Winny, el gato feliz

『Capítulo 22』

A mi vida llegó una nueva hermanita. Es de color atigrado, como mi dulce hermana Mily. Aunque no sé cuánto tiempo ha pasado desde que Mily no está, su ausencia aún la siento en mi corazoncito.

Mi nueva hermana se llama Katy. Tenía solo dos meses cuando llegó a casa. Verla me recordaba cuando yo también era un gatito bebé. Katy dormía conmigo, tomábamos el sol juntos en la ventana, y ella me lamía tres veces al día.

Me gustaban mucho esos baños con Katy. Descubrimos que a los dos nos encantan las sopas de atún. Por eso, cada semana le pedíamos a mamá que nos preparara ese platillo. ¡Así fuimos creciendo más gorditos y felices!

Katy empezó a subir de peso, y eso nos hacía sonreír. Mamá le hacía moñitos de colores rosados y lilas. Yo sigo usando mi collar morado, el que tengo desde hace tiempo. En él cuelga una plaquita redonda y naranja, donde está escrito mi nombre: Winny.

Todos en casa tenemos una placa con nuestro nombre. Así mamá nos identifica. Y también nos damos cuenta cuánto hemos subido de peso, porque la placa se nos ve más ajustada.

Aunque la veterinaria dice que estoy muy gordito, quizás por tanta sopa de atún, mamá no se enoja. Al contrario, me carga en sus brazos y baila conmigo. Ese es uno de nuestros momentos especiales.

Bailar con mamá me hace sentir bien. Me siento feliz, amado, querido, y vivo.

Estar con mamá... es estar en casa.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.