CAPÍTULO 20

CAPÍTULO 20: Elizabeth

El lunes me levanté temprano y ensayé una sonrisa hasta lograr que me saliera lo más sincera posible, para compensarle a mi hija la espantosa experiencia que por mi culpa había vivido el día anterior.

Después de contarle a mi madre, entre lágrimas, los horrorosos detalles del almuerzo con los Allen, le había pedido que nos dejara dormir allí, en su casa, y había pasado la noche reviviendo lo sucedido, llorando y analizando el comportamiento de Dorian para decidir en qué medida él era culpable o inocente.

Desperté a Min a las ocho, desayunamos y la llevé al jardín. Salimos un poco más temprano porque no quería cruzarme con Dorian en la acera.

Al regresar, mientras entraba en el aparcamiento, vi un Volvo rojo estacionado frente a mi casa. Se parecía al auto de Elizabeth.

Cuando estaba abriendo la puerta escuché su voz. Efectivamente era ella.

—Buen día, Josephine. ¿Puedo hablar contigo?

La invité a entrar y a sentarse en la sala. Después de todo era la única que se había comportado amablemente con Min y conmigo.

Ella miró alrededor con curiosidad.

—Es hermosa tu casa.

—Es modesta, pero es nuestro hogar y nos sentimos muy a gusto en ella -le respondí con una sonrisa ensayada.

—Es acogedora -dijo ella-. A veces una mansión es una casa, pero no precisamente un hogar… En fin, he venido a hablarte de Dorian.

Me senté en el sillón próximo a ella, dispuesta a escuchar.

—Por favor no te enojes con él, Josephine. Mi hermano es una bella persona, y es obvio que está enamorado de ti. Aunque tú no lo escucharas, él te ha defendido con mi padre.

Hizo silencio, como tomando coraje, y continuó.

—¿Tienes tiempo para escuchar mi historia?

—Por supuesto.

—Mi padre es un hombre cruel y calculador. Desde que tengo uso de razón nos ha tratado con frialdad a Dorian, a mí, e incluso a mi madre. Creo que nos culpó a todos por la muerte de Nick, pero tal vez no sea eso y solamente es un tirano…

Hizo una larga pausa y continuó.

—¿Sabías que mi matrimonio fue acordado? No al estilo antiguo, claro, pero sí con las artes de manipulación de mi padre. No le agradaba mi novio de preparatoria -según él no estaba a nuestra altura- y eligió al hijo de un amigo para tejer sus redes. Y lo logró… Dorian bregó por mí todo ese tiempo. Se enfrentó a él muchas veces para defenderme. Pero yo era débil y venció mi padre… Luego intentó hacer lo mismo con Dorian, imponiéndole a Susan, pero él fue más valiente y no se sometió a sus planes. Por eso, después de un tiempo, ellos se separaron.

La vi tan angustiada que fui por una copa de agua para ella. Luego de beber continuó.

—Lo que quiero decir es que Dorian lucha por quienes ama, aunque parezca sumiso ante mi padre. Y créeme que te ama. Hace poco más de tres meses, desde que te conoció, mi hermano es otra persona. Está feliz. Cuando me habla de ti y de tu hija se ilumina… Por favor, dale otra oportunidad. Hoy entré a su oficina y lo vi destruido. Y cuando le pregunté por ti me dijo que no había podido hablar contigo.

—Sé que Dorian no tiene la culpa, Elizabeth. Pero necesitaba tiempo para calmarme y no desquitarme con él toda esa rabia que siento. Nunca en mi vida había sido humillada de esa manera. Y mucho peor que eso, fue el espantoso momento que tuvo que vivir mi hija. Estaba muy asustada. Ella jamás había vivido una situación semejante. Su entorno siempre ha sido de amor y respeto, y ayer eso se vio alterado y la afectó mucho. Y somos dos los culpables: tu padre y yo. Tu padre por cruel e insensible, y yo por insensata. Nunca voy a perdonarnos eso.

Me miró sorprendida. Evidentemente no esperaba esa respuesta de mi parte.

—¿Puedo decírselo? -dijo luego de procesar lo que acababa de oír, un poco más animada-. ¿Lo que acabas de decirme?

—Sí, puedes. De todos modos hoy iba a hablar con él.

—Gracias Josephine, por ser tan buena persona y por querer a mi hermano. Él se merece toda la felicidad del mundo.

Se puso de pie y agregó.

—Ahora debo ir a trabajar, ya mi padre debe estar furioso -dijo con una risita-. Pero antes le comentaré a Dorian sobre nuestra conversación.