4. Elegancia.

De acuerdo a la educación que recibí, la elegancia no tiene que ver fundamentalmente con el dinero o la ropa, sino que principalmente se debe a la educación en los modales y en el comportamiento, ser una dama es cuestión de valores, convicciones y un comportamiento de acuerdo a la moral.

Aprendí la mayor parte de mis enseñanzas detrás de los libros, comprendí que los libros no sólo se leen Letra por letra, palabra por palabra, sino que además se deben leer entrelíneas, ya que éstas son las que te muestra el trasfondo o las intenciones del texto.

Leí textos muy bastos, desde los académicos hasta las novelas históricas y contemporáneas, al pasar los años que fui creciendo en madurez, noté un amplio cambio en las sociedades de escritores, los que hacen notas históricas y las que hacen historias creadas desde la imaginación, los términos y palabras coloquiales de aquellas épocas hoy en día ya no se emplean, o en su defecto, se potencializan aún más.

La elegancia anteriormente se asociaba a las personas de alta riqueza o de alto poder, Monarcas y nobles; sin embargo, a medida que se fueron destronando las monarquías, fue abriendo paso a la burguesía, donde las personas se volvían ricas a costa de la pobreza de otras. Se consideraban elegantes las personas que vestían con las mejores prendas, joyas entre otros accesorios. Más en conjunto la educación fue siendo más accesible a las masas, viendo esta otra forma de clasificar la riqueza.

En la actualidad, se le denomina elegancia a una persona que además del arreglo físico, también lleva como adorno los valores y los modales en todas las relaaciones, amorosas, amistades, familiares, laborales, académicas y sociales.

En la Santa Biblia, se encuentra el sublibro de PROVERBIOS, el cual fue escrito por el rey más sabio del mundo, Salomón, éste a su vez enfatiza los valores, los modales y el comportamiento adecuado de cada uno de los puestos sociales, es decir, como hijo, como padre, como esposo, como esposa, como hombre, y como mujer. De acuerdo a este texto, se entiende que la elegancia conlleva la amabilidad, la empatía, la obediencia, el esfuerzo, la paciencia, la sabiduría, la alegria de corazón, entre otras.

En lo personal, desde la adolescencia medito en estos proverbios, y en medida de lo posible, voy practicando cada aspecto hasta que logro adaptarlo a mi personalidad y carácter.