Los gatos vivimos distintos momentos que nos hacen felices a lo largo de nuestras vidas. Uno de ellos fue el cumpleaños número diecinueve de la chica lectora.
Recuerdo aquel día con claridad: unas cortinas brillantes de color rosado colgaban frente a un mueble, un jarrón con flores pequeñas rosadas y blancas estaba cerca del pastel... ¡vaya pastel tan lindo! Mamá lo preparó esa misma tarde, y yo, como siempre, la acompañaba.
Mamá horneó el pastel para la chica. Tenía una capa de chocolate blanco que daba ganas de comerlo sin permiso. Encima, unas letras brillantes de foamy formaban los números del cumpleaños.
Aquella noche estuve más presentable que de costumbre. Mamá me vistió nuevamente con la pañoleta roja. Posé en las fotos con la chica, todos juntos.
Ser parte de su cumpleaños, verla sonreír y yo posar con dulzura ante la cámara... fueron momentos de felicidad capturados en recuerdos. Además, me dieron premios para gatos en esa fiesta.
Ese día, fui el gato Winny... siendo feliz.