Capítulo 09

Sophia

PASADO

   No había pensado en lo mucho que me hacía falta tener a Matheo a mi lado haciéndome la vida imposible. Si, era un fiel amigo que no me dejaba sola, pero al mismo tiempo le cogí un aprecio enorme que poco a poco se convirtió en amor. 

   Fui egoísta aunque creo que hice lo correcto, no tenía nada que ofrecerle a alguien que tenía mucho para darme. Y sigo siendo egoísta al haber aceptado su dinero para empezar un negocio y eso, eso estuvo mal.

   ¿Debería regresarle el dinero luego de obtener ganancias?

   Es demasiado dinero, deberías llamarlo.

   No, se me caería la cara de la vergüenza.

   La tienes desde que naciste.

   Suspiro

   Tengo que mantener la calma y dejar de pensar tanto en él, no es bueno para mis sentimientos que siguen acostumbrándose a la soledad. Se había marchado hace mucho y yo tenía que seguir adelante con mi vida. ¿Qué podía salir mal?

   Todo.

   Matheo

   ¿Estás ahí?

   Mi teléfono vibra en el bolsillo, lo ignoro ya que me encuentro tomando órdenes en mi puesto en el parque. 

   Había decidido tomar el dinero de Matheo y, por muy egoísta que eso sonara, sentía que podría sacarle provecho y luego ayudarlo a él con lo que fuera. Era lo menos que podía hacer por él después de todo. ¿Seguía siendo eso egoísta?

   No debería de seguir pensando en él, no debería pero aquí estoy.

   —Disculpa, sorda —habla una chica al frente—. Llevo pidiendo un pastel de fresa desde hace siete minutos y no me prestas atención.

   Respiro hondo.

   Te trae mal ese hombre, llámalo después de esto.

   No.

   —¿Me escuchas? —Pregunta la chica—. Mejor olvídalo, escuché que hay ofertas en otro lado.

   Se da la cuenta y se retira.

   Felicidades, una compra menos.

   Me quito el delantal y, después de atender a la última persona, coloco el rótulo de cerrado para sentarme en la mesa del fondo y suspirar. Dejo salir el aire, respiro y saco mi teléfono del bolsillo.

   Ahí estaba el mensaje, esperando a ser leído. ¿Sería buena idea abrirlo o mejor lo ignoro?

   ¿Ignorar? ¿Qué crees que eres? ¿Un adolescente?

   Sophia

   Estoy acá. ¿Qué tal Florida? ¿Te has acostumbrado?

   Sonrío como una tonta.

   Alguien abre la puerta del local, levanto la vista y un chico apuesto, calculo que de mi edad, entra y me sonríe nervioso z

   —Lo siento mucho, sé que esta cerrado pero me dijeron que aquí vendían unos pasteles para chaparse los dedos y quería saber si aún quedan algunos en venta.

   Sonrío de lado.

   —¿Algún momento especial para esta noche? —Pregunto curiosa levantándome de la silla.

   Revuelve su cabello, está nervioso.

   Obvio, te estás metiendo en lo que no te incumbe.

   —Supongo que si.

   Tose.

   —Es para un amigo que iré a ver, siento que le debo una disculpa o quizás es al revés, no estoy seguro de ello —se acerca—. ¿Crees que es una buena idea irlo a buscar a su casa y hablar? No lo sé, pero siento que podría arruinarlo todo.

   —Honestamente —digo—, por favor ve y dile todo lo que quieres de corazón, no dejes que el orgullo te gane porque eso es terrible. Dile que lo quieres, si ese es el caso, y si no lo es, pídele perdón por lo que sea que haya pasado.

   Asiente.

   Suspira, me observa y, mientras sonríe, me señala los pasteles de queso de arriba. Entiendo la seña y bajo la bandeja con los pasteles y los pongo al frente de él.

   —Tienes suerte que te haya dejado entrar para vendértelos —digo—, tenía pensado llevarlos a mi casa en vez de tirarlos a la basura o dárselos a las personas de la calle.

   —Soy un chico con mucha suerte entonces —dice—. Por cierto, ¿debería de decirle lo que pienso acerca de lo que él sabe que hizo? Es que vengo pensando en qué tal vez fue culpa mía aventarme hacia él sin importarme nada. ¿Sabes? Ni siquiera sé quién es, peor siento que es alguien en quien podría llegar a confiar y tener algo más serio. Pero tengo mucho miedo de decirle eso ya que tampoco es que lleváramos años de conocernos. Me causa mucha intriga saber acerca de él, saber en qué piensa y ayudarlo en su trabajo.