Dèjan había estado teniendo una pésima mañana, porque la misma había comenzado mal debido a que Jesse casi lo había apaleado a la hora del desayuno. Lo anterior obedecía a que ese día daban de alta a Blair, y como Dèjan era obsesivo, en especial cuando se trataba de los niños, los conociese mucho o poco, había decidido muy arbitrariamente, que teniendo en cuenta que Blair acababa de ser sometida a una operación riesgosa, debía quedarse en casa y había hecho que preparasen una habitación para la chica, la cuestión fue que no lo discutió con nadie, y si Jesse se enteró esa mañana, fue porque lo escuchó peleando con Jeff.
Si bien Jesse había modificado un tanto su vocabulario, e incluso el tono beligerante que le había sido habitual para dirigirse a cualquiera lo conociese o no, seguía teniendo la dudosa habilidad de mortificar a su marido dijese lo que dijese.
Aunque la miró con hostilidad, ciertamente sería muy necio de su parte desatar la ira de su volátil esposa, así que le refirió la reciente conversación con Jeff.
Como Jesse ya estaba lista, después que dijo eso abandonó la habitación, y apenas había dado unos pasos escuchó a Al, así que apresuró el paso para alcanzarlo, pues sabía que debía estar bajando con la niña.
Sin embargo, tendría que dejar eso un momento, porque en cuanto Dajana lo escuchó, comenzó a dar brincos en brazos de Al y a balbucear, así que él tomó a la niña.
Jesse por su parte, se había detenido y entrecerrando los ojos, se acercó a Dèjan clavando un dedo en su pecho.
Nick nunca se metía en los pleitos entre su hermana y su cuñado, sino que disfrutaba groseramente de las palizas verbales que le propinaba Jesse al necio aquel, pero escuchar que la estuviese gritando, cambiaba mucho el panorama y por eso lo estaba mirando de aquel modo, aunque Dèjan lo ignoraría olímpicamente. Lisa, que conocía bien a los chicos, colocó una mano sobre el brazo de Nick y miró a Charlie en forma amenazante, así que ambos guardaron silencio.
Como cabría haber esperado, Dèjan no solo no conseguiría nada, sino que saldría muy mal parado, ya que hasta su hijo estuvo de acuerdo con los demás en que forzar a Blair a ir a un lugar en donde no iba a sentirse bien, podía ser contraproducente. De modo que había salido de su casa de pésimo humor. Le ladró el saludo a Ioan, y aunque a Alice no le fue tan mal, ambos sabían que tendrían un mal día cuando Paulo les explicó qué era lo que tenía a aquel individuo de tan mal humor.
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Editado: 23.06.2024