En la fiesta, todo fluye con normalidad, la debutante es presentada, y así comienza la verdadera fiesta, entonces Nara abandona el piano instada por Gregorio para adueñarse de la consola, allí vuelve a transformarse, se hace una cola en su cabello, coloca sus audífonos y ¡que comience la fiesta!... los jóvenes bailan, las señoras hablan y los ejecutivos hablan de dinero, entre la conversación Renzo se aparta para ir al tocador, pasa por el piano y ya no hay nadie allí, de vuelta una chica que lo conoce lo invita al jardín a bailar…
En el jardín había una pista de baile y la consola con el DJ o mejor dicho la DJ ya que era Nara quien animaba la fiesta. Renzo se dirigió a la pista con gema y bailo con ella como lo prometió, en cuanto termino la canción se volteo para marcharse y allí la volvió a ver.
Ella estaba concentradísima haciendo sus mezclas, tocando su música favorita y Renzo estaba allí parado, mirándola con la cabeza ladeada, le extrañaba como se veía esa chica.
Un mes pasó, Renzo no se aguantaba, en las noches soñaba con la chica del piano, con su cara concentrada, sus manos flotando sobre las teclas, luego con la chica más alegre y animada de la consola, esa energía, esa vibra lo hacía emocionarse y no sabía por qué. (Ja que tonto ¿no les parece?, tan viejo que esta y no sabe que está enamorado de una completa desconocida, jajajajajajajaj. Vaya, creo que me excedí, lo siento, volvamos con lo nuestro).
En este día –dos meses después de aquella fiesta- Renzo se dirige a una gala benéfica para la orquesta de la ciudad, todo el auditorio está lleno, hay gente adinerada por todas partes, la orquesta ofrecerá un grandioso concierto, las luces se apagan y dan paso a los imusicos y allí aparece ella, los ojos de Renzo se abren como platos, ella está allí, frente a él, lleva un vestido negro simple al igual que los demás miembros de la orquesta, pero ella brilla, o por lo menos para Renzo brilla, la ve como si tuviera un reflector sobre ella.
Así comenzó el concierto. Todo el mundo se sentía complacido, muchos adeptos a los clásicos ya habían visto presentaciones de esta orquesta antes, y no dejaban de elogiar el talento de la chica sin nombre, aunque la habían visto en diversas ocasiones, nadie sabía cómo se llamaba. Y eso era porque Nara nunca permitía que escribieran solo su nombre y no el de todos sus compañeros de orquesta.
Nara siempre decía “Todos somos una gran familia y si todos no aparecemos yo tampoco debo aparecer en el programa, solo digan que los miembros de la orquesta y ya”.
Pero habían 4 personas entre el público que si la conocían, y esos eran su padre, su primo y sus amigos lila y Carlos, que estaban unas filas delante de Renzo.
Durante el intermedio Renzo los escucho hablar.