Your Type ®©

XX

Thomas se levantó de la cama para dirigirse a la puerta.

    –¿Quién será? –preguntó.

    –¿Será Dylan de nuevo? –pregunté.

    –No creo –contestó.

    –¿Cómo sabes? –pregunté de nuevo.

    –Tiene las llaves –rodó los ojos.

    –¿Y sí las olvidó y viene por ellas? –volví a preguntar.

    –No –cortó.

    –¿Y si voy yo?

    –¡No! Te quedas aquí.

    –¿Tommy? –susurré.

   –¡Dije que no! –gritó.

   –Está bien. Pero no me grites –se volteó hacia mí.

   –Lo siento, voy y vengo. No tardo– besó mis labios salió de la habitación.

 

 

THOMAS

¡Maldita sea! ¿Quién madres estaba tocando a las once de la noche? Rogaba al cielo en que no fuera Dylan de nuevo. Habían hablado de otra cosa, lo sé. La actitud de Dylan lo delataba. ¿Qué tan malo era y porque Zoe no me decía nada? Desde el día de nuestra borrachera, prometimos que no habría secretos entre nosotros. Sin dudarlo abrí la puerta y ahí estaba él. Era Harry. No lo conocía, ni siquiera en foto; pero era demasiado obvio que era él.

    –¿A quién buscas? –pregunté. Harry revisaba su teléfono, ignorándome. Después de un tiempo habló.

   –Estoy buscando a mi amiga Zoe, ¿sabes dónde vive? –por como lo digo, su amabilidad era demasiado fingida. ¿Por qué la gente siempre quiere pretender lo que no es?

¿Era o se hacía?

    –Vaya –fingí sorpresa–. ¿Entonces tú debes de ser Harry?

    –Sí... Sí ¿Por qué la pregunta? –me miró y sonrió.

¿¡Qué!?

    –Nada más, simple curiosidad –me encogí de hombros–. ¿Quieres pasar? –pregunté. Sabía que me estaba excediendo, pero no me importó.

¿Qué carajos quería Harry aquí y cómo fue que encontró el departamento?

    –¿Entonces ella vive aquí? –preguntó de nuevo.

    –Sí –abrí la puerta por completo para que entrara.

    –Sí, ella vive aquí –dije y cerré la puerta. No dijo nada, se quedó observando la habitación y recordé a Zoe cuando la vio por primera vez, me reí por inercia.

    –¿Qué es gracioso? –preguntó.

    –¿Qué? –no me di cuenta que me estaba mirando.

    –Te estás riendo de algo –observó.

    –No es nada –respondí y me crucé de brazos.

    –¿De dónde conoces a Zoelia? –preguntó de nuevo.

¿A caso era lo único que hacía?

    –Una larga historia –sonreí al recordar–. ¿Se puede saber para qué la buscas? –inquirí.

    –Necesito hablar con ella –respondió sin dejar de mirarme.

    –Ah bueno en ese caso... –me dirigí a la habitación donde estaba Zoe, pero me interrumpió con otra pregunta.

    –¿Eres su novio? –sí algo detestaba de la gente, era que preguntara tanto.

Contrólate Sampter, me regañó mi subconsciente.

    –Sí, ¿Por qué? –lo miré.

    –Dile que la espero y que no me iré hasta que hable con ella, y si no quiere, dormiré afuera hasta que lo haga –vaya, se le había ido la amabilidad por completo.




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