio del duelo.
Horas después, Elías tocó la puerta con suavidad. Traía dos tazas de té y una manta doblada en el brazo.
—Pensé que tal vez... necesitarías esto —dijo con una sonrisa tranquila.
—Estoy escribiendo —respondió Olivia, con una mezcla de orgullo y ternura en la voz—. Va a ser un libro. Se va a llamar Vive por mí... porque eso fue lo último que Tom me pidió. Que no me apagara. Que siguiera viviendo... también por él.
Elías le puso la manta sobre los hombros y le dejó la taza a un lado.
—Entonces no puedo imaginar un título mejor.
Y Olivia, por primera vez en mucho tiempo, sintió que no solo estaba sobreviviendo. Estaba volviendo a escribir su vida.
Editado: 24.04.2025