A Través De Mis Sueños

Recuerdos 9.0

Tal vez Evan podría pensar que yo llevaba conmigo recuerdos malos. Pero no es así. No tengo recuerdos malos sino recuerdos que me hacían mal. Había recuerdos que por más hermosos que fuesen, ¿por qué lloraba al pensar en ellos?

Después de la muerte de su madre, no sólo se apagó todo por completo sino que nunca fue tan difícil llegar a alguien. Nunca fue tan difícil que alguien me importase tanto. ¿Cómo podría ser eso posible? Una persona que significaba para mí el mundo entero, ¿hacerme tan mal? No lo creía. Evan era tan cuidadoso conmigo, sin embargo, ¿pueden creer que eso me rompía en mil pedazos? 

Sabía muy en claro que algo se había roto, no sólo entre nosotros sino que dentro de él. Dentro de él se había quebrado una cosa tan delicada que nadie podía ser capaz de juntar los pedazos y poder armarlo nuevamente.

Intenté pero fallé.

Un día como cualquier otro, tratando de ignorar todos los problemas que cada uno llevaba consigo, pensé una vez más en decirle lo que sentía. Siempre pensaba en decirle que nunca había dejado de sentirme igual con él. Seguía enamorada como la primera vez que pudimos ser real el uno con el otro.

Sin embargo, me retracté cuando me dijo:

Evan: Hay una compañera en la escuela que es muy molesta conmigo.

Evan y yo éramos amigos esta vez. Después de meses haber mantenido una relación a distancia que se había roto de un día para el otro, decidimos seguir adelante siendo amigos. Como podíamos claro.

Pero... yo no quería ser su amiga.

Jenna: ¿Ah sí?

Evan: Sí. Lo bueno es que me regala croissant como me gusta a mí. No es mala de todos modos.

Jenna: Entonces no te molesta del todo porque te gusta que te regale cosas.

Evan: Me gusta los croissant.

Evan: Pero ella no deja de perseguirme.

Jenna: Seguro le gustas.

Evan: Así dijeron.

Recuerdo haber sido paciente. No con él sino conmigo. Estaba sola, en mi habitación, pensando por qué estaba sintiéndome la peor persona del mundo. Odiaba ser aquella persona que sentía las cosas tan profundamente. Respiré hondo. No quería seguir la conversación pero debía saberlo.

Debía saber si él estaba interesado en alguien. Qué tontería. ¿No podía, simplemente, ignorar mis sentimientos y fingir no tenerlos? 

Supongo que no. Ya que, Evan me ha gustado por tantos años. Fueron exactamente 4 años, antes de estar con Connor. No puedo decir que lo intenté pero tampoco que no lo hice.

No quería preguntarle pero necesitaba saber si...

Jenna: ¿Te gusta ella?

Pregunté. No quise ser tan directa pero mis manos ya estaban temblando. Jenna, ¿por qué sientes que te estás rompiendo? Era la misma pregunta todos los días desde que lo conocí. 

Él tardó en responder.

Evan: Tal vez.

Leí atentamente. Lo leí muchas veces. Leí mi pregunta y luego su respuesta. Suspiré. Supongo que este sentimiento, al recordar este momento, fue el mismo que cuando leí su mensaje. Suspiraba tanto como si el aire no entrase en mi pecho. Cuando respiraba hondo, el aire que salía de mí era entrecortada porque mi pecho estaba cerrado del dolor que sentía. 

Una vez más no era yo.

En las oscuras de mi habitación, dejé el celular a un lado y me acosté. Me tapé hasta arriba de la cabeza y respiré hondo nuevamente, a su vez que lo hacía, las lágrimas no tardaron en aterrizar en la almohada. Mi casa siempre estaba lleno de personas, mis hermanas siempre estaban allí, era difícil llorar en silencio.

Me coloqué los auriculares con la música en alto y tapé con mis manos mi boca para no sollozar con fuerza. 

Llorando, le respondí.

Jenna: Jaja. Deberías salir con ella entonces.

Y bloqueé mi teléfono. No le respondí luego de unas horas. 

Me acuerdo cada lágrima que derramé por ti Evan.

No quería que aquellas lágrimas opacaran las sonrisas que me has sacado, sin embargo, al no tenerte me era imposible olvidar lo que dolió como nunca.

Nadie, absolutamente nadie más que yo quería tu felicidad. Nadie más que yo quería que te sintieras bien. No creo que exista una sola persona en este mundo que se quede a tu lado por más dolor que esté sintiendo.

Me perdí a mí misma por amarte.

Te esperé. 

Me dolió esperarte.

Aunque muy el fondo...

Te sigo esperando.




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