Voy a solicitar el divorcio

Capítulo 14.

Llego al restaurante con ganas de desconectar de la realidad. El encuentro con Svetlana me ha dejado muy afectada. Quiero hacer lo mismo que Ninka. Beber hasta que se me confundan los pensamientos y no tenga nada concreto en la cabeza.

- ¡Katya! - Ninka me saluda con la mano y se acerca enseguida. - Te he llamado varias veces... ¿Por qué no contestabas?

- No te oí. ¿Ya han pedido la bebida?

Ninka abre mucho los ojos.

- ¿Qué pasa, Katya?

- He visto a Svetlana, - digo con una sonrisa triste en los labios.

Mi amiga suspira y me mira. ¿Qué demonios pasa?

- ¿Y qué te ha contado? - Ninka se contiene e incluso hace la pregunta sin suspirar tanto como le gustaría.

- Está de cuatro meses, - se me escapa una risita. Mi amiga silba, - en el cuarto. ¿Te imaginas cuánto tiempo han estado juntos? Cuántos meses ha venido a acostarse conmigo. Me tocaba. Vuelvo a sentirme aburrida. Los ojos me pican por las lágrimas que no quiero derramar. Pero no puedo llorar. Me he pasado mucho tiempo maquillándome. Y ese cabrón no lo merece.

- Katia, basta. No pienses en eso. - Mi amiga me sacude por los hombros. - Tómatelo como un impulso para empezar una nueva vida. Te has liberado de un imbécil. Mira qué guapa eres. En cuanto has entrado en la sala, todos los hombres se han vuelto a mirarte.

- ¿Cuáles? - Parpadeo desconcertada.

- Los que están sentados a la mesa de la derecha. En la zona VIP. Hay uno que sigue mirándote. Por cierto, es un hombre de un millón. Y no te quita los ojos de encima. Eso significa que eres muy atractiva. Así que deja de llorar y no te estropees el maquillaje.

Sonrío. Ninka sí que sabe animar.

Mi amiga me lleva a nuestra mesa. En cuanto veo la silueta familiar, todo mi cuerpo se tensa. Dmitri Serguéievich. En persona.

- Katerina Igorevna, - en cuanto me ve, dice con sarcasmo, - ¿también has conseguido llegar tarde aquí?

- Lo siento, no sabía que vendría con el cronómetro. - Sonrío y respondo. Veo cómo se enciende una chispa maliciosa en sus ojos. Esto me hace sentir aún más cálida.

Pero, aun así, el hecho de haber llegado tarde tiene su lado negativo. Y es importante. Me ha tocado sentarme frente a Tiranovich. Desorientada, miro a mi alrededor con la esperanza de encontrar un sitio cerca de Nina. Pero allí ya la han rodeado sus compañeros de trabajo. Uno es de contabilidad y el otro, de recursos humanos. Suspirando con tristeza, me siento en mi sitio.

- ¡Vamos, bebamos ya! ¡¿Cuánto tiempo más?!

La multitud comienza a murmurar. Levanto la vista y enseguida me encuentro con la mirada de Dmitri Serguéievich.

- ¿Vino? ¿Champán? - Pregunta con desgana.

Yo me muerdo el labio. Echo un vistazo a la mesa. Veo una botella que me resulta familiar. Durante unos segundos, me debato entre varias opciones. Y luego digo con seguridad:

- Tequila.

Las cejas de Tiranovich se arquean.

- ¿Limonada? - pregunta con sarcasmo.

- Puedo servirme yo sola, - respondo entre dientes.

Me levanto para coger la botella. Y en cuanto alargo la mano, me da una descarga eléctrica, porque Dmitri también ha intentado cogerla. Y nuestros dedos se tocan accidentalmente. Me quedo desconcertada por el fuerte golpe. Me siento en mi sitio. Aprieto bajo la mesa los dedos con los que he tocado a Dmitri. Todavía me hormiguean.

Dmitri se sirve tequila en su vaso y luego en el mío. Por alguna razón, no me atrevo a levantar la vista. Pero sé con certeza que él me está mirando.

- Propongo brindar por los nuevos en nuestro equipo, - la voz de Nina me obliga a apartar la mirada de la mesa. Mis mejillas se sonrojan al instante, porque ahora todos mis compañeros me miran. Solo yo soy nueva en su equipo. - Katya, por ti.

Mis mejillas se sonrojan aún más. Pero cuando todo el equipo empieza a gritar "por Katya", todos brindan y me lanzan cumplidos. No puedo contener la sonrisa. Qué agradable.

Antes de beberme el trago, me armo de valor y levanto la mirada hacia Dmitry. Él no se apresura a hacerme cumplidos. Simplemente levanta su vaso, como para dar a entender que es por mí. Y se lo bebe sin apartar la mirada de mí. En ese momento, siento un escalofrío recorriendo mi piel. Cierro los ojos y me bebo mi porción de tequila de un trago.

Si hubiera sabido cómo iba a terminar esta fiesta de empresa, habría pedido limonada. Pero no, quería problemas. Los que sin duda encontraría...

No sé cuántos vasos me he bebido, pero parece que he perdido el momento en el que debía haber parado. Me da un poco de mareo. No es que me vaya a desmayar, pero todo parece diferente. Nada me molesta. Incluso tengo ganas de salir a bailar con las chicas dentro de unas canciones. ¿De dónde ha salido la música en directo? ¿No había al principio de la noche?

- ¿Te quedas, Katerina? - Ni siquiera la voz de Dmitri me molesta tanto, lo que significa que ya he tenido suficiente.

- ¿Ya no soy Katerina Igorevna? - En lugar de decirle que ya no bebo y darme la vuelta, por alguna razón empiezo a hablar con él.

- No estamos en el trabajo.

¿Por qué me mira así? ¿Y por qué sonríe de forma tan extraña?

- Siempre me ha interesado, Dmitri, - le tiendo mi vaso. Y muy mal hecho. Otra tontería más. - ¿Solo eres tan arrogante en el trabajo o también en la vida?

Dmitri entrecierra los ojos. Vuelve a mirarme. Pero esta vez no hay irritación en su mirada. ¿O es mi imaginación? Ahora me mira como si fuera un animalito gracioso.

- ¿Arrogante? - vuelve a preguntar sin irritación, con una leve sonrisa. Dios mío, ¿sabe sonreír? Parece que también ha bebido demasiado.

- Bueno, no se puede decir que sea agradable. Me ha ofendido desde el primer momento. Y luego ha seguido haciéndolo.

Encojo los hombros. En lugar de marcharme en silencio y no arriesgarme a que me despidan, por alguna razón tengo muchas ganas de hablar con él.

- Katerina, su amiga decidió que traerla a nuestro salón era una idea estupenda. Usted no tiene la formación adecuada. Ni experiencia. Ni preparación en este ámbito.




Reportar suscripción




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.