Yo soy Ema

capitulo 2

La ida no sonaba tan patetica ahora que me encontraba sin luz en plena noche de verano. Quizas si hubiera aceptado tener una vida falsa por el resto del verano, hoy mismo me encontraria en una enorme picsina practicando ser otra persona y no en una habitación a oscuras con dos velas blancas y diez mil mosquitos dandome una paliza. Lo volvi a conciderar una y otra vez mientras esperaba a que volviera la luz y, así como me parecía una buena idea también me parecia la peor idea del mundo.

Las opciones de mi situación no eran muchas, mejor dicho, no habían opciones más que quedarme un verano entero sola y sin nada. Bueno, me quedaba otra alternativa pero no era una de las más lindas, tomar un autobús por 7 horas hacia el pueblo donde naci y al poco tiempo mi madre escapo de allí. Pedirle asilo por un tiempo a mi tía abuela habia sido lo ultimo que queria pedir en esta vida.

Allí no solo vivía una mujer de setenta y dos años con la amargura de un limón y estricta como nadie en su sano juicio, sino que también mi primo que me odio desde el primer segundo que me vio a sus cortos tres años. No me acordaba de su existencia hasta este momento.

Asi que al dia siguiente me encontraba a medio camino de aquella casa, preguntandome como habia terminado alli. No podia culpar a mi madre por no tener un lugar fijo donde ir, se habia encargado de cuidarme y desvivirse por mi en todos estos año, esta vez le tocaba ser feliz a ella, a mi me quedaba toda una vida aún.

Un mes en un infierno no sonaba tan mal, ya que mi tia me habia habisado que se encontraba sola sin mi primo y que le habia venido muy bien mi visita ya que necesitaba de una ayudante por su fractura en el brazo.

Al llegar a la estación de autobuses, alli la vi, espeandome fuera de su auto con un largo vestido azul hasta los tobillos y su brazo ensellado. La amargura en estos años no la habian sentado tan bien, sus arrugas eran mas notables y delgadez mucho mas, sin mencionar el maquillaje exagerado que cargaba mas que su peinado.

-Mirate- me saludo con un brebe abrazo- ya no eres una niña.

-Hola tia, Diana- le sonrei con nerviocismo- es un gusto verte y gracias por dejar venir a pasar el verano aqui..

- Ya ya- me corto- no empieces los sermones largos como tu madre. Basta con ser breve.

Meti mi maleta al baul del auto y me subi enseguida alado de ella. Media hora de viaje en auto hasta su casa en un silencio casi torturante hasta que decidio volver hablar. Yo no me animaba, no sabia muy bien su concepto de breve y no sabia hacerlo en lo asoluto cuando estaba nerviosa hblaba mas de la cuenta.

- Y tu madre, que esta haciendo? No he sabido de ella en un largo tiempo hasta que decidio llamarme ayer por la noche.

-Bueno... se ha ido de viaje- Intente ser breve. Pero no pude- Se merecia unas vacaciones, ha estado muy ocupada scandome adelante y trabajando sin descanso.

-Bueno, no ha hecho un buen trabajo si tu no tienes donde vacacionar- solto con su amargura- Siempre dije que tu vida hubiera sido mejor si te hubiera dejado conmigo.

-Supongo que tuvo sus motivos y es mi madre, una madre no deja a sus hijos.

-Una buena madre elije a un buen padre para sus hijos.

-¿Es por eso que tú no has tenido hijos?- Solte sin pensarlo, pero ella no contesto y nos mantuvimos calladas todo el camino hasta que llegamos.

No me acordaba como era la casa, era enorme eso si. Una larga engtrada con arboles de colores amarillos y plantas en macetas de mi tamaño. Para vivir alli una persona amargada la casa parecia de una persona totalmete diferente. Al entrar me envolvio el olor a pino y limpio, alli no habia ni una pisca de polvo y sus grandes muebles antiguos brillaban.

-Arriba esta tu cuarto de siempre.

Al subir no recoradaba con cariño aquella habitación, siempre encontraba notas de mi malvado primo diciendo que al volver encontraria arañas por todos lados y ratones. Me aterraba acotarme alli y pensar que entraria con una machete. Para mi suerte siempre me iba antes de que el llegara, nunca nos quedabamos mas de un dia, mi madre siempre salia disparando de esta casa luego de discutir con mi tia por razones que aun desconozco.

Me sente en la pequeña cama. Al menos esta noche dormiria con aire fresco y luz.

Solo esperaba que no entraran con un machete.




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