La carpa tenía un ambiente perfecto. Estaba acostado en nuestro semi "colchón", abrazando a Pato por la espalda. Su calor corporal era perfecto y la luz que ingresaba por la "ventanita" de tela de la carpa, terminaba a generar el efecto agradable de la situación. Carbiondi, que a la noche se había desaparecido (aunque podría ser que fue al baño y yo me asusté como pelotudo) estaba acostado del lado de Pato, dándonos la espalda. Afuera, era puro silencio, solo de podían escuchar a algunos pájaros cantar.
Sin embargo, la situación comenzó a transformarse lentamente. De un pestañear de ojos, la tela de la carpa, se convirtió en concreto; la ventana de rejilla y tela, se convirtió en una ventana con reja metálica; las mochilas en muebles; Carbiondi se convirtió en un chico morocho(con otro físico y rostro) y nuestro "colchón" se convirtió en una cama de plaza y media. Comencé a mover a Pato, a quien no le podía ver más su remera blanca dejado de la sábana.
-Pato, despertate, por favor- dije sacudiéndolo
De un movimiento de confusión, él se levantó, pero no era el mismo...
Su piel morocha se había convertido totalmente en blanca, su contextura física había cambiado, su pelo no era el mismo... No era él...
-¿Quién es Pato? ¿Eh? ¿Tu nueva presa? Preséntamelo, así le cuento un poco de que tan buena persona sos…- Dijo Felipe, mientras que en un corto movimiento, yo intentaba salir de la cama. Sin embargo, él me tomó de la remera y me tiró hacia atrás. Luego, me agarró del cuello y comenzó a estrangularme.
-¿Que planeabas hacer? ¿Lo mismo que me hiciste a mí? ¿Y qué ibas a hacer después? ¿Pedile perdón?
-Yo...-dije, mientras tocía y utilizaba mi último aire- no le iba a hacer nada, como a vos qué no te hice NADA.
-Él que lo hace una, lo hace dos... Pero bueno, trágate el final del cuento de fantasía...
En ese momento, me desperté con Pato al lado, sacudiéndome.
-¿Estás bien man? Estabas llorando y diciendo cosas que no se te entendían...
-Perdón...- dije y salí hacia el baño. Cerré la puerta y me empecé a lavar la cara. La verdad es que yo no solía llorar muy seguido. De pequeño, sí lo hacía, pero con el tiempo y mis experiencias, una habilidad, como un máquina transformadora, se fue desarrollando: contener todo tipo de sentimiento de tristeza y convertirlo en odio, en enojo, en resentimiento, en bronca...
La verdad es que tampoco era muy sano, pero era mucho más fácil esconder el odio (el cual no tienen un gesto determinado) que esconder la debilidad de llorar.
Sin embargo, cuando algo realmente me afectaba o me ponía mal, yo guardaba todo eso que tenía ganas de soltar en público y me lo guardaba para hacerlo en privado, sin que nadie se diese cuenta.
Y cualquier diría que eso está mal o que no hay que esconder los sentimientos, pero después de ser maltratado tanto, especialmente utilizando esas cosas que yo expresaba en mi contra y burlándose de ellas, para mí era más fácil que me vienen como un psicópata sin sentimiento a una débil presa...
Sin embargo, había un solo lugar donde no podía evitarlo: en mis sueños...
En fin, estaba terminado de limpiarme la cara cuando , en el espejo lo ví... Estaba él… detrás de mí...
Me quedé estático, mirando el reflejo vidrio. Entonces, él dijo:
“Silencio…
Silencio infernal…
18 torres alrededor hay
6 corazones laten sin parar
Todos están preparados
Pero realmente nadie lo está
Las gradas vacías están
Pero el show comienza igual
Dos por adelante, dos por atrás
Y dos, estáticos en el escenario están
Pero recuerden, esto no es un show familiar
Porque por más que lo aparente
Nada bueno saldrá
Verdades dolerán
Silencio torturará
Sangre brotará
Cabezas volarán
Pero lo más importante de todo
La sed de venganza y cordura de uno de ellos, explotará
Y el animal asesino que retiene dentro,
Aquella bestia que él tanto repudiaba
De una vez por todas, saldrá
Y con él, después de tanto,
por fin se fusionará
Y, en un abrir y cerrar de ojos
Todos ya muertos se encontraran…
Porque, por más inocente que se vea,
Si la lastiman o traicionan,
puede ser una fiera
tan mortífera como una bomba nuclear
y entonces, ninguna ética o moral
la podrá parar ya
porque aquella bestia dormida,
a su sueño, jamás regresará.
Así que ustedes, ya advertidos están…
Les presento a todos, damas y caballeros
El acto final...”
Al terminar, sacó un cuchillo de su bolsillo e hizo un gesto de silencio con la otra. Automáticamente, me di la vuelta y pegue una patada de talón a la altura de la cabeza, pero no había nadie... Absolutamente nadie... Estaba todo vacío...
Abrí la puerta del baño y salí de ahí rápidamente, aún confundido. El clima era frío, y el cielo estaba nublado. Él fogón estaba prendido para dar calor, aunque no había nadie alrededor de él. Fui hacia la puerta principal y ví que estaba abierta. Algunos gruñidos se podían escuchar desde adentro. Salí para ver qué sucedía y, me encontré con Victoria y Agusto, quienes estaban matando unos gules que habían quedado atrapados en las redes. Sin embargo, yo noté algo extraño... Del otro lado de la reja, a unos metros de distancia, estaba alguien tirado en el suelo, pero no parecía un gul muerto. Se me hizo extraño, pero tampoco le presté mucha atención y seguí a ver que hacían los otros chicos.
Editado: 05.06.2021