Vuelve a mí Zoé

Cap. 4 - "Maldito Ascensor"

-Espero que no se te quemara la comida Bianca. Solo sabes hacer agua hervida y ni eso, ya que hasta se te ha evaporado -le dije con diversión para verla molesta.

-Me ofendes Zoé -dijo poniéndose una mano en su pecho en señal de ofenza -. Ahora soy una mujer casada y por lo tanto sé cocinar...

-Cuando te conviene recuerdas nuestro matrimonio -le dijo Thomas -. No te preocupes Zoé, la cena la hice yo, ya sabes, para evitar accidentes.

Bianca resoplo enojada, dejó una olla de porcelana en medio de la mesa y se fue a grandes zancadas hacia la cocina.

-Bueno -dijo Thomas sirviendo vino en las dos copas -, los dejo solos, tengo que ir a contentar a mi mujer y luego nos iremos, así que tendrán la casa para ustedes solos.

Ese tipo de comentario me hizo sentir un poco incómoda, la verdad que podría pasar de todo pero también era mi decisión si quería que eso ocurriera o no.

-No te pongas incomoda preciosa, ya sabes que yo no muerdo -dijo con una sonrisa, mientras comenzaba a comer el contenido de su plato.

-Yo tampoco Derek -le devolví la sonrisa y él se quedó impresionado, tanto que dejó de comer y hasta de parpadear.

-Zoé tú...

-No Derek, no malinterpretes mis palabras, pero de nada sirve hacerme la inocente o la tímida sabiendo bien lo que sucedió entre nosotros. Así que he preferido ser sincera y directa.

Comiezo a comer y Derek se queda en la misma posición, observandome fijamente.

-Ya deja dé observarme así...

-¿Te pongo nerviosa?

-Ya quisieras, lo que pasa es que es un poco molesto sabes, parecer un acosador.

-Simplemente te observo, si en realidad fuera un acosador como dices, te hubiera seguido a Ámsterdam y localizarte abría sido una tarea muy fácil.

-¿Por qué lo dices? -le pregunté con el ceño fruncido.

-Te conozco muy bien, además dejaste en el historial de la laptop de Bianca las universidades a las que enviaste solicitud, y sólo una estaba en Londres.

Eso no me lo esperaba, omití ese pequeño detalle debido a la prisa que tenía por irme.

-Espera, ¿me estas diciendo que sabías dónde estaba...?

-Así es -dijo dando un sorbo a la copa de vino y relamio sus labios.

De acuerdo, esto se está poniendo más intenso de lo que quería.

-¿Por qué no me buscaste?

-Tú querías que yo sufriera, así que decidí no buscarte por qué sabía que no era momento de que habláramos. Y miranos ahora, hablando como dos adultos.

-Pensé que dirías alguna estupidez -dije con sinceridad.

-Ya sé que estas acostumbrada a mis tontos comentarios, pero este no es el caso, quiero hacer bien las cosas y que te des cuenta que voy enserio.

Se sirvió otra copa de vino y se la tomó de golpe, me tomó por sorpresa su manera de beber, tal vez quiera estar ebrio.

-No deberías de tomar de esa forma-le dije de manera seria para que se diera cuenta que hablaba enserio.

-¿Te preocupas por mí? -preguntó divertido para luego sevirse otra copa.

-Me preocupa mi espalda.

Dejo la copa a un lado para verme con el ceño fruncido, yo solamente me limite a sonreír.

-¿Tu espalda?

-Si resultas ebrio tendré que ayudarte a caminar y mi espalda sufriría las consecuencias.

Volvió a tomar la copa y se la volvió a tomar se sopetón. De acuerdo, ya me estaba preocupando, que yo sepa él no bebía mucho.

-Yo quisiera saber algo, ya luego retomaremos el debate de que si debo de seguir bebiendo o no.

-Esta bien, pregunta.

-En el tiempo que estuvimos separados, ¿Estuviste con alguien más?

No, en el tiempo que pasó no estuve con ningún otro chico, Derek me había dejado tan jodida que no solamente no confiaba en ninguno sino que también creció un temor en mi por volver a salir dañada. Pero eso era algo que él no debía de saber ¿Porque? Supongo que Derek estuvo con alguna que otra mujer, por que vamos, es hombre y sus instintos pueden más que su inteligencia.

-¿Y tú? -le regrese la pregunta solo para hacer tiempo y meditar mi respuesta.

Se limitó a sonreír, está vez tome la copa de vino y la tomé demaciado rápido, solo espero no terminar ebria.

-No. Ninguna mujer me ha gustado tanto como tú.

Bufé molesta -¿Enserio? Al menos podrías haber inventado una mejor excusa.

Su semblante era serio y no dejó de verme a los ojos, eso quería decir que era sincero.

-Vamos Derek, ¿No puedo creer algo así? Eres hombre ¿no?...

-Sí, soy hombre, y creeme, hablo enserio. No te niego que tuve una que otra propuesta indecorosa, pero todas las rechacé por ti.

Reí de manera divertida y le pregunté.

-Ahora me saldrás con que me amas ¿no? Por favor Derek, te conozco y sé de lo que eres capaz...

-No Zoé. Tú no me conoces... -la frase se quedó en el aire, me sentía una vez más ofendida.

-¡Lo sabía! -grite para luego levantarme de la mesa de golpe -Tú solo fingías, así que ahora ahorrate el chorro de patrañas que quieras inventar. Yo ya no confío en ti, asi que ¡Deja que haga mi trabajo tranquila para irme de aqui!...-maldita sea, mi voz salió entrecortada y me di cuenta que estaba llorando, Derek estaba sorprendido.

Tomé mi bolso y salí a gran velocidad de la casa, me sentía una completa estúpida, se supone que tendría que comportarme de otra manera, hacerle ver de lo que perdió por imbécil. Pero en vez de eso solo logró irritarme al punto de hacerme llorar y por eso me sentía molesta conmigo misma. Solo en ese instante me di cuenta que Derek aún logra alterarme y eso me decia que todavía lo amaba, igual o más que antes, así que estaba jodida.

-¡Zoé!

¡Maldición! Por una vez quisiera que se comportará como un infeliz y me dejara ir tranquila.

-¡Largaté! -grite sin detenerme.

Él corrió hasta donde yo estaba, tomó una de mis brazos pero rápidamente me zafe de su agarre, no quería que me tocará.

-¡No me iré a ningún lado! ¡¿No te das cuenta que tenemos muchas cosas que aclarar aún?! -me grito y eso me puso aún más molesta.




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