Volverte A Ver ®©

3. LA CITA

La siguiente semana, todo fue bien, Thomas me llevó de nuevo con sus amigos, y terminamos el juego que dejamos pendiente, esa vez que fui. Seguí conviviendo con ellos, y me di cuenta por qué se habían hecho amigos a pesar de que eran muy diferentes en cuanto a forma de ser. Inmediatamente se hicieron mis amigos, aunque seguía soportando las burlas de Dylan y Dexter.

   La semana siguió y el día que saldría con Thomas, me desperté más temprano de lo normal, bajé a la cocina a prepararme algo para desayunar. Encendí el pequeño radio que estaba ahí y estaba sonando una canción con la que me identificaba mucho.

   –Estás más feliz que de costumbre –levanté la vista y Susan estaba en la puerta de la cocina.

   –Sí, lo sé –dije mientras seguía cantando la canción.

   –¿A qué hora vendrá Thomas? –preguntó.

   –A las diez –volví a sonreír. Mi tía me vio y sólo negó con la cabeza.

   –No cabe duda –dijo–, es la primera vez que te veo así por alguien y espero que sea siempre –salió de la cocina y yo seguía con mi sonrisa tonta.

 

Al cabo de una hora y media había desayunado y me había bañado para esperar a Thomas, estaba navegando por internet y entonces la escuché.

Cuánto esperé volverte a ver, siento que es la primera vez amor me trajo aquí tu voz, a tu lado. Cómo soñé volverte a ver, entre tus brazos yo me siento bien, encuentro la razón de mi vida [1]

   Quedé atónita al escuchar la letra, me estaba definiendo totalmente, era algo que quería, y yo misma me engañaba diciendo me que no, pero sí. Era mi más grande sueño desde que me fui y ahora me estaba pasando: volver a ver a Thomas.  Seguía concentrada en la canción que no escuche que me estaban hablando.

   –Winnie, ya llegó Thomas –giré la vista a Susan.

   –Sí, ya voy –subí de nuevo a mi cuarto y mi tía abrió la puerta.

   –Hola Thomas, es bueno verte de nuevo –la oí decir.

   –A mí también –su voz. Amaba su voz.

   Bajé y vi a Thomas. Dios mío se veía hermoso, todo lo que Thomas se pusiera, ya fuera formal o no iba a seguir siendo hermoso.

   –Hola –dije al fin. Besé su mejilla, puesto que Susan no sabía lo que pasó el día que me llevó con sus amigos.

   –Hola –me devolvió el beso en el mismo lugar–. ¿Estás lista?

   –Sí –le sonreí.

   –Thomas, la traes temprano por favor –dijo mi tía.

   –Ni que fuéramos al otro lado del mundo –rodé los ojos. Thomas empezó a reír y Susan me miró con desaprobación.

   –Solo espero que mi mamá la deje venir temprano –dijo Thomas.

   –Bueno, está bien –dijo Susan–, sólo cuídala –me guiñó un ojo y se adentró a la casa.

   Thomas me estrechó su mano y la agarré, se sentía suave y muy acogedora, caminamos hacia a su casa que no estaba muy lejos de ahí, sin desaprovechar el tiempo para seguir platicando sobre nosotros.

   –Dime que has hecho todo este tiempo –dijo–. No hemos hablado mucho, a pesar de que ya llevas dos semanas aquí.

   –Pensar en ti –solté.

¿QUÉ?

   –A parte de eso –dijo y se rio.

   –La verdad, regresé porque Susan me lo pidió. Aunque déjame decirte que decidí terminar de estudiar allá ¿y tú?

   –Pues te lo dije el día que llegaste, me apuntaré para la Uni, a ver qué pasa. Espero que sí –me sonrió.

   –Ya verás que sí –lo animé–. ¿Qué piensas estudiar?

   –Lo mismo que Kaya –susurró.

   –¿En serio? –pregunté sorprendida. Eso no me lo esperaba, Thomas era más de escuchar a la gente y dar consejos, no me lo imaginaba con un libreto o un guión en mano.




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