Willa Heaton

Capítulo 12: Tyron

Termino de colocar la nueva manguera del Chevrolet que me dejaron y lo enciendo para asegurarme que funciona y que el motor tiene un buen sonido. Sonrío cuando descubro que así es, aunque me alegraría más si su dueño cuidara el auto. Es un buen auto en manos de una persona que no tiene idea de nada, pero tiene el suficiente dinero para pagar lo que sea.

—Suena bien. —comenta papá.

—En comparación a cuando llego—me limpio las manos, bajo del auto y cierro el capó—. Le tuve que hacer una limpieza profunda.

—No le des el discurso de como debe cuidar su auto porque el cliente es nuevo y queremos que vuelva.

—Este tiene dinero y no parece tener problemas en gastar. Además, diga lo que le diga, no me hará caso y se irá a otro lado. Yo sé a quien darle mi opinión y a quien no.

Asiente.

—Tu madre pregunta si quieres que vaya por Leo.

—No. Yo voy.

—Lo supuse. Imagino que quieres aprovechar el tiempo.

Sí, y deseo ver a Willa, digo mentalmente.

Me quedé atónito con la situación del sábado por la noche. Esos tipos merecen estar en prisión porque Willa estaba realmente asustada, tanto que se alejó cuando yo me acerqué.

Su mirada aterrorizada me hizo preguntar si pasó algo más con esos tipos que ella no dijo o si tuvo que ver con su pasado.

Cian y Rex mencionaron que cuidaban las espaldas de Willa porque ella no se quedaba callada ante los abusos de su padre y no puedo dejar de pensar que él quizás le hizo algo y sus hermanos no saben nada.

Salí con una chica que sufrió abuso por parte de su padrastro y fue difícil acercarme a ella, en la parte de la intimidad se ponía muy nerviosa y se alejaba. Nunca pude estar con ella intimidante. Intenté ayudarla, apoyarla de la mejor manera para que superara ese trauma, pero ella no quiso saber nada, me dejó y al poco tiempo se mudó.

La cara de terror de Willa me hizo acordar a la cara de aquella chica la primera vez que intenté llegar más lejos de los besos. Aunque Willa no es tímida y no rehúsa el contacto de la gente y sé que ha tenido novios.

Tal vez yo estoy exagerando las cosas y solo se asustó porque eran cuatro hombres. Creo que cualquier mujer se asustaría en su lugar. Aun así, quiero saber como está y no tengo su número para preguntarle. Me di cuenta ayer cuando quise escribirle.

No puedo escribirle ni a Lola, Rex, ni a Cian porque dudo que Willa les haya contado algo y no quiero decir nada porque es decisión de ella contar o no.

Me lavo las manos y agarro la chaqueta.

—Me voy a buscar a Leo.

—¿Eva se ha puesto en contacto?

—Llamó ayer queriendo hablar con Leo, lo permití, aunque lo puse en altavoz para saber que es lo que le decían y estoy seguro de que ella lo manipula. Leo le contó que fuimos a ver una película a casa de unos amigos míos, que le agrada mucho la señorita Willa porque es amable y divertida y que durmió en casa de ustedes. No perdió la oportunidad para decirle que yo intentaba comprarlo para que dejara de quererla a ella.

—¿Acaso es broma?

—No, no lo es. Le saqué el teléfono, le dije que dejara de decirle mentiras a Leo y luego hablé con él.

—Deberías grabarla.

—Lo haré la próxima vez por consejo de Rex. Voy a pedir la custodia completa. Y aprovecharé que Leo estará aquí hasta finales de enero para llevarlo al psicólogo y es posible que no le permita viajar con ella.

Niega con la cabeza.

—No la creí capaz de algo así.

—Yo no la entiendo. Ella no quería embarazarse joven y luego salió embarazada. Toda la discusión que tuvimos antes, durante y después para luego terminar en divorcio. Y su esposo debería tener sus propios hijos para llenarlos de regalos.

—Cuentas con nuestro apoyo, hijo.

—Gracias, papá—me coloco la chaqueta—. Los veo más tarde.

Subo a mi camioneta y conduzco hacia la escuela, intentando que mi buen humor no se esfume por causa de mi ex.

En unos días es navidad y quiero que mi hijo pase la mejor navidad posible. Mañana a la noche hay una feria navideña a la que la quiero llevar y se enamore de la isla para que desee quedarse.

Lo positivo es que no se puso raro en esta llamada con la madre. Creo que para él fue un alivio hablar por teléfono con su madre sabiendo que yo estaba escuchando, o esa impresión fue la que me dio. Y eso bueno.

Lo único que deseo es que esta novela con mi ex y mi hijo se termine. Yo solo quiero estar tranquilo, vivir mi vida en paz y con mi hijo. ¿Es mucho pedir?

Al llegar a la escuela, me quedo sorprendido de encontrarme con Lara. Genial, lo único que me faltaba.

—Ty. —me dice acercándose con una sonrisa.

—Hola, Lara. Qué raro verte por aquí.

—Vine para ver a mi amiga Melisa. Quedamos en ir a tomar algo aprovechando que tengo la tarde y la noche libre, aunque me acaba de cancelar porque tiene que ayudar a su madre con unas cosas. ¿Y tú?



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En el texto hay: comedia, romance, padre soltero

Editado: 06.02.2025

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