La vida universitaria es hermosa, sin duda, hasta que llega el fin de ciclo. Ese punto de quiebre, lleno de lágrimas, enojos, risas histéricas y todo tipo de emociones, desencadenadas por el estrés. Ángel y Gustavo no son inmunes a este suplicio, por supuesto. Ellos la pasan igual o peor que el ...