A Través De Mis Sueños

Recuerdos 5.0

Unas de las millones cosas que me hacía recordarlo era la música. Lamentablemente, tenía la mala costumbre de ver cualquier cosa y recordar el pasado. Pero...yo amaba recordar cómo Evan tocaba el piano para mí. Aunque me ha costado horrores hacer que él me enviara un audio.

De todas maneras, era demasiado tierno.

Evan: ¿Qué quieres qué?

Jenna: Un audio de ti, tocando el piano para mí.

Evan: Pides demasiado.

Jenna: ¿Cómo puede ser que envíes audios con tanta naturalidad a otros pero conmigo no es así?

Evan: Contigo es diferente.

Jenna: ¿Por qué? 

Evan: Porque tú eres diferente.

Jenna: ¿Eso es bueno o malo?

Evan: Es bueno, Jen.

Jenna: Entonces, ¿podrías tocar para mí?

Evan: Bueno, espera un segundo.

Y no fue un segundo, fue una hora exacta que esperé para que me enviase un audio y para que me diga:

Evan: No me salió tan bien.

En realidad le salió perfecto. Y nunca había escuchado una melodía tan bonita de "River Flows in You". Había perdido la cuenta de cuántas veces había lo había escuchado, hasta podía oír sus quejas cuando no le salía algo, se notaba lo nervioso que estaba. Hasta hoy en día, lo único que puedo hacer es morir de amor.

Jenna: ¿Cómo puedes tocar de esa manera y no ser el pianista más maravilloso del mundo?

Jenna: Aunque lo eres.

Evan: Sólo estás exagerando.

Jenna: No lo estoy. Tú sabes que no. Cuando se trata de ti, todo en mí es natural. Y naturalmente eres el mejor pianista.

Evan: Soy sólo un principiante más. 

Jenna: Deja de ser tan modesto. Tú eres maravilloso.

Evan: Jaja, me haces reír. 

Yo moría por escuchar esa risa.

Jenna: ¿Me enviarías un audio de tu risa?

Evan: Sólo si tú me envías un audio cantando.

Sonreí al recordar las conversaciones que teníamos hace años. Eran tan naturales, genuinas y divertidas. Nos reíamos demasiado hasta por nada sin embargo lo era todo. A veces sólo pensaba en lo triste que era Evan y de todo lo que, normalmente pasaba, y como, aún así, se esforzaba para dar lo mejor de él. Su mejor versión.

Podía haber recorrido el mundo entero solamente para escuchar su risa. Solamente para que me mire orgullosamente y felicite por cada logro que cumplí hasta hoy, y que me abrazara cada vez que el mundo se colocaba en mi contra. Si tan sólo hubiese podido... Si tan sólo no hubiese perdido el tiempo que perdí y si tan sólo hubiese tenido una oportunidad más para poder hablarle, le diría lo mucho que me importaba. Lo mucho que me importaba hacerlo feliz.

Evan.

Por favor.

Evan, no me cansé de ti. No me cansé de nosotros. Sólo dame una oportunidad y te mostraré que sí puedo amarte como te mereces. 

Quería tanto decirle.

Pensaba en esas cosas hasta que caí en la realidad de que se había ido. Fueron noches interminables y oscuras llenas de lágrimas en mi habitación, pensando en el error que cometí. Sabía que pensar en qué hubiese pasado, no cambiaría el presente pero no podía dejar de pensar en qué hubiese pasado si... más allá de que no servía para nada en el presente. Hasta que dije: Basta, Jen.

Y fue así. Realmente paré.

Pero... muy en el fondo de mi corazón.

Muy en el fondo.

Resuena su nombre.




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