Y ahora ¿qué hago? #1

6*** Esto lo cambia todo.

El camino de vuelta a su casa fue lo más tenso que Jessica había experimentado jamás. A su lado, Brett llevaba los brazos tan tensos sobre el volante que parecía como si fuera a romperlo. Ella se dedicó a mirar por la ventana como si el resto del mundo no existiera.

No habían intercambiado ni una sola palabra desde que ella había soltado la bomba. Esperaba distintas reacciones, gritos, negación, cualquier cosa menos el silencio sepulcral que los había acompañado desde entonces.

¿Pensabas decírmelo en algún momento?

Jessica dio un salto en el asiento, estaba tan ensimismada que prácticamente había olvidado cualquier cosa que no estuviera dentro de su cabeza. Se giró hacia Brett que cada diez segundos la miraba con el rabillo del ojo.

Te lo acabo de decir. respondió, más para sí misma.

¡Porque no has tenido opción!

Pero te lo he contado. Ese era el punto. Lo sabes y no cambia nada.

–¿Que no cambia nada? ¡Lo cambia todo! exclamó. ¿Tienes idea de lo que esto significa?

¿Por qué estaba gritándole? Ella era la que debía estar gritando. Ella era la embarazada hormonal a la que se le había caído la vida encima. Él continuaría con su vida de siempre, se casaría y tal vez, si ella tenía suerte, llamaría para navidades y cumpleaños.

¿Aparte del total fin de mi vida? No sé qué significa, ilústrame. contestó sarcástica.

¿El fin de tu vida? ¡Yo voy a casarme, maldita sea! Y ahora tú estás embarazada.

Jessica se giró hacia él para poder apuñalarlo con la mirada directamente.

Yo no te he dicho que no te cases, cásate mil veces si te da la gana.gritó histérica. Yo soy la que está Jodida hasta la médula, no tú.

Volvió a dirigir la mirada a la carretera. Gracias a Dios faltaba poco para llegar a su casa, daba la vida por deshacerse de Brett y la tensión que cargaba con él.

¿Y qué quieres que le diga a Miranda? ¿Que mientras ella organizaba nuestra boda yo estaba acostándome contigo, pero que todo está bien porque tu no me has pedido que no me case? urgió mientras aparcaba frente a su casa¡Mierda, no debimos acostarnos!

Jessica se quedó de piedra. Dolía escucharlo, aunque ella lo hubiera pensado un millón de veces en los últimos quince días. Le dijo a Brett lo mismo que se decía a sí misma cuando aquello le llegaba a la mente:

Es muy tarde para pensar en eso. Debiste pensarlo antes de emborracharte como cuba y ponerte todo cachondo, no me culpes a mí. bramó abriendo la puerta del auto.

La mano de Brett la detuvo y ella giró para encontrarse con el rostro de él desfigurado por la rabia. Vaya novedad.

Sabes que tenemos que hablar.

Hablaremos después, no estoy de ánimo.

Se soltó de su agarre y salió del auto antes de que él volviera a decir otra de sus estupideces. ¡Maldito Brett!

Caminó hacia su casa, pero antes de llegar a la puerta, ésta se abrió y Jason apareció en el umbral. En aquellos últimos días Jessica había comenzado a odiarlo, casi tanto como odiaba todo lo demás sobre la tierra.

¿Qué quieres, Jason? Ahora no es el momento. Aclaró desde que estuvo frente a él.

Los he visto discutir. dijo¿Le has contado?

No discutíamos, Jason. Ya déjame en paz. Contestó furiosa. Búscate una vida.



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En el texto hay: adolescente, jefa y empleado, embarazo

Editado: 02.05.2019

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