Your Type ®©

XXIV

HARRY

¿Qué hacía Thomas aquí? ¿Qué no se suponía que no regresaría? Dije que no iba a estar en contra de que hablara con él, pero algo como esto, sí que no iba a permitirlo. Zoe que ya estaba a un lado de mí aun lo miraba sin creer que fuera él.

    –Hola –saludó ella.

    –¿Viniste a llevártela? –no pude evitar preguntarlo. Zoe me miró con el ceño fruncido.

    –No –replicó sin dejar de mirarme–. Sólo vine a hablar con Zoe.

    –¿Otra vez? –preguntó Zoe. Tanto Thomas como yo la miramos.

    –Sí –contestó él.

    –De acuerdo –rodé los ojos, abrí la puerta para entrar. Thomas y Zoe entraron detrás.

    –¿Le dirás? –le pregunté a Zoe en un susurro.

    –Sí, lo haré –respondió.

    –De acuerdo, estaré adentro –dijo y besé su frente, pero entonces Thomas habló.

    –No te vayas.

¿Había oído bien?

    –¿Qué? –fruncí el ceño.

    –Tengo que hablar con los dos –volvió a decir.

    –¿Por qué? –no pude evitar la sorpresa.

    –Porque iba a estar en deuda y más contigo –me miró– sino lo hacía –respondió. Me sorprendió lo tranquilo que estaba. Él iba a pedir algo.

    –Nosotros también tenemos que decirte algo –habló Zoe. Había algo de temor en sus palabras.

    –Nena ¿Estás segura que quieres decirle? –pregunté mirándola.

    –Sí –me sonrió–. Es mejor ahorita y no después.

    –Está bien –le sonreí de vuelta. La amaba mucho.

    –¿Y qué es? –preguntó Thomas haciendo que volteáramos hacía él.

    –Te diremos hasta que tú nos digas –respondió Zoe.

    –No –Thomas rodó los ojos–. Tú primero.

    –Ya te dije que no –repitió ella–. Tú querías hablar ¿no? Habla primero entonces –tuve que reprimir una risa. Zoe sí que sabía cómo tratarlo.

    –No –replicó él–. Quiero oír lo que…

    –¿Ya van a dejar de jugar? –pregunté yo. Zoe me miró y Thomas lo hizo después.

    –¿Ya ves? –preguntó él–. Tu novio tiene razón –se sentó en el sillón.

    –Está bien –Zoe me dedicó una mirada asesina y también se sentó–. Voy a casarme –susurró lo último.

    –¡¿Qué?! –preguntó él–. ¿Estás de broma?

    –No –respondió ella tranquilamente. Thomas miraba a Zoe y luego a mí, después lo hacía al revés. Seguía sin decir nada, supongo que estaba asimilando la noticia, o no sé. Zoe lo conocía mejor.

    –¿Ya me dirás por qué viniste? –preguntó Zoe.

    –Quiero pedirte algo a ti –Thomas apuntó hacia mí.

    –¿Qué? –lo miré–. ¿Por qué a mí?

    –Porque sé que tú cuidarás de ella –me miró fijamente y pude ver sinceridad en sus ojos–. Aunque no nos conozcamos mucho, sé que puedo confiar en ti para que lo hagas. Eso era lo que quería pedirte.

    –Lo haré –dije después de un rato de silencio.

    –Gracias –respondió.

    –Thomas… –habló Zoe y él la miró–. ¿Podemos hablar tú y yo?




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