Luz en la oscuridad

Luego de una tarde llena de colores marinos Naim dijo que ya era hora de salir del agua porque sus dedos se estaban volviendo pasitas y porque Iris no iba a ser capaz de ver durante la noche.

—¿No tienen alguna planta que me de la habilidad de ver bajo el agua? — había preguntado Iris, ella no quería irse aún estaba fascinada con la idea de poder mover los rayos del sol y quería intentar algo nuevo. Pero Naim le dijo que no todo era bonito en un mundo lleno de magia que durante la noche las criaturas de lo profundo suben para buscar con quien divertirse y luego comérselos.

Así que ahora estaban en tierra firme, pero no en el lugar donde los había visto por primera vez. No, esta vez estaban en un gran campo lleno de árboles alrededor, todo en el centro eran flores y arbustos, pero a los lados la majestuosidad de los árboles llenaba el ambiente de un aura fresca pero inquieta.

—Ya has visto los colores del día en el mar, ahora tienes que conocer los colores vibrantes de la noche en la punta de los árboles — Lyla estaba muy feliz de presentarle su parte favorita del día: la noche.

—Pero en las noches casi no se puede ver nada. No hay faros de luz acá así que no creo que mis ojos puedan ver esos colores que dices.

—Así como pudiste mover los rayos de luz son tus dedos, serás capas de mover tus ojos y ver luz. Si lo crees y quieres, podrás hacerlo. — Naim quería llevarla al lado más oscuro del lugar, porque solo en las partes más oscuras una verdadera luz puede brillar y hacer resplandecer el lugar.

—¿Por qué hacen esto? — Iris había notado lo felices que ellos fueron cuando los rayos de luz se movían con el movimiento de sus dedos.

Naim y Lyla se colocaron a cada lado de ella y fijaron su mirada hacia el cielo.

—Hace muchos años que nadie nos visita, especialmente un humano. Desde que tuvieron sus manos ocupadas en teclear, compartir y reproducir, olvidaron este mundo y nosotros hemos sido un cuento que nadie quiere recordar o más bien que nadie recuerda ya. — Lyla inspiró hondo y enderezó los hombros — desde hace unos años hemos visto como nuestra llama se apaga, aquello que nos da vida esta muriendo y es que, sin la esperanza, la felicidad ni la magia nuestro mundo se cae a pedazos.

—Hace años hubieras sido capaz de andar bajo el agua en la noche porque no habría nada de que temer, pero ahora esas criaturas que te dije nos amenazan y poco a poco oscurecen nuestro mundo. Los colores de este bello paisaje corren el peligro de terminar bajo las sombras. — Naim volteó a ver a Iris y le sonrió — necesitamos de tu magia para que nuestro mundo no muera.

Iris los miraba sin poder entender del todo.

Podía creer lo de las tinieblas, y también que todo se fue al diablo desde cuando un bebé era poseedor de un celular inteligente; ella misma odiaba la soledad en la que vivía gracias a eso, todos alguna vez dijeron que las redes sociales conectarían a millones de personas, pero eso solo era una mentira porque luego nadie quería conectarse con otros a no ser que pudiera tener algo a cambio o se volviera alguien influyente.

Pero aún así ella no podía entender que tenía que ver ella en todo esto, ni siquiera tenía magia. Lo de antes solo había sido suerte, un mero juego como el de las estrellas de mar.

—Yo no tengo magia. Solo soy una chica totalmente normal, con una vida aburrida. Los únicos colores que tengo son mis crayones que uso a escondidas de mi mamá, la única magia que conozco es esta — Iris alza los brazos y señala todo el lugar — aparte de los libros nunca había visto algo tan bello.

—¡Por eso eres nuestra salvación! — exclamó Lyla — no eres la primera persona del mundo en que recibe libros sobre seres fantásticos y lugares sobrenaturales. Durante años hemos viajado a tu mundo en busca de una persona que se interese en un mundo lleno de magia, lleno de cosas improbables.

—En mi mundo nadie lee un libro si este no te enseña como ganar dinero e influir sobre las personas. — dijo Iris.

—Eso lo sabemos muy bien, es por eso que fuimos, y somos, muy felices de que tu hayas abierto el libro y querido encontrar respuestas a tus preguntas.

Iris recordó lo feliz que era al leer esos libros que hablaban de lugares maravillosos y cubiertos de colores vibrantes. Dentro de ella había preguntas que nunca había querido hacer, pero ahora sentía el impulso de querer dejar salir todo lo que estaba atrapado en ella.

—¿Realmente puedo ser feliz sin magia? ¿Puedo amar sin ser empática? ¿Puedo ser feliz y vivir en una casa pequeña pero rodeada de flores de colores? ¿Puedo ser feliz y llevar una vida diferente a la de los demás? ¿Realmente tengo que estudiar toda mi vida y nunca disfrutar de lo que realmente me gusta hacer? — Iris quería saber que había más en la vida que contar dinero y sumar estudios a su currículo.

—Sí hay una vida más allá de tu mundo. Hay un mundo lleno de magia que espera ser encontrado para dar felicidad y compartir sus colores a todo aquel que espera ver luz en su vida. — contestó Naim.

—No quiero irme nunca de este lugar. Aquí me siento muy bien, no quiero volver a las rutinas agotadores de mi mundo.

—Este mundo puede ir al tuyo si tu lo crees y lo quieres con todas tus fuerzas. — Naim podía sentir en ella unas ganas feroces de querer vivir libre y eso le gustó mucho.

—Pero primero tienes que ver en la oscuridad. — dijo Lyla y le señalo como la noche entraba y el lugar se oscurecía.

Iris se asustó un poco porque todo parecía desaparecer de su vista y ella no quería dejar de ver los colores y magia que tenía el lugar. Quería aferrarse a el lugar y por eso tomo las manos de ellos y se sujeto fuertemente, sentía que los dejaba de tocar iba a regresar a su mundo y eso era lo último que quería.

Lyla le hizo una seña a Naim y este asintió.

—Te llevaremos a lo más oscuro, confía en nosotros. — para cuando él había terminado de hablar la oscuridad estaba sobre ellos, pero pronto Iris sintió como sus pies dejaban de tocar el suelo.