Cap. 36 Meta alcanzada

El primer sencillo de Crystal Dreams que había sido escogido como promocional, si bien no había alcanzado las cifras del de Zora en su primera semana, había estado peligrosamente cerca, pero el video clip sí los había superado en número de visualizaciones. De manera que, con las cosas así, cuando Steven había hecho el anuncio de la fecha del lanzamiento del álbum, se desató el caos, porque también anunció la estrategia publicitaria de John que consistía, por una parte, en una brevísima aparición de los integrantes de la banda en una de las tiendas, que no se daría a conocer sino el mismo día de la salida a la venta del álbum, y por la otra, en que los primeros diez compradores del álbum, obtendrían un premio especial, a saber: los dos primeros compradores, asistirían a la primera entrevista y obtendrían entradas gratis al primer concierto de la agrupación; y el segundo premio, para los ocho restantes, la firma de los chicos en sus álbumes, y entradas gratis al primer concierto.

Como John ya había vivido la experiencia con Zora, y sin duda Crystal Dreams se encaminaba con firmeza hacia el mismo destino, colocó a dos de sus empleados para que comenzasen el trabajo de elaborar la página oficial de la banda, y éstos le dijeron para poca sorpresa de John, que ya había algunos Blogs en la Web, pero el día que la página oficial quedó lista, que coincidió con la del anuncio de la fecha de la salida a la venta del álbum, las RRSS explotaron, y a la mañana siguiente cuando Giuliana entró a lo que John llamaba muy eufemísticamente su despacho, pues aquello habitualmente estaba más concurrido que la estación Victoria, se lo encontró a él y a quienes ataban allí, riendo.

• ¿No es demasiado temprano para que estén haciéndole la vida miserable a alguien? – preguntó con su humor que a últimas fechas se había vuelto mucho más cáustico de lo habitual
• Créeme Giu, son excelentes noticias – le dijo balanceando una hoja que tenía en la mano – Creo que, a este paso, podremos retirarnos mucho antes de lo que pensábamos y…
• Deja de decir estupideces, Wells
• No lo son. Esto que tengo aquí, es el informe de la actividad en las RRSS de Crystal – dijo como había comenzado a llamar a la agrupación pues en su opinión era muy largo el nombre – Sus fanáticos no deben haber dormido, porque desde anoche a las 21:00 cuando salió la página oficial, hasta las 09:00 de hoy, ya tiene 1.77 millones de suscriptores. Así que ya estoy escuchando a Steven clamando por el primer concierto

Giuliana debió pensar más o menos lo mismo, porque después de elevar las cejas, dio media vuelta olvidándose de lo que la hubiese llevado allí, y salió a toda prisa marcando por su móvil.

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A esa misma hora, pero en la casa de los Zazvic, había mucha actividad, porque esa tarde era la ceremonia de graduación de Mihailo. Días atrás, Jesse había tenido un furioso pleito con Ajle, porque si bien era lógico que él quisiera que la celebración posterior fuese en lo que llamaba un lugar apropiado, y una casa no lo era por grande que esta fuese, Jesse se opuso con vehemencia, primero, porque en su opinión no había necesidad de rentar un salón teniendo una casa tan grande, y segundo, porque sabía que Ajle y Miljenko tenían a Mihailo al borde la locura con aquello.

Tanto Dèjan como los chicos de Zora, habían decidido que lo mejor era no meterse en aquel lío y no tomaron partido por ninguno de los dos, pero al menos el primero le habría aconsejado a Ajle no seguir por un camino que lo conduciría al desastre como en efecto fue, porque cuando la escasísima paciencia de Jesse llegó a su fin, le acomodó un puñetazo al desprevenido Ajle enviándolo al piso.

Miljenko que también había estado argumentando, aunque con poca oportunidad de hablar, quedó petrificado, mientras que Edvin y Mix ayudaban a Ajle a ponerse de pie asegurándose que no había resultado noqueado.

• Ahora ustedes dos dejarán de fastidiar, y me dejarán ocuparme de las cosas, y si vuelven a decirle la más mínima cosa a Mihailo con relación a esto, les aseguro que no podrán ir a la bendita graduación, porque estarán en el hospital ¿entendieron?

Aunque Dajana tenía apenas ocho meses, lo que ya parecía exhibir era el maligno humor de su progenitora, porque al ver a Ajle aterrizar en el piso, había dejado la corbata de Dèjan en paz y había comenzado a reír y a aplaudir, lo que venía a significar habitualmente y según Al, que quería que se repitiese lo que hubiese causado su regocijo.

Era seguro que ni Ajle ni Miljenko estuvieran contentos, pero era más seguro todavía que les tuviesen aprecio a sus cabezas y dejaron el asunto por la paz. De modo que el día en cuestión, Jesse parecía muy alterada, lo que comenzó a preocupar a Dèjan, porque ella no solía tratar mal a nadie a menos que la molestaran, y ese día ya le había contestado mal a una de las empleadas y a Mirjana que había llegado el día anterior para ver a su nieta, pero como el pensamiento de aquel individuo era lineal, solo concluyó que podía estar enferma. Sin embargo, su hermana que ya conocía bastante bien a Jesse, fue quien le aclaró el panorama.

• Deja de angustiarte, Dèjan, ella no está enferma
• Jana, tú sabes que…
• Lo único que sé, es que Pitja tiene razón y vas por ahí exagerándolo todo – y él la miró mal, aunque ella no le prestó atención – Si no te dedicaras a pensar solo en desgracias, quizá podrías notar que Isabella solo está emocionada y de ahí su nerviosismo
• No está nerviosa, está…
• Nerviosa – insistió ella – porque a pesar de que sabemos que tiene a sus hermanos de sangre, para ella Mihailo también lo es, así que es lógico que se sienta de ese modo