Y ahora ¿qué hago? #1

5*** La mala vibra de Brett.

Das asco.la saludó su amiga, tan sincera como siempre.

Jessica estaba consciente de que su aspecto dejaba mucho que desear, pero no había nada que pudiera hacer después de un fin de semana de infierno entre vómitos y malas noches. Su cabello estaba recogido en un moño que le provocaba horror, pero no lo suficiente para hacer algo al respecto. Las ojeras eran imposibles de ignorar y su constante mueca de asco era algo a lo que costaba acostumbrarse.

Gracias, Sandra. También te quiero. respondió mientras se sentaba frente a ella con su bandeja casi vacía en las manos.

Sandra la escaneó un segundo y torció el gesto.

Estar embarazada no te sienta nada bonito. agregó.

Estar embarazada apesta.

La expresión de su amiga dejaba ver que no pensaba discutir aquello y Jess se lo agradeció. No estaba de humor para que la contradijeran, aún si decía que el sol era verde.

¿Eso es lo que vas a comer? Gelatina de uva. inquirió con preocupación.

Es lo único que me apetece.

Sandra se quedó en silencio unos segundos, como si estuviera analizando algo antes de decirlo. Y Jessica odiaba cuando Sandra analizaba, porque eso sólo quería decir que iba a regañarla. Gracias a los casi veinte años que le sacaba, su amiga estaba todo el tiempo aconsejándola o regañándola. Era pesado, pero lo apreciaba.

¿Cuándo piensas contarle a Mark?

Jessica se quedó un momento en blanco, hasta que recordó la conversación que habían tenido una semana atrás. Mark, el chico rubio de contabilidad.

Sandra, Mark no es el padre.respondió evitando las explicaciones.

¿Por qué intentas ocultarlo? Los he visto.

No has visto nada. Ni siquiera sé quién rayos es Mark.

Sandra suspiró dramáticamente e hizo un gesto de cansancio.

Si no quieres decirle a la única amiga que tienes en este lugar, por mí, bien. Pero no insultes mi inteligencia. Tengo ojos. espetó cruzando los brazos.

Voy a decirte algo, pero no puedes decirle a nadie, ni siquiera a Deacon. esperó a que su amiga sintiera antes de continuar hablando.Brett es el padre. dijo en un susurro.

Sandra la miró unos segundos con los ojos muy abiertos y petrificada, pero luego comenzó a reír a carcajadas como lunática. Jessica no entendía que le causaba tanta gracia así que la miró con el ceño fruncido y preguntó:

¿De qué te ríes, Sandra?

Tú y tus chistes. respondió ella con la cara roja de tanto reír.Eres tan graciosa. Sandra se quedó en silencio otro momento, la risa desapareció de su rostro al ver que Jess estaba que seria.¿Es en serio?

Lo es. dijo sin emoción en el rostro.

¿Pero cómo...? ¿Cuándo...? Ustedes se odian.

Al parecer no sucede así cuando estamos ebrios.hizo una mueca y antes de que volviera a preguntar, agregó: –Tú me abandonaste esa noche y él estaba allí, yo… Ni siquiera recuerdo bien. Y es todo lo que diré al respecto.

Era liberador decírselo a alguien que no intentara decirle que hacer, o que le gritar a, o le diera una fecha límite para decirle a Brett que estaba embarazada. Sí, eso había hecho Jason. Literalmente sus palabras habían sido «Si no en dos semanas no le dices, yo iré a buscarlo y le contaré mientras le rompo la cara». Jessica sabía que lo haría, sin inmutarse, sin alzar la voz. Así era él.



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En el texto hay: adolescente, jefa y empleado, embarazo

Editado: 02.05.2019

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