Y Si, No quiero ser tuya

CAPITULO 2

* * * * * * * * * CAPITULO 2 * * * * * * * * * 

 

Corrí desde la entrada hasta la casa; abrí la puerta y pregunté a la empleada que estaba en la sala; luego avance por pasadizo hasta la tercera puerta. Unos tres toques y contesto.

-Adelante, se esta haciendo tarde- Ordenó desde la habitación

Abrí la puerta e ingresé.

-Agarra esos portafolios, hoy necesito que me acompañes- 

Mi boca se movió para refutar, pero al instante la cerré. Recogí los portafolios, y sujeté el bolígrafo que me extendió.

La luz en la habitación, hizo que analizará al hombre que tenia al frente. Al parecer era dos años mayor que yo, su cabello era negro y tenia algo de rulos no pronunciados; era muy alto, pero no delgado, tenía un cuerpo de un “dios griego”

-Me puedes decir o no- Pronunció con la voz molesta, no lo había escuchado hablar

-Eh-

-¿Cómo te llamas o debo llamarte?, si no me quieres decir ; no me interesa. –

-Marce, o Marcelia – Respondí rápido; y quité la mirada para no sonrojarme por los pensamientos que había tenido.

-Marce, sígueme- Asentí la cabeza, mi nombre sonaba bonito en su voz, la cual era calculadora.

Avance lo más rápido que podía hasta la salida de la casa; ya que un paso de él equivalía dos pasos míos.

-Eres muy lenta, entra al auto- Siseó

Yo no era muy lenta, él era muy rápido; ingrese al auto molesta; aun no había realizado mi solicitud en la universidad. En las pocas horas que había estado con él, sabía que su humor era detestable, nadie iba a querer estar con un hombre así, por más lindo que fuera; apenas y les dirigía la palabra a sus subordinados, era detestable.

-Deja de mirarme -Se quejó y enseguida quite mi vista de él para dirigirlo a la ventana del copiloto.

¿Qué le había sucedido a este hombre? ¿Se le murió sus padres o qué?

-Ya llegamos- Dijo

Abrí la puerta para bajar, él llamo al chico de la entrada y le entrego sus llaves, para que lo estacionará. Le seguí el paso por la empresa; el nombre de la entrada era gigante.

 _ “EMPRESA HERNÁNDEZ” _Le aseguramos que su producto llegue con calidad_

-Bienvenido Joven Alexandro- Saludó un hombre mayor, que rondaba por los cuarenta.

-Lamento la tardanza, me dirigiré para llevar a cabo la reunión- Se disculpó

En partes me sentía culpable, tal vez era la responsable de que se demorará.

-Quédate en la sala de esperas, mi secretario te dirá que hacer- Asentí la cabeza y él se retiro  

Esperé alrededor de quince minutos, hasta que uno de los jóvenes dirigió su mirada hacia mí; como si fuera atraparme.

-¿Tú eres la nueva asistente?- Preguntó

-Supongo que sí- Respondí analizando al chico de traje parado; llevaba una corbata ajustada, y poseía un par de lentes que le quedaban bien, su cabello era de color marrón claro, y era alrededor de la edad de Alessandro.

-Yo me encargaré de que tu contrato se haga oficial- Sentenció y me levante del asiento para seguirlo.

Entre a la oficina, y saco unos papeles. Alessandro había cumplido su promesa; solo iba a trabajar tres meses, y me iba apagar muy bien.

-Su anterior asistente renunció, espero que pueda durar todo el tiempo del contrato- Me informó

Aunque yo quisiera renunciar, necesitaba pagar lo que había hecho; además que no parecía tan difícil.

-Mi nombre es Johan, encantado de conocerte Marcelia- Dijo leyendo mi contrato firmado.

-Un gusto igual- Dije con cortesía.

Ambos nos retiramos de la oficina, hacia el pasadizo.

-Al parecer ya termino la reunión. - Mencionó Johan  

-Marce, ven- Ordeno cuando sus ojos se dirigieron a los míos.

¿Estaba molesto? ¿Feliz? _ Que debía suponer.

-Si dime- Conteste

-Necesito que anotes, a qué hora finalizo la reunión, y a las cinco personas, preguntarle su opinión acerca del acuerdo que se tubo-

Sentía que se le acaba de ocurrir, y no tenía ningún sentido. Pero me dirigí a esas personas antes de que abandonarán el edificio.

Me fijé en el reloj y empecé a escribir la opinión, primero del apersona que había visto en la mañana. Se llamaba Rodrigo y era una empresa de transportes exteriores, había quedado de acuerdo; pero no satisfecho; luego a tres personas las cuales solo me dijeron que estaba bien; por último fui en dirección a Celeste.

-Me puedes decir sus nombres y apellidos- Pedí agachando la cabeza

-¿Marce?- Preguntó un tanto sorprendida

-Marcelina- Corregí un poco seria

-Celeste Cervales Quintanilla- Contesto algo molesta e incomoda

-Me puedes decir la opinión acerca de la reunión que tuviste-

-¿Ahora eres periodista?- Dijo algo bromeando

Me encontraba incomoda.

-Yo trabajo para esta empresa, y necesito saberlo – Exigí

-No estarás molesta por lo de la mañana ¿No? - Siseó y no le di importancia- Bien, la reunión me pareció perfecta, la compañía Hernández siempre nos ha ayudado en los contratos, no podría estar más feliz –

Me tomó tiempo, pero anoté su opinión y cerré la libreta.

-Sabia que por algo llamaste la atención esa noche, nos hiciste quedar mal y encima conseguiste un empleo- Me sujeto de la mano, dejándomela enrojecida.

-Señorita Celeste veo que ha vuelto de París- Dijo Johan a lo cual sonreí.

- Si Johan, he vuelto; espero que hayas cambiado de bando y te quedes conmigo esta vez-

-¿Qué pasa aquí?-




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