When We Were Young

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Everybody loves the things you do...From the way you talk, to the way you move.

Everybody here is watching you. 'Cause you feel like home

You're like a dream come true.

But if by chance you're here alone...Can I have a moment

Before I go...?

'Cause I've been by myself all night long. Hoping you're someone I used to know...

Ann acaba de lanzar su libro, " Sempiterno" el cual hablaba de una relación de un chico y una chica que se amaban y se habían distanciado, que tuvieron un principio pero no tenía un final. Todos amaban el trabajo que ella hacía.

Todos la amaban las cosas que hacía, por verse como una frágil mujer, con un gran corazón, haciendo donaciones, no solo en Estados Unidos, sino en todo el mundo, pero era una mujer soltera y las malas lenguas decían que era lesbiana.

Estaba en el edificio del New York Times. Enfrente de ella se encontraban un montón de periodistas con cámaras, tomando fotos y otros grabando; haciendo preguntas.

— Srta Winters. ¿El libro esta basado en alguna relación del pasado? — Preguntó un reportero.

— No. — Mintió, claro que era un libro que hablaba de ella, pero no se lo diría a la prensa. — Esta basado en la relación de una gran amiga mía, que vive en Londres. Espero que me esté viendo a hora. — Sonrió.

El edificio de New York Times era tan elegante, todas las personas que estaban allí tambien estaban vestidas elegantes, inclusive Ann, de un vestido largo negro, y unos zapatos de tacón. Y una chamarra azul oscuro aterciopelada.

Era su gran noche, a la gente le gustaba sus libros, todos aquellos hablaban de lo mismo de un amor imposible, de uno que jamas se podría lograr, era tan monotono todo aquello, siempre lo mismo.

Aún así logro vender, era típico, la gente que tenía roto el corazón y pensaba que no iba a lograrse, entonces leía un libro que lo "entendía" y publicaba sus frases en sus redes sociales.

Ese día, Ann se levantó nerviosa, como si fuera que algo sucedería, a hora que era de noche, se sentía aun mas nerviosa que antes. Pensó que primero se trataría de la prensa, y la gente que estaría allí, pero no era eso.

Intentaba poner su mente en otra cosa, respondiendo las preguntas de las personas pero aún, el sentimiento estaba ahí.

Luego de unas horas, la gente se comenzaba a retirar quedando pocas, dos reporteros haciendo una nota a Ann sobre su trabajo, y preguntando porque seguía escribiendo sobre amores imposibles, aquellas pregunta, la mujer evadió perfectamente, en vez de responder con sinceridad y abrirse ante el publico.

Pero a pesar de verse como una mujer dulce y callada de 30 años, Ann era una persona de corazón frió, pero no era su culpa, su corazón se lo había llevado él.

Su libro no fue para nada mediocre, esperaba que él lo leyera, algunos de los 10 que había escrito especialmente para él.

Puso todo el empeño y su corazón en cada palabra, cada letra, plasmó todo pensamiento en aquel libro.

Mirando como la gente se iba, lo encontró a él.

A Ann se le cortó la respiración por unos momentos, sus ojos se enfocaron en su tonificado y alto cuerpo, para después perderse en el café de sus ojos. Pensó que era una ilusión, hasta que lo vio moverse, conectar sus miradas y acercarse.

No podía creer lo que estaba sucediendo, no era un sueño, no era su imaginación, era real y estaba sucediendo.

El reportero que estaba ahí, noto que Ann lo estaba ignorando, mirando hacia alguien que estaba detrás de él.

Miró hacía atras y observo de quien se trataba, era Dan Roberts, el líder de la banda de rock Castle of Crystal.

Se hizo a un costado, junto con su camarografo y lo miro, su mirada decía que grabe lo que estaba aconteciendo pero sin interrumpir, porque sí no lo hicieran, ambos estarían despedidos.

Ann lo veía acercarse, era como una película, la forma de andar de Dan, el corazón de ella latía locamente, sentía que en cualquier momento de ella.

Hasta que por fin, el roquero se acercó hacia él.

Dan se veía como una película.

— Tanto tiempo. ¿No? — Su voz era nervioso, se veía nervoso y ella lo sabía.

Todos lo que sobraban en la habitación, miraban a Dan.

— ¿Me permites un momento de esta noche? — Preguntó Ann. — Porque he estado sola toda la noche... Esperandote, esperando a alguien que solía conocer...




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