Prólogo

Hay pérdidas que no terminan nunca. Se transforman, se acomodan en rincones nuevos del alma, pero nunca se van del todo. Este libro nació de una ausencia. De un silencio que gritaba más fuerte que cualquier palabra. De una promesa que hice en voz baja cuando todo dolía: vivir por ti.

Durante mucho tiempo, escribir fue mi forma de respirar cuando el aire se me escapaba. Y en medio de todo, aparecieron luces: mis amigas que no me soltaron la mano, los recuerdos que me abrazaron con ternura y los sueños donde aún podía encontrarte.

Este libro no es solo una historia. Es un pedacito de mi alma. Es cada carta que no envié, cada lágrima que aprendí a convertir en fuerza, y cada página que me recordó que todavía estoy aquí. Que sigo. Que respiro. Que vivo.

Y si tú, que tienes este libro entre tus manos, también estás cargando un duelo, una herida, una despedida... quiero decirte algo:

No estás solo. No estás sola. Este no es solo mi viaje. Es nuestro. Y si en algún momento sientes que no puedes más, vuelve a estas páginas. Que esta historia te abrace como tú me estás abrazando a mí al leerla.

Bienvenido. Bienvenida. Gracias por estar aquí.