BENJAMIN

- ¡Já! Y dime Benibú, ¿tú quién eres para prohibírmelo?

Estaba harto, no lo soportaba más, estaba cansado de que Loui empezara a sacarlo de sus casillas hasta hacerlo enfurecer y perder el control de sí mismo.

Fue entonces que Ben se llenó de valor para pronunciar aquella frase llena de buenos y malos recuerdos, que le traía sonrisas y lágrimas; aquella frase que le había marcado tanto para bien como para mal...

- Soy su novio- dijo con tono muy serio

-¡¿Qué diablos dices?!

-Lo que oíste. Ahora que lo sabes déjanos en paz- Dicho esto empezaron a alejarse y lo hubieran logrado de no ser porque la voz de Loui los volvió a interrumpir

-¡Esto es increíble! Parece que ya te has olvidado de mi hermana, eres un idiota. ¡Tú no sabes todo lo que ella está sufriendo por tu culpa!

-¿Mi culpa? eres muy gracioso ¿sabes?- respondió el chico con sarcasmo- Tú no sabes lo que yo he sufrido gracias a tu hermana- y sin esperar respuesta alguna, se alejó del lugar junto a su acompañante.

"De acuerdo Benjamín, cálmate. Inhala y exhala, Inhala y exhala"

-Emmm, ¿puedo saber que fue todo eso?

-Gabriela, ¿por qué tu boca estaba junto a la Loui?

-Yo pregunté primero, no trates de evadir el tema, querido "novio"-respondió la chica haciendo énfasis en la última palabra

-De acuerdo, te lo diré todo eso fue una pelea ¿Cómo lo llaman ustedes las chicas? ¡Ah, sí! todo fue un "drama". Ahora te toca responder mi pregunta

- Bueno, ese chico se me acercó, se presentó y de un momento a otro ya tenía sus labios junto a los míos y-

-¿Se puede saber por qué no hiciste nada?

-Espera, eso estaba a punto de decir si no fuera porque me interrumpiste...

Lo único que recibió fue una mirada llena de vergüenza como disculpa por parte del joven. Se veía tierno.

-En fin, no hice nada para detenerlo ya que, al principio, estaba en shock, pero le seguí el beso por que tenía curiosidad si sentiría algo al sentir sus labios sobre los míos. Sin embargo, no sentí nada, me atrevería a decir que fue como besar a la pared o incluso a una roca. Una sexy y suculenta roca, ¡yummy!- dijo esto riendo por la cara de asco y horror que puso su amigo al escuchar lo último y continuó hablando.

- Por cierto, ¿la hermana de ese chico es tu novia? él dijo que la lastimaste ¿por qué la lastimaste? eso fue muy grosero de tu parte ¿sabes?

- Eres muy curiosa, ¿sabes?- respondió él tratando de cambiar de tema

-Sí, me lo dicen a menudo. Aunque mi madre prefiere llamarme "entrometida"

-Vaya, ¿tú madre siempre ha sido así contigo?

Silencio

-La verdad no. Antes del accidente de mi hermano Mathew, mi madre era cariñosa, muy cariñosa a decir verdad, ella siempre trataba de sonreír y hacernos reír. Pero, desde ese trágico día todo cambio y créeme, no fue un cambio positivo- respondió la chica con un semblante serio y un poco triste.

-¿Qué fue exactamente lo que sucedió?

- Y luego dicen que yo soy la curiosa- dijo con una sonrisa burlona

- Si no quieres hablar del tema, no hay ningún problema, yo-

-No te preocupes, ya no duele.- "Al menos no tanto como antes" pensó- Bueno, el problema surgió dos meses antes del accidente. Mi hermano tenía 18 años y yo 7, él ya se había graduado de la secundaria y ya sabía a que quería dedicarse: quería ser criminólogo. Por su puesto, ya había hecho todo el trámite que trae consigo postular a la universidad de tus sueños y como era de esperarse fue aceptado. Cuando mi padre se enteró de lo sucedido, llegó a casa hecho una furia, gritándole a mi hermano y amenazándolo con mandarme lejos si no se hacia cargo de sus responsabilidades con la empresa. Mi hermano se negó, mi padre lo hizo; me mandó a Italia por dos meses. En ese entonces, yo no sabía que rayos estaba pasando y porque de la noche a la mañana me habían obligado hacer las maletas para irme a otro país.

Mi madre trató a convencer a mi padre para que pensara mejor las cosas y no hiciera algo precipitado, algo de lo que en el futuro se arrepentiría. Sin embargo, no logró nada.

Tiempo después, así como de la nada había salido del país, de la nada estaba de regreso, a punto de poner un pie, después de dos largos meses, en la que era mi casa. Había empezado a notar que Math estaba un poco deprimido y sin ánimos, era como si se hubiese vuelto otra persona.

Un día, cansada de la intriga, le pregunté que sucedía y él con una sonrisa triste me dijo "He decidido dejar de estudiar criminología forense y dedicarme a la empresa", me enojé y por un momento lo odié, lo odié por dejar de lado todas las metas y sueños que tenía por cumplir y dedicarse a algo que no le gustaba y, junto a todo eso, me odié a mi misma porque en el fondo de mi ser sospechaba que era yo la causante de todo eso, aunque nadie me echara en cara que yo tenía la culpa. Él, sospechando lo que estaba pasando por mi mente, con una sonrisa me dijo "Hey, no te culpes por nada pequeña. A veces, los niños grandes como yo, tenemos que sacrificar unas cuantas cosillas por las personas que amamos, por su seguridad... ¡Y yo te amo mucho, pequeña. Ninguna niña grande, me robará el corazón como tú lo has hecho. Siempre te amaré, hermanita!"

No entendí lo que dijo, ¿él había sacrificado sus sueños por mi seguridad? ¿por qué me decía esas cosas tan tristes?. No lo entendí o no quise entender, hasta el día siguiente en el que pasó el accidente. Recuerdo claramente que ese día me desperté por el olor de los panqueques recién hechos, mis padres no estaban, solo éramos Mathew y yo, "los dos mosqueteros". Ese día con el tiempo se volvió el más importante de toda mi vida; aunque mi hermano dijera que se encontraba bien, yo sabía que no era así ya que él era muy malo mintiendo. Me enteré por un reportaje, que habían asaltado uno de los almacenes de la empresa, mi hermano fue a tratar de pelear, pero él era pésimo en eso; recibió un impacto de bala en el abdomen. Lo raro fue que cuando encontraron su cuerpo, este no tenía el tatuaje en el hombro derecho que mi hermano se había hecho en secreto y que yo había visto en la mañana...