Yo tengo un amigo, el no está muy bien, no tiene una buena relación con sus papás pero yo trato de ayudarle, se siente mal con su aspecto, todos se burlan de él, siente que no es suficiente para su mamá y su papá, siente que es el peor amigo... Pero para mí, es el mejor amigo del mundo.
A veces mi amigo se hace cosas horribles a si mismo.
Y no sabe expresar sus emociones.
Y es algo que me da mucho miedo. Un día estábamos sentados, mirando hacia un espacio totalmente vacío, el silencio predominaba en ese lugar, hasta que por fin me arme de valor para preguntarle:
—¿Por qué haces eso amigo?
El no me respondió, seguía mirando hacia el espacio vacío, el a veces tarda en responder pero como yo, soy muy paciente, espere a que me contestara.
—Quiero irme.
¿Irnos?, ¿A dónde?, me pregunté a mi misma, no quise preguntarle, me daba mucha vergüenza, como les dije anteriormente el no sabe expresar sus emociones pero creo a lo que se podía referir. Lo tome de una mano, esboze una leve sonrisa y con lágrimas en los ojos, solté un leve suspiro cerrando los ojos.
Recordando cada momento que pasamos juntos.
Cuando adoptamos un gato.
Abrí los ojos, estaba en mi habitación, mire fijamente la mesa, donde estaba una caja muy pequeña, mire fijamente el objeto y de un momento a otro, estaba en mi cama, a punto de dormir.
Mi amigo se había ido y yo me fui con el.
Al menos ya no tendría la necesidad de decir, Yo tengo un amigo...