Y ahora ¿qué hago? #1

38*** La frase cursi de la semana.

—Deberíamos hacer algo hoy.

Jess se giró para encontrarse con la mirada de Brett puesta en ella que estaba preparando el desayuno, o al menos intentándolo. Sus panqueques no serían los más atractivos, pero al menos tenían buen sabor.

— ¿Algo como qué? —pregunto, volviendo a fijar su atención en el último panqueque antes de que se quemara.

—No sé. Algo como lo que hacen los novios. —dijo el—Tendrás que instruirme en el viejo camino del noviazgo. Hace mucho tiempo no tengo una novia.

—Fuiste el novio de Miranda hasta hace poco menos de una semana. —respondió mientras ponía un plato de panqueques frente a él.

—Buen, rectifico. Hace mucho tiempo no tengo una novia real —sonrió.

— ¿No hacías cosas de novios reales con Miranda?

Ella ni siquiera sabía porque le interesaban esas cosas, pero había una vena curiosa en ella a la que no podía ignorar. Se llevó un pequeño trozo de panqueque a la boca mientras esperaba la respuesta.

—A veces... —el pareció notar que iba a hacer otra pregunta —pero no querrás saberlo.

— ¿Esa es una forma indirecta para decir que tuvieron sexo? —cuestiono sin poder evitar una ligera mueca, esperaba que él no la hubiera notado.

—Cuando dije que no querrías saber, esperaba que entendieran que no voy a decirte nada. —respondió, evidentemente incómodo.

—Oh, claro. Lo siento. —volvió a llevarse un trozo de panqueque a la boca y se concentró en masticar.

— ¿Tú me contarías acerca de tus ex novios? —Le pregunto unos minutos después, retándola.

—Yo no he tenido novios, solo uno antes de ti. —Aclaro— Ben Jones, segundo de secundaria, yo tenía 15 años y el acabada de cumplir los 16. Le pedí que fuera mi novio porque me gustaban sus ojos, él dijo que si, tal vez porque estaba loco. Nuestra relación duro 22 días en los que lo único que hacíamos era escondernos detrás de las gradas después de clases a besuquearnos —hizo una pausa para observarlo, si él había estado esperando que se acobardara estaba muy equivocado. —Terminamos porque acepte la apuesta de besar a otro chico delante de todos. Le devolví su osito de peluche y ambos seguimos con nuestras vidas.

— ¡Qué relación tan madura! —se burló él.

—Fuimos tan maduros que seguimos siendo amigos en Facebook. No hablamos, pero a veces le da likes a mis fotos —respondió sonriéndole de vuelta. — ¿Y qué me dices de ti?

—No voy a hablar sobre Miranda —sentencio.

—Bien, entonces cuéntame de Srta. Hollywood, la que te mando al diablo y se fue lejos.

—Fue solo eso. Nos conocíamos desde antes de la universidad, no éramos amigos, pero su hermano y Dave si y nos habíamos visto en algunas ocasiones, así que fue fácil para mí. Teníamos algunas clases juntos, a veces salíamos después de clases y un día, sin darme cuenta estábamos saliendo en serio. Supongo que nuestro problema fue que ella maduro y yo no; entonces comenzó a hacer planes y yo deje que se ilusionara porque sabía que si le decía que no me interesaba un futuro seria el final.

» Cuando se lo dije enloqueció dijo que había sido un error involucrarse conmigo, que acababa de desperdiciar tres años conmigo. Dijo otras cosas dulces y luego se fue todo lo lejos que pudo.

Durante varios segundos ambos se quedaron en silencio. Aparentemente Brett había desarrollado la asombrosa capacidad de leer su mente, porque justo cuando ella estuvo a punto de contestar el la interrumpió.

—...Y eso es todo lo que voy a contarte respecto a eso. —Declaro—Ahora estamos en paz.

El teléfono de Jess timbro anunciándole que tenía un mensaje de texto. Se levantó apresuradamente y fue por él a la encimera donde lo había dejado mientras preparaba el desayuno, era un mensaje de Jason.

"Papá y mamá ya saben que vendrás. ¿Recuerdas cuando dijiste que el fin de semana? ¡Sorpresa! Hoy es fin de semana. Puedes traerte a tu novio contigo si quieres. Yo me encargaré de que mamá no lo mate, aunque no me simpatiza. No quiero un sobrino huérfano".

Jess sonrió mientras le respondía un breve:

"Estaré ahí a las 8:00 P.M."

Jason podía decir muchas cosas, pero Jessica sabía que en su interior estaba bajando la guardia con respecto a Brett y eso la hacía sentirse algo más tranquila. Tal vez su madre igualmente comprendiera las cosas y dejara de comportarse como una dictadora y de tratarla como una niña de preescolar.

—¿Brett, querías hacer cosas de novios reales? —preguntó volviendo a sentarse frente a él.

—¿Ya pensaste en algo?

—Si... —hizo una breve pausa mientras él la observaba—. Iré a visitar a mis padres hoy. Tu irás conmigo.

—Oh no, claro que no lo haré. —se inquietó—. No saldré vivo. Tu madre me odia y tu hermano quiere arrancarle las pelotas. No soy un suicida.



#1592 en Novela romántica
#539 en Chick lit
#616 en Otros
#202 en Humor

En el texto hay: adolescente, jefa y empleado, embarazo

Editado: 02.05.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.