Y Si, No quiero ser tuya

CAPITULO 7

 

* * * * * * * * * * * * CAPITULO 7 * * * * * * * * * * * * 

 

 

Me muerdo el labio inferior y vuelvo a ver su cabello, se nota tan suave que me da unas ganas de acariciarlo, pero, entonces, la alarma del reloj sobre su mesita de noche comienza a sonar.

Mi cuerpo se tensa de golpe, pero entro en una especie de colapso y soy incapaz de moverme. ¡Joder!

 El sonido se hace más intenso. Doy un par de pasos hacia atrás, pero mi cuerpo se mueve en cámara lenta.

Maldita sea. Debí ver ese reloj antes.

Al fin logro reaccionar y salgo disparada hacia el sofá prácticamente en el mismo segundo en el que Sandro apaga el despertador con su mano.

Cierro los ojos con fuerza y trato de hacerme a la dormida.

Oigo sus pasos en la habitación. Camina rondando el sofá.

Por favor, que no me haya pillado con las manos en la masa. Por favor, que no me haya pillado con las manos en la masa.

Sería una vergüenza con la cual no podría vivir.

Sus pisadas desaparecen, y supongo que ha entrado al baño. Tranquilizo mi organismo y suavemente destapo las sabanas. Me doy cuenta que estoy con la misma ropa que anoche y rápidamente me avergüenzo.

Mi vestido es algo pequeño y como he dormido con él, está pegado a mi piel. Los zapatos plateados no son muy altos y creo que ah sido de buen gusto al comprarlas. Me levanto y voy hacia la puerta del baño

-Tengo un cepillo extra- Me dice dándome la caja

-Gracias-

El no se mueve y sigue con la afeitadora en el espejo. Y me tengo que hacer campo para pasar al fregadero.

Me cepillo en silencio y tarto de usar mucho los objetos alrededor.

-¿Tus llaves?- Suelta de repente- Las dejaste en el club, tenemos que ir por ellas para que le des a los remodeladores. –

Asiento la cabeza. Cuando él sale me lavó la cara, para quitarme el sueño y el susto que he tenido hace unos minutos. Cierro la puerta y me acomodo el vestido.

Ya lista salgo de la habitación.

Sandro esta recostado en la pared hacia la puerta con un pantalón jean holgado y una camisa a cuadros. No se en qué momento se ha cambiado, pero no quiero imaginar que ha sido en esta habitación mientras estaba en el baño. Aunque claramente no hay otra opción.

Crei que al ser el cargo superior, iba a trabajar con terno y corbata todos los días, pero lo que trae puesto es mas cómodo.

-Me visto así los días que no hay conferencia, ya deja de verme- Farfulla y volteo la cabeza.

Alessandro pide un taxi, y este conduce al club de anoche mientras que nosotros bebemos un café rápido. Por suerte el vaso no se vuelca a medio camino, y bebo tranquila.

Alessandro es el único que sale del auto, y a la vuelta trae en sus manos mi llave de conejito.

Le da en un papel la nueva dirección y el taxi vuelve a emprender el camino.

-¿Alessandro a dónde está lleno el taxi?- Le pregunto pero me ignora.

-¿Disculpe, a dónde se dirige?- Pregunto al chofer.

-A la empresa Cervales, ahorita está por embarcar sus productos hacia América-

-Me puede bajar ahora- Exijo al conductor.

Este empieza a estacionarse.

-Quien le ha dicho que se detenga, se me hace tarde- Señala Sandro y lo fulmino con la mirada.

-No pienso ir vestida así en pleno invierno; no quiero morir de hipotermia. – Le reclamo- Devuélveme mi llave

-Se lo daré a uno de los remodeladores, ellos se encargarán de traer todas tus cosas, son de confianza- Añade

Ruedo los ojos y no lo observo durante el viaje.  Él quiere ignorarme, yo le voy a demostrar que conmigo no puede.

El taxi se estaciona y bajo; trago aire para no tiritar de frio.

Alessandro como en el taxi me ignora, y solo me hace una señal para que lo siga.

-¿Marce?- Pregunta un chico tocándome por atrás

-Jasen- Admito su nombre por sorpresa.

-Lamento lo de la otra noche, no sabía que tú tenias una relación con el je….

- Solo trabajo para él, la otra noche fue una equivocación- Interrumpo

-Parece que estas con frio- Él se saca la casaca quedando solo en chaleco.

Rápidamente me lo pongo y sonrió ante el agrado de tener una prenda cubriendo mis brazos.

-¿Quieres venir? Te presentaré a los chicos con los cuales trabajamos; para que puedas integrarte en la empresa-

Asiento la cabeza y le sigo.

-Marce- Exclama alguien deteniendo mis pasos, me niego a voltear al reconocer al dueño de esa voz.

Pero mi cuerpo sencillamente se pone nervioso y me traiciona.




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