Epílogo

Dos semanas después de la batalla.

– Chicos, os he convocado en mi apartamento porque tengo algo importante que deciros – dijo Derex llevando a la mesa una bandeja con varios cafés.

– ¿No podía haber sido mañana? He tenido que retrasar una reunión con el consejo y no les ha gustado nada. No sé que querrán de mí… – Susurró Sarah cogiendo un café antes de que Derex dejase la bandeja en la mesa.

– Me voy a la Ciudad Mágica – sentenció Derex.

– ¿Una misión? – Respondió Stephen.

– No – negó con la cabeza –. Me voy durante un tiempo, necesito entrenarme y fortalecerme, y la única forma de hacerlo es yendo allí – pausó –. Con los mejores magos del mundo.

– ¿Nos dejas tirados? – Se exaltó Stephen.

– No os dejo tirados, volveré, pero necesito entrenarme y el mejor sitio es allí – respondió Derex de forma tranquilizadora.

– Yo también me voy – se incorporó Katherine a la charla.

– ¿Pero qué dices? ¿A dónde te crees qué vas? – Se sorprendió Sarah.

– Me voy a Madrid con Eric – pausó Katherine –. Lo he pensado y creo que es lo mejor para mí, necesito unas vacaciones después de todo lo que ha pasado.

– ¿Y esto con quién lo has hablado? – Se enfadó Stephen.

– Solo se lo he comentado a Eric, pero aun no lo tenía claro hasta hoy – afirmó ella.

– ¿Y tú no has dicho nada? – Se enfadó Stephen mirando hacia Eric.

– ¡Él no tiene la culpa de nada! – Le defendió Katherine –. Le dije que no contase nada a nadie.

– Con que esas tenemos ¡eh! Yo me largo de aquí, no os aguanto más – Stephen se levantó y se marchó del apartamento.

– ¡Stephen! ¡Espera! – Sarah salió detrás de él, Derex se teletransportó apenas unos segundos después, quedándose Eric y Katherine allí, que no dudaron tampoco en marchase de allí.