Se dice que ningún árbol puede llegar hasta el cielo sin que sus raíces lleguen hasta el infierno, un infierno que Ira Luttenberger tuvo que vivir en carne propia, con la desaparición de su único y gran amor. Las noche se volvieron insoportables desde que la ausencia de Alma, hicieron presencia...
El amor y la felicidad fueron sustituidas por el miedo, el terror de no poder ser libre de nuevo. Ya su voluntad se esfumó como el aire expulsado de sus pulmones, así mismo como su mente, su cordura está a punto de morir.
Todo cambió en pocas horas.
Todas las ilusiones se desvanecieron como ...
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