Me terminé de atar la corbata que Yan me había dado, mientras me ajustaba el cinturón. Era extraño después de tanto tiempo volver a ponerse ropa tan formal, especialmente tomando en cuenta la situación. Era el día del gran discurso, y el directorio quería que todo estuviera perfecto, por lo que me despertó 4 horas antes del evento para tener tiempo para desayunar bien, releer las veces necesarias el discurso, prepararme y vestirme acorde a la situación. Me dejaron preparada arriba de la mesita al lado de la cama una camisa blanca, un pantalón negro formal, un saco, una corbata, un cinturón, un cepillo de pelo y una colita de pelo negra. También me dejaron una especie de pin extraño plateado, el cual era como un círculo con dos líneas diagonales que formaban una cruz, y un gorro, el cual en la parte de la frente tenía la misma cruz plateada.
Cuando vi que faltaban 2 horas para el gran acto, decidí ir a tomarme una ducha para no ponerme toda esa ropa formal. Afortunadamente, había pegado buena onda con Franco, el “guardia” que siempre estaba vigilando, por lo que me dejaba ir y venir las veces que quisiera al baño privado de la iglesia, el cual se encontraba en una de las puertas del pasillo “alfombrado”. Obviamente al baño del campamento no me permitían ir, pero la verdad es que prefería el de la iglesia, ya que era mucho más limpio y ordenado, con contar que era individual y no había que estar desnudo con gente que no conocías en grupo, cosa que siempre me incomodaba de las cambiadores de los clubes de deportes.
Para cuando terminé de ducharme, cambiarme, ponerme los zapatos ajustados, peinarme y mirarme al espejo la suficiente veces para estar seguro que no tenía ninguna desprolijidad (Obviamente ya no tenía las vendas en el antebrazo izquierdo. Si bien a veces me molestaba un poco o me ardía, no podía tener puestas las vendas debajo del traje, por lo que me las saqué y decidí soportar un poco el ardor), faltaba ya media hora, por lo que tomé el papel del discurso y lo releí varias veces. Fue entonces que me di cuenta que iba a hablar en frente de muchísimas personas, y que el resultado de como hablara y su reacción podría afectar las condiciones de mi “estadía” en el campamento. También debía asegurarme que el mensaje le llegara a Pato y Carbiondi, así también podría ejecutar la parte B de mi plan. Tomé de debajo de mi almohada el pequeño papelito que había traído inconscientemente en mi media el día anterior, lo recubrí de parte del papel plástico del paquete de galletitas del día anterior y lo deje en mi bolsillo del pantalon. Si todo salía como esperaba, debía estar seguro que estuviera disimulado y protegido el papel en su envoltura...
Estaba sentado en mi cama cuando...
Toc Toc Toc Sonó la puerta
- Pase - dije, parándome de la cama.
-Dale Vichinkis, que ya es hora - Dijo Yan abriendo la puerta. Me miró fijamente, se acercó y quitó mi pin, el cual había puesto en la parte delantera de mi saco- Uy querido, acá no va esto. Va a la altura de la muñeca, en el antebrazo -Se quejó, mientras me lo ponía dónde "correspondía".
Luego, salí al pasillo, dónde estaba Victoria (a quien no le di ni mirada), Uriel, Daniel, Agusto y otras personas que no identificaba. Todos estaban vestidos formales. Supuse que todos eran parte del directorio, menos Franco y el otro muchacho que eran "guardias" y estaban en la puerta que abría a la sala principal de la iglesia, dónde estarían todas las personas del campamento a oído atento sentados.
-¿Como es el "protocolo" de esto?- pregunté a Yan.
- Es simple, cuando entremos nos van a recibir con aplausos. De ahí, nos paramos todos uno al lado del otro atrás del micrófono, empiezo hablando yo, después va Uriel, luego Victoria, más tarde vas vos con tu discurso, y cierro yo con unas palabras. De ahí, el saludo y nosotros nos vamos para adentro. Si todo sale bien, rato después te voy a traer a Patricio un rato. - Dijo, tocándome el hombro
-Ajam... - Asentí y me quedé pensando en mi cabeza. Se podía escuchar afuera cada vez más ruido y voces hablando, como sucedía en todos los actos del colegio, que a medida que las personas llegaban al punto de encuentro, más despelote había. Tomé aire varias veces profundamente, cuando noté que mi pierna estaba temblando…
Malditos nervios…
No podía parar ese continuo temblor que tenía de pierna... Por mas fuerzas que pusiera, no podía pararlo, solo seguía moviéndose y, cuando intentaba parar una de las piernas, comenzaba a temblar la otra, como si la energía imparable se moviera de una extremidad a la otra. Todo seguía así cuando, la puerta de madera que llevaba al gran salón de la iglesia se abrió a medias, entró Narella y dijo:
-Ya es hora, apenas escuchen el llamado salgan.- Dijo, y volvió a salir, cerrando la puerta.
Todos se pusieron en una fila y me indicaron que me posicionara en el fondo, siendo el ultimo en salir yo, acompañado en mi espalda por Franco y el otro “guardia”, quienes cerrarían la puerta una vez que nosotros estuviéramos posicionados. Al posicionarme en el fondo, noté que el pasillo era mucho mas largo y ancho de lo que había visto la primera vez que había salido de mi habitación. Habían unas 10 puertas aproximadas, las cuales suponía eran habitaciones, menos la puerta blanca, que era a del baño. En mi mano, tenía el papel donde estaba el discurso que dentro de minutos leería para todo el campamento, pero la verdad es que ya me lo sabía de memoria lo que diría, simplemente era un ayuda-memoria para no ponerme nervioso y que no se me escape un “viva la revolución” en medio del ataque de pánico.
Pasaron unos pocos minutos cuando, todas el bochinche, todas las voces y todo ruido existente cesó… Hubo unos segundos de silencio, cuando una voz femenina se escuchó, la voz de Narella hablando fuerte y claro:
-Como sabrán, los hemos convocado a todos a venir a esta importante reunión. Algunos se preguntaran porqué, otros deben ya tener una idea, pero antes de empezar, vamos a recibir con aplausos de pie al único, al inigualable, al perfecto y siempre moral… ¡EL DIRECTORIO! -Gritó la chica, en lo que parecía un micrófono de no tan alta calidad, pero lo suficiente para amplificar su voz.
Editado: 05.06.2021