Es una cualidad que pocos poseen, no porque sea difícil o complejo de adquirir, sino que conlleva un alto riesgo de valentía el salir de la zona de confort para poder adentrarse a la visión del mañana.
Ser visionario es también preveer y prepararse por el por venir, como cuando en verano planeas tu invierno, como las hormigas que almacenan su alimento antes de que comiencen las lluvias.
Generalmente se asocia el ser visionario con ser oportunista, dado a que uno se prepara para tomar la oportunidad en cuanto se presenta, por hacer mención de un ejemplo, el visionario prepara la vela del bote mientras espera la ráfaga de viento que lo impulsará.
Dentro del ámbito laboral, un visionario es quien predice el cambio del mercado antes de que la sociedad haga un cambio notorio.
En mi vida personal, he de resaltar el hecho de que aprendí a ahorrar, y aunque la motivación era comprar algún juguete, al final lo adquiría en oferta, eso me enseñó dos lecciones; primera, ten en mente QUÉ es lo que QUIERES, y, segunda, PLANEA cómo conseguirlo mientras ACTÚAS; Dios, el universo o la vida, se encargarán de acomodar las piezas en su lugar.